Humillante. Estaba totalmente humillado por su propia obviedad en cuanto sus sentimientos. Incluso Todoroki se veía entretenido con lo que le estaba sucediendo. Sentados en un círculo sobre esa, probablemente, carísima alfombra de la sala, Iida, a su izquierda estaba Uraraka, luego seguía Tsuyu, Deku y finalmente Todoroki a su derecha, tu circulo donde en el tema principal se había visto envuelto su lamentable e imprevisto flechazo con su compañero. Pero había algo más importante que avergonzarse por la plática que tenían sus amigos y esto era preocuparse de que alguien más notara su obviedad, era muy distinto que lo supieran sus amigos y, obviamente, su hermano a que lo supiera cualquiera de sus compañeros a los cuales aun no era lo suficientemente cercano como para contarles algo así. No ayudaba llamar la atención con su atuendo, no debió haberle hecho caso a su hermano, nunca debía hacerle caso.
Ya había perdido la cuenta de las veces que había volteado a ver a Kirishima, pero de todas formas lo iba a volver a hacer, no lo había visto en semanas y lo volvería a ver en tres días más, debía intentar memorizar cada detalle que pudiera de él. Era la primera vez que prestaba atención a la cicatriz sobre su ojo, fue entonces cuando un brazo rodeo sus hombros y un cuerpo tomo lugar entre el y Uraraka.
Era mina, quien se volteo para hablarle directamente a él.
-tengo que decirlo... AMO TU ROPA.
Le ofreció una gran sonrisa y comenzó a hacer muchas preguntas que Iida no respondió porque, por primera vez en toda le reunión, sus ojos se habían cruzado con los de Kirishima y no podía quitar su atención de ellos, se mantuvieron así unos segundos hasta que el pelirrojo quito su mirada para dirigirla a Bakugou.
-te ves tan increíbleeee
La pelirosa continuaba alabando su ropa.
-te agradezco los cumplidos. Con permiso, iré al baño.
Se levanto en dirección al baño, ya había estado en esa casa varias veces antes, en ocasiones estudiaban juntos o solo pasaban el rato. Se encontró con varios elogios hacia su ropa en el corto trayecto, no se sentía del todo mal que le hicieran ese tipo de cumplidos, normalmente solo hablan de sus modales o inteligencia. Dio la vuela en el pasillo que llevaba al baño para visitas, pero sintió que alguien lo seguía, se dio la vuelta y no vio a nadie, debía ser su imaginación. Solía pasarle mucho que sentía presencias que en realidad no estaban allí, fue con un psicólogo y llegaron a la conclusión de que era por la constante exposición al peligro, mantenía sus sentidos demasiado alerta todo el tiempo y también imaginaba peligros ficticios. Pero cuando estaba con gente en la que confiaba podía relajarse, un ejemplo era su grupo de amigos y familia, cuando estaba con ellos no estaba tan alerta. Esa clase de cosas era muy común de ver en héroes que llevan muchos años en servicio, incluso habían casos en los que se terminaban por volver locos, algo que cada vez se volvía más común, pero gracias a los avances científicos se habían creado tratamientos que estaban dando resultados, aunque eran algo lentos.
La sensación de una presencia volvió cuando estaba a punto de salir del baño, dedujo que debía tratarse de alguien que esperaba para usar el baño, aun así, decidió no bajar la guardia, solo por las dudas. Abrió la puerta, encontrándose cara a cara con el pelirrojo al que había estado observando toda la noche, su modo de alerta desapareció para dar paso a los nervios, afortunadamente no era una persona que se sonrojara mucho.
Se observaron el uno al otro, no estaba consciente del tiempo, nunca lo estaba cuando se perdía dentro de esos maravillosos ojos color rubí, sentía como un hormigueo le recorría la espalda de abajo hacia arriba, causándole un escalofrío que se esforzó por reprimir.
Fue entonces cuando la mano del pelirrojo lo agarro por la nuca, pegando sus labios en un beso. Por una fracción de segundo Iida creyó que estaba en un sueño como ya le había sucedido tantas veces después de esa noche en la fiesta. Pero no era el caso, ese beso era real, era eral y tan firme como el suelo bajo sus pies. Su corazón se acelero, sus manos temblaron mientras buscaban de donde sujetarse, encontrando la espalda de Kirishima y aferrándose a ella, aprisionando la tela de su camisa entre sus dedos. Sus bocas se deslizaron la una contra la otra. Sus lenguas no llegaron a tocarse, ambos decidieron trazar esa línea. Después de tanto imaginarlo, Iida pudo confirmar que la realidad superaba por completo a la fantasía que había creado en esas noches de desvelo.
Fue entonces cuando Kirishima lo tomo por los hombros y lo alejo, dejando un pequeño hilo de saliva entre ambos que se disolvió rápidamente.
-Lo siento.
Fueron las primeras palabras que escucho del pelirrojo esa noche.
-lo siento, lo siento, lo siento.- dijo repetidas veces con sus manos en los hombros de Iida, sus brazos estaban tensos y sus dedos le hacían presión. -yo solo... te vi con esa ropa y... no lo sé... solo... paso. De verdad perdonarme.
Los ojos que tantas sensaciones le causaban estaban apagados, no lograba entender por completo lo que expresaban una mezcla entre angustia y terror, pero también alcanzaba a ver un destello desconocido. Se acerco con precaución, asegurándose de no estar haciendo las cosas mal, al ver que el pelirrojo no hizo nada por alejarlo, deposito un suave beso en sus labios.
Iida regreso con su grupo, estaba embriagado por el sabor de Kirishima, que aun sentía vívidamente. Se sentó con el grupo y fingió escuchar de lo que hablaban.
***
Hola.
Un segundo besooo, se vienen muchos más.
Estoy teniendo un super bloqueo creativo así que es probable que me demore en subir el siguiente capitulo, lo sientooo.
Espero que te haya gustado el capitulo, si es así no olvides votar y comentar. Recuerda que si ves una falta de ortografía puedes dejarme un comentario para que yo pueda arreglarlo, la idea es ir mejorando.
Gracias por leer.
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Un amor no correspondido
Fiksi PenggemarIida es un estudiante modelo y el presidente de la clase 1A. El alumno perfecto. Pero todo se le sale de las manos cuando comienza a tener extraños sentimientos por uno de sus compañeros.