第5章

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Dazai había esperado pacientemente a que Chuuya despertará, lo que había pensado no era una broma de mal gusto, quería que Nakahara viera que él... ¿Que era realmente lo que queria demostrarle exactamente? No tenía la menor idea. Pero ahora se encontraba sin una sola venda en todo su cuerpo, el sudor producto de las vendas de algodón no se había ido del todo aún.

Sinceramente extrañaba aquella sensación de sentir la piel respirar... Era tan reconfortante, pero siendo sinceros no podía permitirse estar sin vendas aunque usará traje con mangas. Ya que sus heridas podrían abrirse sin la presión que sus vendas le ofrecían, también podrían infectarse con la suciedad y lo mas importante, alguien podría ver sus múltiples cicatrices las cuales lo avergonzaban; el lo veía contraproducente, odiaba tanto las cicatrices sobre su piel pero al mismo tiempo se odiaba tanto así mismo que solo se hacía daño por gusto y placer. Pensó una vez en poder cambiar un poco esa forma de ser tan cruel y antipática, pero comprendió que aunque lo hiciera nunca dejaría de ser así, siempre viviría bajo aquella mascara ocultando su verdadera personalidad siendo una mala persona, terrible, con una mente asquerosamente sucia, la mancha de la sociedad. Pobre el enfermo quien quería imitarlo y ser como el, ese tipo de personas no conocen el verdadero abuso. Su madre y Mori lo habían enseñado a ser así... Quien sabe en que se hubiera convertido si su madre lo hubiera amado en algún momento. Solo dejaría de pensar en esa mujer que seguramente en algún lugar de Yokohama por los suburbios estaría vendiendo el culo. Porque sí, ella aun estaba viva.

Dazai estaba leyendo su libro de incesto nuevamente, pero al ver como Nakahara despertó quito su atención de aquel libro. —Buenos días, Chuuya — habló con una sonrisa ganándose la atención del recién despierto quien al ver que no tenía ni una sola venda despertó de golpe. ¿Porque estaba viendo todas esas heridas? —¿Dazai..?— Murmuro, pero el castaño solo se acerco sentándose a su lado. —¿Que pasa?¿Tu opinión ha cambiado cuanto a mi?— fingió un puchero triste y meloso, acercándose. Chuuya negó de inmediato —¿Que?¡No! Solo que tu nunca quitas tus... Vendas— esas tímidas palabras hicieron reír a Osamu —¿Porque tan avergonzado? Hace calor en tu habitación sabés, por eso las quité. Aparte Mori-San y Elise también me han visto sin vendas– Dijo divertido ganándose un gruñido del pelirojo.

—Pff, aún así tienes demasiadas cicatrices— Murmuro cruzándose de brazos mirando hacía Dazai —Es normal, son cosas de este trabajo. Deberías saberlo pequeño— le guiñó levantándose acercándose a sus vendas colocándolas nuevamente, siendo observado por el otro presente quien habló después levantándose también —Escuche que fuiste excluido del caso de Mimic.— comentó Nakahara, Dazai le miro asintiendo —Si, pero aun así me doy cuenta de la situación actual. Creo que por ahora no le tomaré importancia— concluyó colocando finalmente la venda sobre su ojo.

—Bueno, Chuuya tenemos trabajo—agrego con fastidio arreglando su camisa —Vaya, creía que te gustaba este empleo Dazai— sonrió de forma retadora como siempre, el castaño río un poco —me gustaba hasta que apareciste tú pulga— se burló mirándole sonriente

—¡¿Ha?! ¡¿Como que pulga?¡ ! Eres tan irritante Dazai! ¡Crei que serías menos irritante conmigo después de todo!— se quejó entre gritos molestos haciendo al castaño reír, Nakahara Chuuya era un buen bufón sin duda. Uhm... Un lindo bufón tal vez. —Cuando te enojas hablas como una señorita— soltó con los ojos entrecerrados, acompañado de una sonrisa de lado sabiendo lo que pasaría. Efectivamente había sido golpeado, pero solo le pudo dar más gracia —¡¿Una señorita?! Créeme que voy a matarte— mantenía su vista fija al castaño, con el ceño fruncido. —si, habla como una señorita Chuuya, es divertido— pidió mirando al pelirrojo quien lo empujó negando con la cabeza, colocando su chaleco

—Estas loco, habla tu como señorita si tanto quieres. Momia de quinta— Osamu sonrió acercándose lentamente, una vez estuvo lo suficiente cerca lo abrazo por la espalda acercando su boca al oído de Nakahara supurando —¿Momia de quinta? Ohh.. Chuuya, eres tan cruel..~— hablo "afligido" ganándose la mirada del pelirrojo quien tenía las mejillas rojas, sabía perfectamente lo que quería.

𝑒𝑥𝑝𝑒𝑟𝑖𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑙 𝑔𝑎𝑚𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora