Desde la fiesta no hubo minuto en el que Iida dejara de pensar en aquel beso.
Estaba llegando al punto de interferir con sus horas de sueño. Cada noche, trataba de recrear la sensación de los labios de Kirishima en los suyos, recordaba a la perfección como su estomago se contrajo por unos segundos para luego dar paso a una maravillosa sensación. Los labios del pelirrojo no eran para nada suaves como hubiera esperado, tenían una textura mas bien áspera, pero aquella pequeña sorpresa le causó mayor satisfacción y, aunque sus lenguas nunca llegaron a tocarse, pudo sentir el fuerte sabor a alcohol mesclado con dulces. O así es como lo recordaba, porque la realidad no era tan maravillosa.
Toda la vida que tenía construida quedo cabeza abajo en los pocos segundos que sus bocas estuvieron en contacto.
Comenzó a indagar en el pasado, no conseguía unir piezas. Desde niño estaba seguro de su gusto por las mujeres, desde la niña con la que compartía dulces en el recreo de primero de primaria, hasta... al parecer aquella pequeña era la única digna de mencionar. Las mujeres le parecían atractivas, siempre huelen bien, son inteligentes, son leales y saben escuchar, pero también eran cualidades que encontraba en hombres, excepto lo de oler siempre bien.
Finalmente tomo la decisión más difícil de su vida, tuvo que pensarlo muy bien y cuestionarse si de verdad valía la pena llegar a ese punto.
Pero las ganas de dormir en paz fueron más grandes.
Necesitaba hablar con su hermano.
Camino hasta la sala y lo observo desde lejos, estaba en pijama comiendo Doritos mientras leía un libro.
-¿este es el momento en que me apuñalas? -dijo al notar su presencia.
-necesito tu ayuda.
¿Qué tan reservado debía ser para que su hermano se espantara por pedirle ayuda?
-¿mataste a alguien? – su hermano siempre bromeaba con él, intentaba aligerar el ambiente tenso que siempre lo rodeaba. Aunque la pregunta sonó más seria que lo que debía.
-¿recuerdas haberme visto sintiendo atracción por alguien? – de verdad las expresiones de su hermano demostraban más sorpresa de lo que le hubiera gustado.
-¿te gusta alguien? -la mirada coqueta y la sonrisita de Tensei sacaban sus instintos de gente no civilizada, pero necesitaba su ayuda.
-te pediré que respondas la pregunta sin cuestionarme.
-de acuerdo. – se acomodo en el sillón y le hizo un gesto a Iida para que se sentara junto a él, lo cual acepto. -y volvemos mis memorias hasta cuando mi pequeño hermanito me admiraba.
-aun lo hago.
-aww, eso fue demasiado adorable. Recordare todo lo que quieras. Entonces, creo que ibas en tercero de primaria cuando llego ese nuevo vecino extranjero.
-no.
-por meses solo hablabas de él. También estaba esa chica de primero de secundaria, a veces hablas dormido. O uno de los novatos de nuestra agencia, solo acompañabas a mamá para verlo a él, no puedes negarlo. Y no podemos olvidar tu flechazo con la chica de la cena para la recaudación de fondos del año pasado. ¿Por qué quieres saber?
-te lo diré. Pero no puedes decirle a nadie, es un pacto de hermanos.
"Pacto de hermanos" es algo que habían creado cuando Iida tenia nueve años, es el código que usaban cuando estaban por decir algo tan secreto que debía quedarse entre los dos para toda la eternidad, o hasta que sus padres los descubrieran. Tuvo que mentalizarse bastante para poder por fin sacar lo que lo había atormentado.
-me bese con alguien en la fiesta.
-¿¡QUÉ?!
Por fin podía comprender porque se usaba la expresión "puso los ojos como platos" era la mejor descripción para el rostro de su hermano.
-fue un hombre.
-¡OH DIOS!
-y cabe la posibilidad de que me gustara.
Para ese punto Tensei ya no le salían palabras, estaba totalmente estupefacto.
-no cabe duda, te encanta ese chico.
Esa fue la ultima frase que escucho de su hermano por aquella noche, se sentía tan avergonzado que se levanto del sofá y con toda su dignidad se retiró a su habitación.
Así fue, como a sus 16 años Tenya Iida finalmente comprendió que nunca había sido tan heterosexual como creía que era y que probablemente (MUY PROBABLEMENTE) tenía sentimientos por su compañero de clase.
Intento ordenar sus ideas.
1.- La boca de Kirishima.... NO. Kirishima es....
Hasta ahí le llego el orden. Estaba en medio de una crisis de sexualidad imprevista. Pensó en contarle a Uraraka pero no simplemente no se dio, Deku a pesar de ser un gran amigo no podría ayudarlo mucho, al igual que Tsuyu y ni hablar de Todoroki.
¿Qué se supone que hacen el resto de las adolescentes en esta situación? ¿siquiera pasan por esta situación los otros adolescentes?
Pero mientras todos los recuerdos de aquellas interminables dos semanas se repetían en su cabeza, tenia justo en frente a la gran detonación de su crisis.
-Iida, lo siento. – comenzó a decir Kirishima, parecía que iba a continuar, pero Iida lo interrumpió.
-yo también lo siento.
El pelirrojo se sorprendió, paso toda la noche pensando en como disculparse y de todos los escenarios que imagino ninguno venia con una disculpa por parte del mayor, empezando porque él no tenia porque disculparse.
-¿p-porque te disculpas? Es decir... soy yo quien...
-porque tú no me forzaste, yo pude haberte alejado, pero no lo hice.
-¿Por qué no?- Kirishima se arrepintió inmediatamente de su pregunta. -no. Perdón. Yo...
-esta bien.
-esta bien.
Hasta ahí quedo la conversación. Nada se había solucionado pero querían pretender que sí, aunque sabían que solo estaban tapando todo con una cubierta bonita.
Aun así, preferían fingir que todo estaba bien.
***
Hola.
Ya se que la aceptación de Iida puede sentirse un poco ideal y demasiado rápida, pero es porque el descubrimiento de su sexualidad no es en lo que quiero que se centre mi fanfic.
Me gusta hacia donde va la historia, la verdad solo trato de pensar como los personajes y dejarme llevar. Esperemos que esta táctica nos lleve a un final feliz.
Espero que te haya gustado, si es así no olvides votar. Recuerda que si ves una falta de ortografía puedes dejarme un comentario para que pueda corregirlo, la idea es ir mejorando.
Gracias por leer.
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Un amor no correspondido
FanfictionIida es un estudiante modelo y el presidente de la clase 1A. El alumno perfecto. Pero todo se le sale de las manos cuando comienza a tener extraños sentimientos por uno de sus compañeros.