𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 15

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Goku quedó atónito al escuchar las revelaciones de la joven peliazul; era sorprendente cada una de sus palabras, pero sin en cambio era sumamente triste la forma en la que su vida había transcurrido

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Goku quedó atónito al escuchar las revelaciones de la joven peliazul; era sorprendente cada una de sus palabras, pero sin en cambio era sumamente triste la forma en la que su vida había transcurrido. En cierto modo las palabras de Bulma no habían dañado en absoluto sus sentimientos hacía ella; solo se reforzaron al darse cuenta de lo valiente que había sido al superar lo que le aconteció.

— Lamento todo lo que te sucedió, sé que debe ser muy difícil estar sola, sin una familia— el pelinegro le dirigió una mirada llena de compasión y amor— pero ahora yo seré cómo tú familia, y tú formarás parte de la mía...— el hombre sonrió con su perfecta sonrisa plagada de bondad, casi inexistente en otros seres.

— Todo fue mi culpa, yo hice que mi familia muriera, si él aparece nuevamente lo mismo te pasará— el gesto de la joven que se encontraba entristecido, se estaba sumergiendo cada vez más en un abismo de melancolía que los recuerdos, y sobretodo el terror de perder a su mejor amigo le estaban causando; por qué en eso se había convertido aquel hombre que con tanta bondad le había mostrado que no todo en la vida era caos y sufrimientos. Él era lo más cercano a un hermano, y aunque quisiera amarlo de otra manera, su corazón le dictaba algo diferente.

— Nada de lo que sucedió fue tú culpa; Kuro es el verdadero culpable, él se encargó de destrozarte la vida, tú solo quedaté y déjame protegerte. En el bosque hay muchos peligros, incluído aquel mounstro buscándote...por favor...no te vallas— suplicó con un par de lágrimas asomándose de sus obscuros ojos; no quería perderla, aún y sí lo viera solo como un amigo. Se enamoró, y francamente no cambiaría ese sentimiento aunque ella jamás llegará a corresponderle.

— Está bien; me quedaré, pero solo será por un tiempo— el semblante de la joven se inclinó hacia abajo para evitar el contacto visual con el pelinegro, al tiempo en el que de sus ojos fluían unas cuántas lágrimas— no creo poder soportar ver a Vegeta, él va a casarse y sinceramente no creo poder soportarlo...

— Solo dame tiempo y yo me iré contigo...

— ¡No dejarás todo por mí culpa!— respondió con exaltación.

— Si lo haré— el pelinegro se obligó a mostrar una sonrisa en sus delgados labios— haré lo que a tú hermano le hubiera gustado hacer, yo te protegeré de ahora en adelante.

La abrazó y la reconfortó en sus brazos; como un buen amigo, y como su nueva familia.

                       🌸🌸🌸

Vegeta pensó el lo que había sucedido la noche anterior; no podía borrar de sus cabeza las bellas imágenes de aquella mujer que amaba, pero que por conservar su amado prestigio, había decidido perder. Era inegable la forma tan cobarde y ruin en la que le había hecho entender que nada habría entre ellos dos, y que que su cuerpo solo le sirvió para saciar su ardiente pasión. Ella era vírgen antes de aprovecharse de su ingenuidad y de el amor que sentía por él; un regalo sumamente valioso, pero que simplemente Vegeta había desechado por tener otras prioridades en su vida.
Tenía la certeza de saberla pérdida, y que Kakaroto tendría el camino libre para estar con ella; esa era la más dolorosa de las consecuencias de su cobardía, pero ya no había marcha atrás,él había tomado la decisión.
Ese mismo día la miró marchar; quería decirle que no se fuera, que todo lo que dijo anoche era solo una sarta de mentiras; solo trato de ser fuerte, soportando el impulso de llorar y pedirle perdón. Pero no fue así; mantuvo su rostro frío e inmutable, pues no deseaba dar explicaciones sobre el dolor que sentía, y que al parecer no tenía fin.
Se iba, lejos de él y del daño que le había causado; llevándose junto con ella el primer sentimiento de amor que le embargo...

𝒀 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora