Capitulo 19

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Las que me leen, necesito mínimo un comentario. Necesito saber si les gusta la historia. No se como continuarla, siento que he perdido la inspiración. Tengo 4 capítulos más escrito, pero estoy estancada. 

:'-( 


Carolina entro a su habitación y cerro la puerta pensando que sé libró de encontrarse con su hermana o madre y la abordaran con un sinfín de preguntas. No tiene ni los ánimos ni la paciencia para lidiar con la situación. Se volteo para encontrarse con las susodichas. Dejo sus pertenencias en el pequeño sofá y se fue al baño directo. Necesita una ducha urgente antes de dialogar con su hermana que es la mas terca de las dos.

Al salir del baño envuelta en su albornoz, todavía seguían en su habitación. No puede evitar voltear los ojos dejándolos en blanco.

–¿Qué paso? –pregunta su madre.

–No quiero hablar de eso en estos momentos, les agradeceré que me dejen sola –pidió.

–¿Te trato mal? –indaga.

–No mamá, todo estuvo de maravilla hasta que exploto el "LockDown", prácticamente se fue trabajar dejando a su hija plantada en el desayuno. Lo peor me pidió que me pusiera a trabajar, todo mandón –dijo alterada.

–Bueno... si se van a vivir momentos cruciales –comento Vanessa.

–Que niña entiende que su papá la deje botada un sábado en pleno desayuno. Victoria se puso triste, intente animarla, pero la niña al final no quiso jugar porque su papá se iba a enojar con ella, si yo no me ponía a trabajar –informo.

–Carolina, Cristóbal es el presidente de un banco y tiene la responsabilidad de tomar las desiciones necesarias para que no se perjudique ni la compañía, ni el personal –comenta.

–Eso lo sé mama, pero que le costaba esperar una hora, en donde su hija terminara de comer y la dejara jugando. Hay formas y ahí formas –contradice.

–No creo que lleguen a un acuerdo –las miras alternas–. Mamá porque no me deja un ratito con Carolina –pide Irina. Sin decir nada Vanessa sale de la habitación de su hija mayor para dejarlas a solo. Sabia que no podía discutir con su hija por que esta alterada.

–También te puedes ir –pidió Carolina, pero esta vió como su hermana menor se acomodo en la cama con su almohada decorativa, volteo los ojos y respiro profundo.

–Pues resulta que estoy embaraza, me gusta tu cama para tomar mi siesta –palma el lado vacío de la cama– ven acompáñame –pide. Carolina resopla. Va a la gaveta de las pijamas y saca un camisón de algodón con corazones en el pecho. Se va al baño para quitarse el albornoz y colocarse la pijamas. Al terminar se va hacia el lado vacío de la cama.

–¿Se pelearon? –pregunto.

–No... yo me enoje mucho con él –hace una mueca– y le dije que fue un error lo qué pasó anoche. No lo considero error, pero que se puede esperar de un hombre que pone primero su trabajo que su familia –responde.

–Creo que te pasaste Caro, es cuestión de dialogar las diferencias, pero entiendo que tu eres un fosforito que no sabe controlarse –comenta.

–Yo puedo entenderlo si me lo hiciera a mi, pero a una niña a su hija, que no tiene madre. Su única figura es su papá –recalca– Yo lo hubiera ayudado para si solo fuera el, pero la niña no tiene culpa de lo que esta pasando en este mundo –concluye.

–Entiendo tu punto de vista, pero también ponte en su lugar. Mejor relájate, te voy a poner una música relajante y luego llamas a Cristóbal o a Victoria –pide.

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