El Avión De Madera

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El simple hecho de poder mirar de esa forma a su hijo le tranquilizaba el alma. Suspiró ladeando su adolorida cabeza, y sonrió un poco cuando su hijo mordió ligeramente su lengua mientras arrugaba su pequeña nariz; ese gesto que siempre hacía cuando pensaba o se concentraba.

Apretó los labios y vio como MinHo comenzaba a morder ligeramente la punta del lápiz que tenía en una de sus manos, el se estiró para quitarle el lápiz de la boca tratando de evitar ese mal hábito que su hijo comenzaba a tener. Suspiró, y volvió a su lugar mirándolo atentamente, mientras MinHo se limitaba a morder ligeramente su labio inferior repasando los apuntes en su libreta.

El chirrido que llegó a los oídos de Jimin de pronto le hicieron voltear a mirar la puerta de la cocina y tembló inevitablemente cuando se topó con la intensa mirada de su marido. Apretó aún más los labios, y desvió la mirada para acercarse aún más a su hijo.

Hacia ya tiempo, Jimin había estado utilizando a su propio hijo como alguna clase de escudo contra su esposo, lo hacía de forma inconsciente, pero lograba funcionarle realmente. Cada vez que miraba a Yoongi, se apegaba a su hijo y no lo soltaba, porque sabía que mientras MinHo estuviera ahí entonces no tendría por qué tocarlo, y el simple hecho de abrazar a su hijo justo como lo hacía ahora, era su manera de decir; ahora no, mi hijo está mirando.

Yoongi lo miró atento, y se alejó de la puerta para ir a su habitación, ignorando por completo lo que Jimin acababa de hacer.



[...]



Jin apretaba los labios, su corazón bombeaba acelerado y sus manos apretaban inconscientemente la tela del hanbok que tenía puesto. Sus ojos llorosos miraban a través de la ventana del auto y negó lentamente con la cabeza cuando pudo darse cuenta de que comenzaban a acercarse a la casa de sus suegros.

-N-no~.— Jin gimoteó, y negó rápidamente con la cabeza para mirar a su marido, con los ojos llorosos, lanzándole una mirada suplicante.— No, Nam. No quiero, no quiero entrar, vámonos. Por favor, te lo suplico, vámonos~

Namjoon apretó los labios, sus manos se aferraban al volante y pudo sentir como su pequeño esposo le tomaba de uno de sus brazos y soltó un adolorido suspiro.

-Tenemos que ir, Jin.— Murmuró, evitando la mirada.— Te prometo que será rápido~

Jin jadeó asustado, y pronto comenzó a sufrir una terrible taquicardia, tomaba con fuerza su pecho y respiraba pesadamente sintiendo cómo cada vez se le dificultaba respirar más. Porque comenzaba a sentir terror de sus propios suegros, que incluso comenzaba a tener pequeños ataques si quiera en pensar en ellos. Namjoon no ayudaba, y Jin se asustaba todavía más cuando su esposo comenzaba a comportarse violento cuando estaban en casa de sus suegros.

Intentó tranquilizarse, pero el hecho de estar en el auto lo hacía sentir en una jaula. Comenzó a lloriquear, y poco a poco comenzaba a sentirse con menos oxígeno.

-Jin, por favor, tranquilízate.— Namjoon apretó los labios, pero eso solo provocó que Jin lloriqueara más alto.— ¡Jin, ya basta!

Seokjin se soltó a llorar con fuerza, miró a su esposo con miedo y dolor y se apegó a la puerta del auto mientras su cuerpo temblaba asustado.

-¡También es difícil para mi, Jin!.— Namjoon golpeó el volante, y Jin saltó sobre su lugar mirándolo.— ¡Mierda! ¡Tienes que ayudarme! ¡Por favor!

-V-vámonos, Nam~.— Jin volvió a suplicar, con las lágrimas humedeciendo sus mejillas.— P-por favor, te lo suplico, vámonos de aquí. N-no necesitas a tus padres~ n-no los necesitamos~ p-por favor~ te suplico que nos vayamos de aquí~

Tabú [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora