17. La Despedida Amarga Y La Dicha Absoluta

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Me dirijo hacia la cocina, pero la bocina de un automóvil me interrumpe.

Abro la puerta y por un instante el dolor pasó a un segundo plano al ver de quien se encontraba bajando de la Ram 1500 límite negra.

Cabello negro azulado, ojos castaños-iguales a los de ella-, y piel morena.

Donde quiera que vaya la vanidad le acompaña y eso me queda claro, cuándo veo como viene vestido; vaqueros negros, abrigo de gamuza marrón, camiseta cuello redondo negra y zapatilla Versace de caña alta blancas.

-Dilan-digo cuando está frente a mí.

Sonríe de lado, se inclina para besar mi mejilla.

-Llegó tu transporte damisela-susurra con coquetería.

Suelto una leve risa.

-Veo que ya llegó nuestro chófer-dice la voz de Hannah a mis espaldas.

Dilan la mira indignado, mientras que ella pone los ojos en blanco.

-Acompáñame que hay muchas cosas que subir a tu auto-Hannah me mira-Ya sabes que hacer.

Asiento con la cabeza, doy un paso aún lado y empiezo a caminar dejando atrás a los hermanos Monroe.

Ingreso al lugar donde tantas veces comí de prisa, mientras nana me regañaba por no despertar a tiempo, Francesco dormía y jugaba-era solo un bebé-y Alex se burlaba de mi situación.

No iba a suceder más, los tendría que dejar aquí.

-Toma asiento-me indica nana.

Hasta los taburetes iba a extrañar-bueno aunque cada año Liliana ordenaba cambiarlos-.Nana picaba esa verdura que hacía que sus ojos se cristalizaron, pero esta vez no era la causante de eso.

-No llores-le pido bajito.

Ella levanta la mirada y me sonríe.

-Sabía que la señorita Hannah te iba a sacar de este lugar en cualquier momento-dice con voz entrecortada-Y también que te hice prometer algo-suerve de su nariz-A Pesar de saber todo eso, me parte el alma saber que mi niña se va a ir.

Deja caer el cuchillo y empieza a llorar, rápidamente me acerco a ella rodeándola con mis brazos.

Mi vista se empieza a nublar y varias lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas-no me quiero ir-los sollozos no tardan en aparecer.

-Tuvimos que llegar en la madrugada-dice apartándose de mí-La amas de casa de los vecinos, me llamaron informándome lo que sucedía.

Se lo que pretende alivianar la despedida, pero no va a funcionar.

-¿Van a estar bien?-guarda silencio-Te juro que si en algún momento me necesitan volveré.

Niega con la cabeza.

-Tú ve a disfrutar de la paz y alegría que tanto mereces-besa mi frente-No mires jamás hacia atrás.

La abrazó con mayor fuerza, es lo único que tengo como figura materna y no puedo hacer nada para ayudarla.

-¿Por qué lloras mamá?-pregunta a mis espaldas Francesco.

Rápidamente nos separamos, secó mis lágrimas y giro para encontrarme a Francesco intentando fruncir el ceño.

-Hola, Javi-sonrió débilmente.

Francesco mira a nana y luego a mi.

-¿Qué pasa?-pregunta sin tapujos.

Abro y cierro la boca, no tengo una explicación clara para explicarle a él, que la persona que desde siempre ha considerado su hermana se marchará.

Nana se inclina quedando a la estatura de él.

The True RealityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora