03- Un extraño dice hola

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ELIA

─ ¿Cuánta veces vas a suspirar? ─ examino su rostro antes de contestarle, ya que más que una pregunta parecía una recriminación.

─ Han sido dos veces, Tae ─le respondí

─ Han sido las dos horas más largas llenas de suspiros que he tenido en mi vida ─ no logro evitar sonreír con su comentario.

─ Puede ─ vuelvo a sonreír.

─ Así que, no quieres hablar sobre lo que dijo Susan. ─ el estuche que intentaba guardar en mi pequeña mochila se resbala de mis manos.

─ Solo lo dijo porque nos llevamos bien ─mentí-─dijo lo mismo de nosotros. De hecho, lo dice de cualquiera que tenga una buena amistad.

─ ¿Dice lo mismo de nosotros o...─ baja su voz. Seguí su mirada a la persona hacía la puerta. Se encontraba de espaldas a nosotros, con sus manos apoyadas en el barandal mirando al primer piso. Termine de cerrar el broche que tiene mi mochila como seguro.

─ Namjoon ─ Fue casi un susurro, pero estaba segura de que pudo oírlo, aunque deseaba que no fuese así. Se giro. Usaba una beanie azul oscuro que minutos después la reconocí, yo se la había comprado hace dos cumpleaños. Sonreí como tonta cuando vi sus converse, las mismas que las mías. Claro que ese fue el impulso de comprarlas, no dejar que el las pagara por mí. Nos acercamos y los dos comenzaron a hablar. Toda mi atención se fue al grupo de chicas donde estaba la castaña y la rubia mirándonos de forma poco amable. Deje de mirarlas, lo único que lograría era que viniesen a causar problemas, nuevamente. Sentí como algo toco mi pie llevando toda mi atención al otro par de converse negras que juguetonamente tocaban las mías. Sonreí.

─ Debo irme. Tengo que arreglar unas cosas con el profesor Martí ─ fue casi instintivo el "uuh" que salió de mi cuando termino su oración ─ Gracias por los ánimos Elia.

─ Perdón. ─le dedique una sonrisa. Taehyung paso su mano por mi cabeza y se despidió de Namjoon en silencio. Me quede absorta mirando como se iba. Claro que tenía sentido que tantas chicas estuviesen hasta los pies por mi amigo.

─ Son muy cercanos ahora ─ mire a Namjoon sin entender muy bien a que se refería con eso. Claro que somos cercanos, nos conocemos desde el verano que lo llevo al pueblo. Y eso fue cuando yo tenía dieciséis. Volví a busca la boina de Tae, pero ya no era visible por ningún lado. Le deseaba suerte en su camino para hablar con el profesor Martí.

­─ Oye ─ puso sus manos en mi cintura mientras me acercaba a él. Mi curiosidad por saber si Tae lo había conseguido me hizo dar dos pasos atrás según Namjoon me jalaba. ─ ¿Puedes darme tu atención? ─acaba de hablarme en la oreja. Me gire alarmada y roce mi nariz con su mentón. Tire mi espalda hacía atrás. ¿Cuántas emociones de estas tendría que pasar el día de hoy? Porque no creía poder soportar otra más.

─ No ─ me removí intentando quitar sus manos de mi cintura. Lo único que logre fue que me abrazara. Oculto su rostro en mi hombro. Si no fuese porque ya estaba reclinado a la pared, esta posición sería imposible─ ¿Qué estás haciendo? Tu ex nos está mirando. No quiero que me asesine.

─ Siempre está mirando Elia. Son como cuervos esperando una presa ─ sonaba cansado. La imagen del coche de su padre paso por mi mente, no pensé en eso. Casi lo había olvidado después de encontrar con Susan.

─ Vi el auto de tu padre hoy temprano cuando llegué ─ asintió aun con su cabeza en mi hombro─ ¿Estas bien?

─ Puedes creer que le fue con el cuento a mis padres. Esa relación siempre fue de cuatro personas. Susan, mis padres y yo. ─ pase mis brazos bajo su abrigo para abrazarlo.

─ Lo siento Nam. ─ acaricie su costado debajo del abrigo. Unos segundos después se incorporó, paso su brazo por mis hombros y tomo mi mochila cargándola en su brazo libre.

─ Hoy secuestrare a mi mejor amiga con su voluntad. ─ Quise responderle que técnicamente no podría ser un secuestro si me iba por mi voluntad, pero me leyó más rápido ─ Ya sé que no es un secuestro.

Aun podía sentir la mirada de las dos chicas, seguramente Namjoon también las sentía. Mordiendo en nuestras espaldas esperando que el suelo se abra y nos traque. Tenía una clase más a la que asistir hoy, sin embargo, los ojos brillantes de mi mejor amigo me estaban pidiendo auxilio. Así que, solo deje que me guiará hasta donde estaba su coche. La verdad no es más de un año en el que Nam decidió que era momento de tener una licencia. Y la única razón era que conduciendo tenía la excusa perfecta para no tener que contestar las llamadas de su padre. Conducir le protegía del control. Saco la llave de su bolsillo abriendo las puertas a la distancia. Un bonito carro negro, con el que iba a todas partes. Caminamos al lado del copiloto estire mi mano para abrirme la puerta y su mano quedo sobre la mía. Lo miré, no es que no hiciera eso antes, pero Susan detestaba que le abriese la puerta a cualquier otra chica que no fuese ella. Por lo que poco a poco fue dejando de hacerlo.

─ Gracias ─ me agache para poder entrar y note como movió su mano a la parte superior de la puerta para que mi cabeza no se golpeara con esta. Cerró la puerta y entro más rápido de lo que parecía en el lado del conductor. Puso mi mochila en el asiento trasero, abrochamos nuestros cinturones

☂️

─ Admítelo ─le repetí por decima vez ─ te perdiste.

─ No estoy perdido, solo no sé cuál es el camino ─ miraba por el parabrisas los dos caminos sin saber que hacer.

─ Normalmente, esa es la definición de estar perdidos ─continúe molestándolo.

─ Mientras me pierda contigo puedo tomar todos los caminos equivocados ─ Bien, ahora no sabía que decir a eso─ Iremos por el derecho. Si.

─ Creo que intentas convencerte más a ti que a mí.

─ Puede que este un poco perdido, pero no he venido en tanto tiempo porque Susan era la enemiga de la naturaleza. ─mire por la ventana.

─ Y aun así estabas con ella. ─ forme una línea con mis labios. Quería golpearme por lo que acababa de decir. Lo pensaba así pero no era lo que quería decirle.

─ Auch... Pero es verdad. ─ Tomo el camino de la derecha y decidí que había hablado demasiado. Guardé silencio hasta que percibí su mirada en mí y lo regresé a ver. ¿Por qué tus ojos están tan tristes? ¿Te dolió tanto terminar con Susan? Toque la mano que sujetaba la palanca de cambios. La soltó y tomo mi mano.

─ Namjoon, ¿qué pasó? ─ le pregunte con suavidad ─ ¿es por tu padre o por Susan? – soltó una risa amarga al nombrarla a ella.

─ No lloraría por una persona tan manipuladora – <<excepto por tu padre>> pensé – No, no es ella. Bueno sí, pero... No quiero hablar de eso. No cuando te tengo por fin para mí solo.

─ ¿Planeas matarme y ocultar mis restos en el bosque? ─ pregunte bromeando. Su sonrisa volvió para terminar convertida en una risa bastante gratificante a mis oídos. Se llevo nuestras manos juntas hasta su rostro para darle un beso a mi mano.

─ De verdad, gracias. ─ parecía tan vulnerable dándome las gracias sin ninguna razón aparente con los ojos brillantes.

─ ¿De nada? ─ le conteste con duda. ─ Sabes que puedes contar conmigo, sea lo que sea que este pasando puedes decirme. ¿Quién más podría entender ese control paterno tan extremo mejor que yo?

─ Definitivamente tú eres más valiente que yo.

─ Tal vez, otros dirían que irme de casa fue la mayor estupidez de mi vida. ─soltó mi mano ─ Mírame vivo con dos trabajos y sin tiempo para nada.

─ Pero tienes libertad... de alguna forma.

─ Si, de alguna forma. 

Let us love usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora