𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 3

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Habían transcurrido solo unos pocos minutos después de que se fueron aquellos hombres de aspecto arrogante

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Habían transcurrido solo unos pocos minutos después de que se fueron aquellos hombres de aspecto arrogante. Goku no quiso darle más vueltas al asunto y para ser honesto, no le importaba el pasado que la joven tenía arrastrando con ella. Solo tenía un deseo obsesivo por protegerla a pesar del corto tiempo en que la había conocido. En cambio a Vegeta, le resultaba inquietante la forma en la aquel tipo se refería a ella...una traidora...¿Realmente podían confiar en ella?...tal vez el tipo misterioso tenía razón y estaban ayudando a un demonio con la apariencia de un ángel.

– Ella debe tener hambre; le pediré algo para comer...tal vez un poco de vino le vendría bien...¿o un poco de agua sería lo más adecuado?...

– ¡No sabemos nada de ella!...y en lugar de preocuparte por qué demonios hizo para que la estuvieran siguendo; te preocupas por qué va a comer...eres un idiota Kakaroto.

– Ella nos lo dirá después...solo está asustada– respondió Goku a la defensiva.

–Nos meteremos en problemas por ayudar a una completa desconocida...no es nuestro problema; solo deberíamos dejarla e irnos antes de que nos cause dificultades.

– Ella es tan frágil; realmente dudo que pudiera hacer algo terrible.

– ¡Frágil!... traía una maldita espada...y ella sabía como sostenerla, no dudo que sabe cómo usarla– Vegeta hizo una pausa y trago saliva– te preguntaré algo...tal vez ya sepa la respuesta, pero necesito confirmarlo...– miró a su amigo fijamente, esperando un rastro en su semblante que confirmarán sus sospechas. Tomo un respiro y se dispuso a disipar sus dudas antes de saber lo que hacer. Goku solo mantenía su sonrisa y sin emitir sonido, asintió con la cabeza.

– Se que eres muy tonto para disimular lo evidente, así que solo quiero satisfacer mi curiosidad...¿Te gusta esa chica?

– Sí...es hermosa– contestó a su pregunta sin un rastro de vacilación en el rostro.

– ¡No conoces nada sobre ella!– inquirió el pelinegro con un poco de exhaltación– ...y ella no quiere decirnos quien es realmente...no tengo razones para ayudarla ni mucho menos para confiar en ella, y tu deberías decir lo mismo.

–Creo que me enamoré a primera vista, ella hace que mi corazón comience a acelerarce cuando la veo... deberías entenderme, tú estás enamorado, próximamente te casarás con Milk.

– Si que eres un idiota... yo llevó desde la infancia conociéndola y mi compromiso está desde que nacimos...no te confundas; no es lo mismo Kakaroto...– Vegeta bajo la mirada y le dio el último trago a su bebida– me voy a dormir, es inútil hacerte entrar en razón...

– Te alcanzó en un momento...

– Eres completo tonto Kakaroto...uno no puede enamorarse tan pronto– dijo antes de irse.

Goku le dirigió una sonrisa mientras esté subía las escaleras; sabía que su amigo solo se preocupaba por su bienestar, siempre lo hizo desde que eran apenas unos niños. Por otro lado, no era extraño que se comportará con recelo y cutela; había sufrido lo suficiente como para justificar la desconfianza albergada dentro de él.
Al entrar a la habitación, el pelinegro se encontró sorprendido al chocar con unos hermosos pero penetrantes ojos azules, era como perderse al contemplar dos zafiros de exquisita belleza. Lo dejó completamente hipnotizado a ver aquella chica con el vestido que le había regalado; era de época pero sus curvas resaltaban en todo su esplendor. Ese tiempo ella lo había aprovechado en arreglar su enmarañado cabello y limpiar sus heridas...a Vegeta le parecía que en poco tiempo ella se había dejado de ser una joven con virtud para convertirse en un verdadero ángel...un hermoso ángel...

–Hola...– dijo la peliazul tímidamente.

–Ho...la..– Vegeta tartamudeaba al encontrarse frente a frente con su delicado rostro. Su aroma era tan exquisito que tubo que contenerse para no acercarse un poco más y seguir inhalando el perfume que desprendía su piel.

– Debo agradecerte nuevamente por el vestido...es muy lindo.

– No agradezcas– dijo alejándose bruscamente de ella, antes de poder cometer una estupidez.

– Gracias de todos modos...–ella se acercó nuevamente a él y besó su mejilla, haciendo que el guerrero comenzará a sonrojarse...

𝒀 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora