𝑒𝑥𝑝𝑒𝑟𝑖𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑙 𝑔𝑎𝑚𝑒

第9章

se encontraba ahí, comiendo un pastel de cerezas bien hecho y con exceso de jalea color rojo. Chuuya aprovechaba ese tipo de momentos mas de lo que se pudiera imaginar, estaba tranquilo hasta ahora y afortunadamente no tenía trabajo que hacer, según Dazai irán mañana a una misión así que decidió aprovechar el tiempo. Miro como aquel chico de pocas palabras se acercaba buscando a alguien con la mirada y podría adivinar a quién –Chuuya-San.. ¿ha visto a Dazai-san?– ya lo presentía, ese chico parecía tener una extraña obsesión con el suicida, se sintió mal por el sinceramente ¿Pero que podría hacer? –hoy fue con el jefe a una reunión según se, no se cuando volverá. ¿Porque?– se atrevió a preguntar.

El chico pelinegro desvío la mirada tociendo un poco y cubriendo su boca –Quiero enfrentarme a él de nuevo...– murmuró, Nakahara quizo reír enternecido pero no lo hizo, sabía que Dazai seguramente le daria una paliza asegurada, su poder lo ayudaba mucho fortaleciendolo a pesar de que pareciera que su poder era insignificante.

–Uhm, ya veo. Akutagawa, sabés que cualquier poder es inútil con el así que no hagas ese tipo de ataques, ataca con tus propios movimientos– el mas joven miro al pelirrojo por unos momentos, eso era bastante obvio pero enfrentarte con Osamu era complicado, siempre el buscaba la manera de ganar sin importar que –Dazai no tiene poderes ofensivos, eso lo obliga a ser inteligente y sacarle el provecho a su poder que es perjudicante para cualquier dotado, eso lo hace fuerte– agregó, pero después le sonrió al otro acercando a su boca un poco de aquel pastel invitándolo a probarlo, este pareció pensarlo pero al final acepto con gusto aquel pastel de pinta deliciosa...

–Chuuya-san...– hablo apenado, una vez comió el pastel, el mencionado lo observó esperando a que continuará con sus palabras –Se han oído rumores de que... Ustedes son una pareja– las mejillas del pelirrojo se volvieron instantáneamente rojas, casi igual que su cabello, tocio ahogándose con su propia saliva, Chuuya era muy visible en cuanto a sus emociones. –Dios, que mentira tan mas horrible! ¿Yo estar con Dazai? Pfff sabes que lo odió y el también ¿Quien dice esas cosas ridículas?– Hablaba avergonzado pero fingiendo una molestia exagerada que Akutagawa pudo notar perfectamente. Después Elise apareció caminando a la dirección de los dos chicos robando el pastel de Nakahara, Akutagawa y Chuuya se miraron entre si y después a la infanta quien comía verdaderamente tranquila.

–¿Elise-chan? ¿Mori-San y Dazai siguen aquí?– preguntó Chuuya ladeando la cabeza, ella le miró asintiendo con la cabeza llegando su boca de crema pastelera, jugando con la cereza en su mano –Ellos están en la antigua habitación de Dazai– Akutagawa quería preguntar pero se limitaba a hacerlo, en cambio Nakahara no se contuvo –¿La antigua habitación?– la niña asintió nuevamente, Elise sabía que no podía decir algo mas al respecto de ese tema, solo ignoró sus preguntas después de eso, Elise quien podría parecer candente de libre albedrío lo tenía a cierta forma y con un límite claramente. Pero de cualquier forma ella había decidido no decir absolutamente nada, quizás en algún momento le contaría alguien más, pero no ella.

–Dazai-kun ¿Porque no usas eso?– Preguntó el adulto mirándo con una amarga sonrisa al mas joven quien rebuscaba en su viejo armario, el cuál había dejado de lado al ser echado de la habitación. –Usaba eso a los 11 años– contestó, tomando una camisa blanca y colocándose esta misma, aún le quedaba afortunadamente y todo gracias a su delgadez. Recordó que esa camisa la había usado a los 15 años el dia que Mori lo excluyó de su habitación porque sí, efectivamente ellos dormían en la misma habitación.

–Aun te queda, ¿No es cierto? Deberías de usarlo de nuevo, seguro te quedará bien– Dazai apretó sus labios, años atrás no se había dado cuenta de eso pero ahora recordaba el prácticamente acosó que Mori le hacía, estaba incómodo y no sabía que decir al respecto, no le encontraba el caso a pelear nunca lo encontró. Por mas irónico que sonará. Obedeció aquella mas que petición, orden y se colocó aquel short que desgraciadamente le quedaba y de maravilla, si un poco mas corto pero a final de cuentas le quedaba. Mori solo observaba al joven frente a el, el cual se negaba a mirarlo, le pareció... Adorable. Si que estaba enfermo, verdaderamente enfermo. Dazai en si tenía comportamiento infantil cuando quería debido a sus pasado, pero no era exactamente lo que le gustaba a Mori de él, prácticamente Dazai Osamu no era nada parecido a un niño, pese a que Odasaku lo veía de esa forma según estaba enterado.

Era extraño el tipo de atención que Mori tenía con el suicida, pero sinceramente era desagradable en todo sentido, empezando con el hecho de qué esa atracción comenzó cuando el niño tenía 7 o 8 años aproximadamente, Dazai efectivamente seguía siendo un niño a pasar de los años... Pero era el un niño malvado, con el corazón podrido gracias a el e incluso antes de su llegada.

–Bien, vámonos– hablo el castaño ya vestido con aquella ropa mirando al adulto, sabiendo perfectamente que tipo de mirada le brindaba este, suspiro sin decir absolutamente nada al respecto. Sería un camino verdaderamente interesante