Kirishima se fue de casa de Iida con una sensación un tanto amarga.
No habían arreglado nada, pero sentía que no debía intentar hablar del tema otra vez. Pensó que quizás Iida prefería hacer como si nada hubiera pasado, olvidar el tema y ya. Aunque no estaba seguro de que podría hacer lo mismo, no quería que las cosas fueran incomodas, pero si su amigo quería que lo dejaran ir... mínimo podía intentarlo.
Mientras regresaba a casa una notificación lo sorprendió. Eran noticias de emergencia, 2 vagones del metro habían sido atacados, aun no se conocía la causa. No se conocía el número de personas que se encontraban dentro y la tarea de rescate se vio complicada por los daños a la estructura.
Ni siquiera se detuvo a pensarlo, le daba igual las reglas de la escuela.
"Los héroes no tienen vacaciones" pensó, justo antes de comenzar a correr hacia el lugar del accidente.
Pero solo logro recorrer una cuadra. Iida había llegado y lo sujetaba fuertemente del brazo.
-¿Qué haces?
-no vayas.
-no sé de qué estas hablando.
No engañaba a nadie.
-tengo que ayudar.
Estaba desesperado por hacer algo, habían sido tantos años de quedarse con los brazos cruzados.
Se quedaron en silencio, el peliazul aun sujetaba su brazo con firmeza.
-quédate.
-no puedo.
-por favor.
-lo siento.
Movió su brazo con brusquedad logrando soltarse, comenzó a correr en dirección al accidente otra vez. Iida no intento perseguirlo, quizás no eran tan cercanos como para conocerse tan bien, pero sabía que no lograría detenerlo. No él. Pero sabia quien sí.
A Kirishima solo le tomo unos minutos llegar al lugar del incidente.
Las autoridades se encargaban de mantener al publico lejos del lugar. Los héroes estaban del otro lado, todos reunidos, se veían molestos.
Camino hacia ellos, fue allí donde un policía lo detuvo. Intento convencerlo de que lo dejara pasar, incluso le postro su licencia de héroe provisional, pero no lograba que cambiara de opinión. Se comenzó a desesperar, causando que subiera el tono de voz y llamara la atención del resto de personas allí. El policía le advirtió que si no se retiraba lo llevaría a la comisaria por causar tal escandalo en medio de un procedimiento importante.
No se iba a dar por vencido tan fácil, estaba a punto de continuar con la discusión cuando fue detenido por un brazo que lo jalaba lejos. Confundido giro su cabeza percatándose de que era Bakugou.
No dejo de tironearlo hasta que llegaron a una pequeña plaza no muy lejos, aun se podían escuchar las sirenas de bomberos y policías.
-¿eres tonto?- se veía bastante enojado. -aun ni siquiera pasamos por completo el curso de recate, pudiste lastimarte a ti o a alguien más. Sin duda eres idiota.
El rubio ni siquiera estaba gritando, lo cual causaba una extraña sensación en Kirishima. Podía ver como su amigo estaba totalmente preocupado.
-¿cómo supiste que...?- fue lo único que atino a preguntar.
-Iida me llamo ¿sabes lo preocupado y angustiado que se escuchaba? - se acercó y lo tomo por los hombros. – entiendo como te sientes, se lo que es sentirte completamente inútil, pero a veces hay que aceptar que no podemos hacer nada.
Se abrazaron, fue de aquellos abrazos tristes pero reconfortantes. Los brazos de Bakugou lo hacían sentir como un pequeño niño siendo protegido, no sabia que necesitaba esa calidez hasta aquel momento.
Caminaron juntos por la ciudad, sin un rumbo especifico.
Estaba intentando dejar de pensar en el accidente, pero había visto uno de los vidrios del metro manchado con sangre y no podía quitarse la imagen de la cabeza. No dejaba de preguntarse si aquella sangre pertenecía a una niña o un anciano, quizás alguien recibiría la noticia de haber perdido a su madre o su mejor amigo. Sabia que no era su culpa, pero al mismo tiempo sentía el pecho pesado.
-soy inútil Bakugou... - dijo entre sollozos, aunque intentaba contener sus lágrimas.
-eres inútil ¿y qué? Yo también lo soy, todos somos inútiles en algún momento.
-no quiero ser inútil
-entonces trabajemos duro para no serlo más.
Se grabo esas palabras, no sabia si en la memoria o el corazón. Quizás eran lo mismo.
Deseo siempre tener a su amigo, quería oírlo siempre, no importaba si le gritaba o regañaba, solo necesitaba de su voz. Se imagino a ambos, héroes profesionales luchando juntos para hacer del mundo un lugar mejor.
-llama al cuatro ojos.
Volvía a ser el mismo.
-ok.
Saco su teléfono y marco el número. Bakugou se alejó un poco, no era su pasatiempo escuchar conversaciones que no le incumbían.
//Kirishima ¿estás bien? ¿paso algo? ¿necesitas que vaya? // realmente parecía que iba a llorar, le causo un poco de ternura. Intento no reír.
-hola Iida.
//hola.//
-esta todo bien, estoy con Bakugou.
//me siento aliviado. //
-no te preocupes tanto por mí.
//intento no hacerlo. //
-no te sale muy bien.
//no es una tarea fácil. //
Ambos sonreían al otro lado de la pantalla.
-gracias por... ya sabes, llamar a Bakugou.
//me alegra que este todo bien. //
-si, todo bien.
Aquella pequeña charla por teléfono se sintió mucho más sincera que la que habían tenido anterior mente en la casa de Iida. Aunque aún había muchos filtros entre ambos, a veces podían fingir que no estaban allí y simplemente imaginar que se conocían de toda la vida.
Extra:
-¿Por qué estas vestido para una gala?- cuestiono Bakugou.
-larga historia.
***
Hola.
Siento que Kirishima ama demasiado a Bakugou y eso me causa conflicto, porque se supone que este fanfic es de Iidashima (así nombre el ship, no se si tenga otro nombre). Supongo que a veces no se puede controlar por completo a los personajes, solo me dejare llevar y veamos que sale.
Estoy teniendo un super bloqueo creativo así que probablemente me demore en publicar el siguiente capitulo, pero quizás haga algún tipo de "especial" para matar el tiempo.
Espero que te haya gustado el capitulo, si es así no olvides votar. Recuerda que si ves una falta de ortografía me puedes dejar un comentario, la idea es ir mejorando.
Gracias por leer.
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Un amor no correspondido
FanfictionIida es un estudiante modelo y el presidente de la clase 1A. El alumno perfecto. Pero todo se le sale de las manos cuando comienza a tener extraños sentimientos por uno de sus compañeros.