Arrepentimiento

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Jimin miró atento, con los ojos rojos y cansados, y con sus delgados labios pálidos y resecos. Se removió aún sin fuerzas sobre la cama, acomodando débilmente el suero de intravenosa de su muñeca. Estaba cansado, exhausto y preocupado. Quería dormir, pero algo lo mantenía despierto, el miedo de ver a su esposo entrar furioso por la puerta de la habitación de ese hotel. Relamió sus labios ansioso y suspiró mirando a su pequeño hijo y a Seokjin jugar tranquilamente sobre el suelo junto a su cama.

No tenía tiempo de procesar lo que había pasado. Primero, su esposo le golpeó brutalmente hasta dejarlo casi inconsciente, y horas después se enteró que había perdido al bebé que no sabía había estado cargando hace ya un par de meses en su vientre. Y ahora se escondía de su esposo, metido en esa habitación de un viejo hotel que Namjoon había escogido, tratado improvisadamente por un médico pagado por su cuñado Namjoon.

Tenía tanto sueño, simplemente quería dormir durante días enteros. No quería levantarse de esa vieja aunque cómoda y caliente cama. Pero el miedo y la angustia no lo dejaban cerrar los ojos, no cuando su hijo corría el mismo peligro que él.

Miró atento a Seokjin, quien reía manteniendo ocupada la mente de su hijo. Apretó los labios cuando se dio cuenta de que Jin ya no tenía rastro de ningún golpe, estaba limpio y fuerte.

Entonces lo supo, Jin era tan fuerte como un corcho.

Porque podía estar en medio del océano, y resistir una tormenta con olas brutales que le hundieran en el agua. Pero era fuerte como un corcho, porque a pesar de lo que pasara a su alrededor, siempre iba a volver a la superficie.

Por otro lado, Jimin se sentía hasta el fondo, sin ningún tipo de esperanza por volver a tomar la bocanada de la vida.

Él no vivía, solo trataba de sobrevivir.

Y finalmente, luchando contra el cansancio, Jimin se dejó vencer, quedando profundamente dormido sobre la cama. 

[...]

MinHo le miró atento, su pobre papá Jimin lucía tan exhausto. Suspiró arrodillado frente a la cama, con sus pequeños bracitos recargándose sobre la orilla. Lo vio arrugar el entrecejo y murmurar algo que no supo entender, y sabía que aún cuando estaba profundamente dormido, no estaba descansando del todo bien, sus muecas preocupadas y sus murmuros inentendibles le delataban gravemente. Su papá Jimin estaba asustado, tal vez estaba en medio de una terrible pesadilla, tal vez su papá Yoongi seguía atormentándolo aún entre sueños. Estaba exhausto, y asustado, y eso no lo dejaba descansar con comodidad.

Abultó los labios y estiró una sola de sus manos, solo para quitar suavemente los húmedos cabellos de Jimin de su frente. Le acarició con cuidado y suavidad, y sonrió cuando pudo apreciar el cómo Jimin lograba relajar todo su cuerpo, tal vez sentir el contacto de su hijo cerca inconscientemente le tranquilizaba. Jimin soltó las mantas a las que se aferraba y logró suavizar la tensión en su rostro y cada uno de sus músculos, soltó un suspiro aliviado y se relajó por fin en la cama incluso estirando un poco los pies.

-Papi~.— MinHo habló, con un diminuto hilo de voz que apenas podía percibirse entre el profundo silencio.— Yo te voy a cuidar papi~

Y con toda la delicadeza del mundo, subió a la cama y se metió entre las mantas. Se acercó a él e incluso se abrazó a su pecho, hundiendo su rostro en su cuello se aferró a él con anhelo y cariño. Los brazos de Jimin no tardaron en envolverlo, atrayéndolo más a su cuerpo le permitió compartirle su calor.

[...]


Jimin asintió, con la cabeza un poco tambaleante y el rostro cansado. Miró atento las sábanas sobre sus piernas y suspiró profundamente escuchando nada más que un molesto silbido opacando la voz de su cuñado.

Tabú [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora