22. Las cosas claras

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Viktor me habia dejado sola en la ducha al cabo de unos minutos, mientras intetaba de procesar la información que me habia dado. ¿Mafia rusa? Ahora tenia un concepto completamente diferente de este hombre... tenia que averiguar más,

–Viktor... – lo llame enrollandome rapidamente con la toalla y saliendo de nuevo a la habitación.

–Nina... – dijo de la misma manera, pero habia un tono burlón en sus palabras. Lo mire mal pero no estaba prestandome atención.

–eso que dijiste... es verdad? – Viktor revisaba su celular de manera tranquila. Planto su vista en mi.

Muero por esos ojos grises... pensé.

Se encogio de hombros. – ¿tu quieres que sea verdad? – dejo su celular.

–no juegues conmigo, quiero que me hables con la verdad – exigi. – es que para mi, tu eres un hombre bueno...

–soy un hombre bueno – me interrumpio.

–alguien que se dedica a salvar vidas – segui. – y eso hago... – volvio a interrumpirme.

Deje de hablar, no estabamos llegando a ningun lado y lo menos que queria era iniciar una pelea.

–cariño, soy un hombre bueno y me dedico a salvar vidas... por eso vine a este pais – se recosto en la cama. – pero eso no significa que no tenga familia del otro lado... ya sabes siempre estan esos familiares que nos averguenzan – bromeo.

–entonces... tu no eres parte de ellos? – me acerque un poco más a el.

Parecio pensar en mi pregunta. – ummm – guardo silencio por unos segundos. – yo tengo mi vida, y ellos tienen la suya – me aseguro y me tranquilice. –... pero, eso no significa que deje de ser mi familia y si necesito de su ayuda no dudare en pedirla...

–me conformo con eso – le sonrei. Viktor era como una cebolla... si, una cebolla. Tenia miles de capas y cada vez eran más gruesas.

–ahora ven aquí – me dijo, alzando los brazos hacia mi. – o te quitare esa toalla si lo piensas mucho – bromeo y para mi sorpresa, sus palabras me pusieron nerviosa.

***

Al cabo de unas semanas, Viktor y yo teniamos toda una rutina. Pasaba la mayor parte del tiempo sola en el apartamento, mientras el estaba en el hospital... mi parte favorita del día era cuando nos reuniamos por la noche, Viktor regresaba del trabajo y alguna que otra vez ibamos a cenar fuera. Habia aprendido un poco más de su trabajo, de sus cirugias y de lo asombroso que era escucharlo como ayudo a alguien pero, tambien habian días malos, como cuando perdia a un paciente...

Faltaba solo una semana para navidad, y el ambiente en la ciudad era espectacular, todos los locales etaban adornados con luces navideñas.

Estaba usando la laptop que Viktor me habia dado, por las mañanas buscaba trabajos como recepcionista o mesera... al menos eso estaba a mi alcance. Por las tardes, me dedicaba a limpiar el apartamento, habia descubierto que hacia feliz ser una falsa ama de casa.

Mi celular sono desde la sala de estar. Jane.

–¿Jane?– me asegure.

–Hola extraña... – escuchar su voz me dio la sensación de nostalgia. – como estas?

–Jane, te he extrañado mucho... quise despedirme de ti la ultima vez que

–si, eres toda una leyenda aquí... – me interrumpio pero no sabia si lo decia enserio. Jane era la maestra del sarcasmo. – Simón me conto todo, dice que incluso dejaste tu apartamento, a donde fuiste? –.

Mi alarma interna se prendio. ¿Simon habia ido a buscarme? ¿Por qué?

–Jane... – escuche como su respiración cambio. – eres tu la que realmente quiere saber? – pregunte con cautela.

Escuche su risa atráves de la linea. – ¿Paris?! – dijo euforica. – ¡wow!, entonces avisame cuando estes de regreso en el país si?... – no podia creerlo. ¿Quien estaba junto a ella? ¿Simon? ¿Alessandro?

–claro, lo hare... – le segui. – lo siento mucho, por todo esto... – me disculpe, no podia imaginar la presión a la que era sometida.

–No te preocupes, aquí estaré cuando decidas volver... –. Su invitación fue aun más extraña, es como si fueran las palabras de alguien más. Corto la llamada sin decir más.

Esa llamada me dejo pensativa tanto que me asuste exageradamente cuando el telefono del apartamento sonó. ¿y si sabian donde vivia ahora? Levante el telefono, contuve la respiración y guarde silencio.

–¿Hola? Cariño estas alli? – era Viktor, exhale. –Hola, si aquí estoy –.

–¿esta todo bien? –.

–Si, – menti. – te llamaba para decirte que se cancelo mi cirugia de esta tarde, estaba pensando en ir a buscar tu regalo de navidad, pero creo que es mejor que vengas conmigo – se escuchaba emocionado.

Oh mi amor. – eso me encantaria! – pense en comentarle acerca de mi llamada con Jane, pero eso solo lo alteraria.

–de acuerdo, entonces paso por ti en una hora – me informo antes de terminar la llamada.

[POV VIKTOR MARKOV]

(Point Of View)

Caminabamos por el Canal Street Market, en busca de un regalo para Nina, odiaba cuando los hombres fijaban su vista en ella y como no hacerlo, si usaba un vestido de algodón ceñido y corto de color negro, una bufanda a cuadros en color rojo y unas zapatillas blancas. Se miraba hermosa, pero tenia que asegurarme cada vez que se movia a que no mostrara más que sus piernas.

–Cariño, no te parece que ese vestido es muy corto... – comenté, queria que pareciera algo con poca importancia. Ella lo penso un poco.

–claro que no! siento un poco de frio pero me siento bien, no te gusta? – dijo, dando una vuelta frente a mi. Otros hombres tambien la vieron. – oh! Mira! Entremos alli – señalo una tienda de antiguedades.

–enserio? – estaba anodado. ¿antiguedades?. Ella tomo mi mano y me guio hasta la tienda. Un hombre le dio la bienvenida de manera muy cercana... por supuesto.

Ella se intereso en un juego de tazas antiguas, tenian un estilo ingles. – buena elección señorita – dijo el encargado acercandose a ella. – son tan bonitas como usted – solto y ella sonrio. No podia creer que estaba haciendo esto frente a mi, guarde la compostura y mire hacia otro lado. Sabia que Nina era una mujer fuerte y ella se defenderia sola.

Mientras daba una vuelta en la tienda, ellos dos seguian conversando... me estaba sacando de quisio. Tranquilo Markov.

El Dragon FlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora