Dos Hombres

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-¡Yoongi!.— Jimin gritó, con las lagrimas resbalándose por el rostro, por sus mejillas, por su mentón, cayendo en picada y estrellándose contra el suelo.— ¡Por favor! ¡No le hagas nada!

Minho retrocedió, bajando la mirada, apretando la mandíbula, tratando de controlar las ganas inmensas de ponerse a llorar en ese mismo momento. Jimin lloró, luchando con su marido, aquel que mantenía a su hijo acorralado contra una esquina, ignorándolo, lamentándose.

-¡Te has atrevido a avergonzarnos!.— Yoongi lo miró, fúrico, alejando a Jimin con uno de sus brazos, empujándolo cada vez que intentaba acercarse a ellos.— ¡Dime una buena razón para querer avergonzarnos de esa manera!

-Yoongi.— Jimin negó, y se puso entre su hijo y su marido tomando al mayor del pecho, empujándole suavemente, mirándole con anhelo, tratando de llamar su atención.— C-Cariño~ Por favor, es solo un niño~.— Y lloriqueó, mientras sus manos pequeñas se aferraban a la camisa de su marido.— A-Aún es un niño~ Y-Yoongi~

-¡Es un sinvergüenza!.— Yoongi por fin le miró, con los ojos al rojo vivo, y con una vena saltándole en una de sus sienes.— ¡Un malcriado!

-N-No.— Jimin negó, temeroso, tratando de esconder a su hijo entre su espalda.— N-No~ F-fue mi culpa Yoon~ Fue mi culpa, f-fue mía~

Minho se mantuvo ahí, molesto, furioso, quieto. Miró a otro lado luchando consigo mismo por no responder a las palabras de su padre, porque se lo había prometido a Jimin, no contestaría, no se quejaría, no haría nada que pudiera provocar que la furia de Yoongi creciera más y más.

Se mordió la lengua y simplemente ignoró los empujones y los gritos histéricos de Yoongi, pero solo podía diferenciar los lamentos dolidos de Jimin, desesperado, triste.

Entonces simplemente se quedó ahí, esperando a que todo terminara, y escuchó atento cuando Yoongi gruñía furioso y salía de la casa azotando la puerta.

Las manos de Jimin, temblorosas y heladas, acunaron su rostro, y él le miró al fin, pudo divisar el rostro y preocupado de su padre, su corazón latió dolido, y sus manos temblaron haciéndose preguntarse cuánto tiempo más soportaría esta desgracia.

Jimin le miró atento, como para asegurarse de que su hijo estaba intacto, pero Minho no tenía heridas físicas, todas sus heridas más bien eran internas y era algo que Jimin no podía ver.

-Papá.— Murmuró suavemente, mirando atento los ojos entristecidos de Jimin.— ¿Cuándo nos iremos?

Entonces, los ojos de Jimin se abrieron grandes y sorprendidos, y miró a su hijo como si acabara de decir habladurías absurdas. Negó rápidamente y se giró un poco asegurándose de que su marido no había escuchado eso.

Minho esperó respuesta, pero solo vio a Jimin jugar nervioso con la punta de sus dedos, lo miró morder sus labios y suspirar.

-C-Creo que estamos bastante bien aquí, cariño~


[...]


Jimin saltó, respiró agitado y se removió sobre la cama, su piel ligeramente húmeda a causa del calor de la habitación lo hicieron quejarse, tanteó suavemente a su alrededor y se aferró a la espalda de su marido mientras sus ojos aún somnolientos trataban de divisar algo entre la oscuridad.

-Y-Yoon~— Jimin murmuró en medio de la habitación.— Y-Yoon~

Yoongi se removió violentamente entre la cama, asustado, confundido, con un grito casi saliéndole de la garganta, buscando con movimientos torpes la figura de su esposo.

Entonces se encontraron, no podían verse, no, pero podían sentir su cercanía y podían sentir la respiración del otro chocando contra sus rostros.

-¿Qué pasa?.— Yoongi habló ronco, tenso, asustado.—

Tabú [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora