12 - Golden Hour

318 52 12
                                    

Elia

No paraba de pensar en la noche anterior. ¿Qué iba a decir antes de la entrada de Tae? ¿Por qué ahora parece estar tan cerca mío? No es que antes no pasara, pero nuestros rostros en raras y pocas ocasiones quedaban así de cerca. Cuando éramos niños y nos susurrábamos secretos al oído, y mientras fuimos creciendo eso se volvió un recuerdo. Dejamos de usar papelitos cuando descubrí que no bastaba con votarlos en la basura, al parecer el control también debía ir dirigido a mis temas personales. Por unos meses, cuando nos veíamos tendía a escribir en su brazo para que el resto no tuviera toda la información. Eso dejo de funcionar con su primera novia.

Luego yo tuve mi primer novio y nos distanciamos más, no parecía correcto ser tan cercanos físicamente cuando teníamos a otras personas. Tal vez por eso mis relaciones fracasaban, no lograban comprender porque siempre lo tenía presente o porque era a quien le contaba todo. Sabía que tenía culpa en que mis novios pensaran que existía algo más entre nosotros aun cuando no era así. Sin embargo, no lo entendí hasta que ella apareció. Fue la primera vez que alguien me gritaba de esa forma por él. Digo, no hice nada para merecerme ese trato, pero sin lo que me dijo no creo que me hubiese dado cuenta de mis sentimientos. Los mantenía bajo la idea de que lo conocía desde hace tanto tiempo que era solo eso.

Y todos mis pensamientos me dirigían a lo mismo, la noche de ayer. Sin importar que tanto le diera vueltas. Y todo se volvía más confuso si rememoraba la escena cuando fue a dejarme a casa. Claro que ya era tarde, pero no es como si no hubiese dormido antes conmigo. Tal vez, no debí invitarlo a pasar siendo casi las once de la noche.

─ ¿Quieres que me quede hoy? ─ me respondió algo asombrado.

─ Oh, bueno... Yo no dije eso exactamente, pero sí─ dije lo último casi como una pregunta.

─ Si tú quieres eso, por mi esta perfecto. ─sonreí. Estaba contentan con tenerlo más tiempo para mí. Y fue ese pensamiento el que se sintió como un golpe de agua fría, no podía desear que se quedará conmigo. No así, no... Namjoon es mi amigo, mi mejor amigo y solo eso. No puedo pesar que... No. ─ ¿Te bajas del auto o prefieres que te lleve?

Me sorprendí al verlo junto a mí, creía que aún no se baja del coche. Mantenía la puerta abierta mientras sonreía. Me tendió la mano para ayudarme a bajar tal como lo hizo antes solo que esta vez no me soltó cuando cerró la puerta. Cerro el auto activando la alarma y comenzó a caminar mientras yo seguía viendo nuestras manos juntas.

─ ¿Es esto muy raro? ─ pregunto dándose la vuelta y parándose frente a mí.

─ ¿Qué? ─ levante la cabeza─ ¿Qué es raro? ─ solté una risa a nerviosa bastante ridícula─ ¿Qué?

─ Oh dios... ─ soltó mi mano y me abrazo─ ¿Cómo no me di cuenta antes?

─ No sé de qué estas hablando.

─ De ti. ─ Me apretó más contra él y sorprendentemente, mi espalda no se quejaba como lo hizo cuando por fin me senté en su auto para volver. ─ Hace frio deberíamos ─ su teléfono comenzó a sonar. Termino el abrazo para tomar su teléfono del bolsillo interno de su abrigo. Arrugo la frente y en un suspiro añadió ─ Yo quería tiempo a solas.

─ ¿Pasa algo? ─ lo dije con más curiosidad de la necesaria.

─ Mi padre me necesita mañana temprano, así que no podre quedarme. ─ hizo un puchero─ Ven te dejo en la puerta sana y salva para irme tranquilo. ─solo asentí.

Y claro, ahora estaba en mitad de una clase a la cual no le estaba prestando atención pensando en esa conversación. ¿Qué es lo que no se había dado cuenta antes? ¿Qué significa "yo quería tiempo a solas"? ¿Acaso no estuvimos solos estos últimos días? Y, ¿por qué parecía que deliberadamente lo ignoré? ¿Acaso me había extrañado tanto como yo a él? Posé mi cabeza sobre mis manos y cerré los ojos. Tal vez así podría dejar de rallar el disco. Sentí un golpecito en mi brazo, miré a mi derecha. Tae levantando la cabeza en un gesto corto que significa "¿Qué pasa?" me miraba insistente, pero tampoco tenía idea de que pasaba. Así que solo negué para decir "nada" y volví a tomar notas. O algo así, porque no había tomado notas de toda la clase el párrafo se quedaba a medias y era remplazado por garabatos al filo de la hoja. A esto debía añadirle los murmullos cuando llegue en la mañana, claro que toda la escena de Susan llamó la atención. Cuando por fin termino la clase me deje caer sobre el escritorio ocultando el rostro entre mis brazos.

Let us love usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora