𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 23

208 18 8
                                    

Estaban justo a las puertas del palacio, aquel que alguna vez le resultó descomunal y hermoso, ahora sólo le provocaban malos recuerdos y tristeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaban justo a las puertas del palacio, aquel que alguna vez le resultó descomunal y hermoso, ahora sólo le provocaban malos recuerdos y tristeza.
La enorme puerta tallada finamente, fue abierta por un par de caballeros que servían allí mismo. Al entrar, todo fue como un remolino fragmentado de memorias e ilusiones vacías. Siguió su paso por el jardín, al lado de Kuro que no dejaba de sostener su mano fervientemente, miéntras sus fieles lacayos y el par de caninos se adelantaban hacía las caballerizas del palacio.
No pudo evitar recordarse cuando llegó por primera vez a éste lugar, se asombro y se sintió algo fuera de lugar. Pero por primera vez experimento lo que era el verdadero amor aunque no fuera lo más hermoso, sin dejar de mencionar que no se parecía en nada a los cuentos de hadas que alguna vez su madre le contó.

—¡Maldita zorra! — escuchó a Milk gritar, haciendo que al instante sus anteriores pensamientos ahora sólo se enfocarán en aquella mujer que maldecia eufórica, mientras la miraba dirigirse a toda prisa hacía ella, con la firme intención de desquitar su furia.

— ¡Ni siquiera intentes poner tus manos sobre ella! — Exclamó el demonio, mientras que a unos escasos centímetros de la cara de la peliazul, la delicada mano fue detenida al instante por Kuro, quién a pesar de la ira de la mujer no parecía haberle costado ningún esfuerzo sostener su muñeca.

— ¿Vas a defenderla después de todo lo que pasó? ¿No le harás pagar por lo que nos ha hecho? — espetó iracunda, sin ningún control sobre sí misma— ¡Eres un maldito idiota que no tiene ni una pizca de dignidad!

— Creo que tú eres la persona menos indicada para darme consejos de pundonor. De todas formas, eso solo me consierne a mí — replicó el demonio a la vez que soltaba el agarre en su muñeca— A tí no te incumbe como decido resolver mis problemas, ni mucho menos mis asuntos maritales.

— ¿Pensaste que iba a dejarme por tí? — ahora la fina voz de sus cuerdas vocales que parecía furiosa y llena de maldad, se dirigió a Bulma— ¡Estúpida! Él sólo se divirtió contigo y te abandonó como la basura que eres— la forzada carcajada salió como impulso de sus labios.

—Tal y como yo lo hice contigo ¿No es cierto, Milk? —Kuro siguió caminando al lado de Bulma a través del jardín sin mirar a la furiosa mujer se había quedado completamente perpleja ante sus hirientes palabras — No te compares con ella querida Milk, no tienes la suficiente dignidad para hacerlo.
Bulma permaneció en silencio, pero con demasiadas interrogantes ante los sucesos que se presentaron hace solo unos pocos instantes ante ella ¿Qué había pasado entre ellos dos? Era más que claro que Milk y Kuro habían intimado anteriormente.

— ¡Idiota! ¿Crees que puedes hablarme de esa forma e irte fácilmente? —la joven se acercó rápidamente para colocarse al frente de Kuro y Bulma para impedir su paso— Te haré tragar cada uno de tus insultos maldito estúpido. Te ofrecí mi ayuda para buscar a tu zorra ¿Y ahora me tratas de ésta forma? — las palabras salientes ni siquiera eran pensadas antes de soltarlas al viento, la mujer sólo estaba cegada por el rencor y la inmensurable ira— Mi padre te matará en cuanto le diga que me has forzado a estar contigo...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 28, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝒀 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora