Mikasa se tiró al suelo exhausta, estaba en la cocina de la oficina, aquel sitio era pequeño y solo servía para recalentar comida, cocinar algo súper ligero y comer allí en los pequeños descansos, menos mal traía consigo una almohada en su mochila para darse el gusto de tomar una siesta en aquel sitio cerrado y sin ruido, Erwin nunca entraba en la cocina de empleados ya que el siempre salía a comer o pedía a domicilio y los repartidores entraban al edificio y a su oficina.
Cerró sus ojos y poco a poco se fue quedando dormida, aquellos documentos habían sido entregados al correo de Erwin y su informe de promoción para su sorteo de viajes de empleados, hizo lo que pudo en el transcurso de esa semana, llevaba 119 reseñas de 119 clientes distintos que había entrevistado sobre el producto que ofrecía la empresa de Erwin, ya que se enfocaban en ventas, registros de ventas, publicidad, ir a supervisar los productos en la fábrica que estaba a 10 minutos de allí, El enorme cansancio que tenía causó que se durmiera más rápido y profundo.
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Era el año de 1961, la chica de cabellos largos y negros caminaba por aquel cementerio que yacía en Berlín, habían vuelto después de tantos años atrás desde la muerte de su primer esposo, Vestía aquellos pantalones holgados y acampados característicos de la época, una blusa negra de botones y mangas cortas.
Observó detalladamente aquella tumba donde estaba escrito el nombre del chico que tanto amó y antes de su muerte dejó aquella chica en estado de gestación inicial, la noticia se la daría en navidad pero nunca logró decírselo, en cambio huyó del país a Japón para casarse con un japonés y ponerle su apellido a su hija.
—Mami, ¿A quién estamos visitando?— preguntó aquella adolescente sacudiendo los hombros de su madre quién se encontraba fuera de si.
—Es alguien muy especial para mi, fue la persona que más amé y que voy a amar en éste mundo, hasta mi muerte— habló la pelinegra con lágrimas en los ojos.
En aquella lápida estaba la característica foto que ponían para personalizar las tumbas de los muertos de clase alta, su ex esposo fue un hombre adinerado, y su padre un caprichoso hombre de negocios que planeaba casarlo por matrimonio arreglado ante una chica de él mismo nivel económico, sin embargo éste se casó a escondidas de su padre planeando huir con ella a Suiza para vivir juntos, una de sus tantas promesas que nunca cumplió.
—¿Murió antes de que conocieras a papá?— preguntó curiosa viendo a su progenitora a los ojos, aquellos ojos verdes esmeralda característicos que poseía aquel castaño que no dejaba su mente.
—Fue hace 13 años, es bastante tiempo, pero la herida nunca cesa— dejó aquel ramo de flores blancas sobre la lápida, aquella adolescente de cabello castaño oscuro tocó la foto de aquel hombre que posaba en la lápida.
—Murió 8 meses antes de que yo naciera, la fecha dice 12 de diciembre de 1948, yo nací el 14 de agosto de 1949, mi cumpleaños fue hace un mes, No soy tonta, hay algo que me haz estado escondiendo, las fechas no cuadran a la historia de cuando conociste a Papá— habló la chica un tanto confundida.
—Cariño, Él es tu padre, no Nashimoto— aquellos ojos verdes de llenaron de lágrimas.
—¿Mi papá?— sus piernas flaquearon y cayó directo al césped mojado causado por la lluvia de hace algunas horas.
—Si cariño, él es tu papá, murió antes de que lo conocieras, iba a darle la noticia pero ya no estaba más en éste mundo, Nashimoto aceptó que fueses su hija aunque no fueras biológica, ya que te pareces más a mi pero tienes el cabello casi como el de tu padre y sus ojos verdes— su madre se acercó a su hija con una pañoleta de seda para limpiar las lágrimas que caían de sus ojos.
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Viaje a lo desconocido (EreMika AU)
Ciencia Ficción¿Que pasaría si por salvar la vida de un pobre muchacho te lo arrastras a una época que no le corresponde? Esto le pasó a la reconocida astróloga y científica Hange Zöe al tratar de salvarle el pellejo a un chico que estaba a punto de morir a manos...