La niña baja las escaleras para ver a su madre con la ilusión del mundo. Bajo con cuidado, pero en su rostro se palpa la alegría y una sonrisa enorme. La vio a lo lejos de espalda mirando por el gran cristal que se encontraba junto a la puerta. Victoria tiene unas inmensas ganas de abrazar a su madre, y le contara todo lo que ha echo en su ausencia. Quería saber porque nunca estado en su vida. Es una niña inteligente, sabia que no tenia mama, pero no saber porque.
–Mamá –susurra con gran entusiasmo.
–Victoria –susurro, pero no con el mismo entusiasmo que lo hizo su hija.
Victoria se quedo a una distancia prudencial, esperando que su madre fuera por ella, o mínimo hiciera un gesto que ella pudiera salir corriendo a sus brazos, pero no fue así, su frente se arrugo. Su padre solía arrodillarse y extenderle sus brazos para que ella se encaramara con su cuello.
–Hola –dijo tímida.
–Tu papá, ¿Dónde esta? Necesito hablar con él–expresa.
–Esta aliba con su novia –dice altiva.
–Pues dile que baje, necesito hablar con él o puedo buscarlo –pide.
–No me estañaste –indago la pequeña.
–La verdad es que no –murmuro– viaje mucho y conocí muchos lugares. Si te llevaba conmigo, no podía disfrutar de la misma forma –expreso.
–TE PROHIBO QUE SIGAS HABLANDO –grito Cristóbal– No tienes que ser tan cruel con tu propia hija –se interpuso entre los dos, impidiendo que se acercara a Victoria– Ahora entiendo todo, tu novio te dejo por otra o se cansó de tus caprichos. Quieres dinero para dejarnos en paz. –vio cómo los labios de Rebeca se curvaron un poco y supo que acertó.
–Perdón que me meta Cristóbal, pero yo no le daría ni un centavo –sugiere Carolina, mientras toma a Victoria en sus brazos y le da un beso en la mejilla.
–No se quién eres, pero no seas entrometida y no te metas donde no te llaman –replica.
–Pues soy una entrometida, quiero a tu hija y me preocupa su bienestar y todo lo que tenga que ver con ella –expresa con seguridad caminando dos pasos hacia el frente quedando al lado de Cristóbal– Ellos no están solos, me tienen a mi y a Isabel –le agarra la mano a Cristóbal y entrelaza sus dedos, siente como Cristóbal aprieta su mano– Lo mejor que puedes hacer es irte y dejarlos en paz sino vas a traer nada bueno, ni productivo para la vida de tu hija. Suficiente tuvo con tú abandono cuando mas te necesitaba –concluye.
–Basta –grita, todas se sobresaltan– Solo te voy a dar una vez mas, pero vas a firmar un acuerdo para alejarte de tu hija. Si no vienes a componer nada bueno, no te quiero cerca de mi hija, no me interesas que dañes sus sentimientos, ni la lastimes con cada comentario hiriente –se suelta de Carolina para acercarse a su ex-mujer y mirarla a los ojos– mi abogado se pondrá en contacto con el tuyo –hace una pausa presionando sus labios– ahora lárgate –concluye con rabia.
–Todo este numerito te va a salir muy caro Cristóbal –dice levantando su dedo indice– me las vas a pagar una tras una. Jamás te voy a perdonar que divulgaras que te fui infiel. Esa parte te la podías ahorrar –expresa.
–Y ser el malo en la historia no, soy un imbécil, pero no tanto como pensabas –respira profundo– Carolina llévate a mi hija para que siga viendo la película, yo las alcanzo enseguida –pide. Carolina no dice ni media palabra y hace caso de lo que dice Cristóbal–. Lárgate, cuando tu abogado te llame espero que aceptes la propuesta que haga y por favor no me hagas perder mi tiempo con personas como tu –vocifera. Le pasa por su lado para abrirle la puerta, pero al ver qué no se voltea ni se mueve, la agarra por el brazo para voltearla y mostrarle el camino hacia la salida.
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Corazon de Piedra
RomansaÉl dueño de un Banco decide crear un proyecto de Becarios, pero su corazón es duro como una piedra, amargado, grosero e idiota. Se encuentra con una mujer que no se le queda callada y tiene la lengua floja. Ella esta terminando su maestría y necesi...