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Seungmin los había invitado a su fiesta de cumpleaños. Por lo general lo festejaba junto con el cumpleaños de Jisung, así que organizó todo con los colores que a ellos les gustaba. Minho y los dos australianos ayudaron mucho con las decoraciones, Felix había hecho una torta espectacular rellena de dulce de leche y crema. Han no sabía nada de la fiesta, solo lo habían invitado, así que sería una sorpresa de parte de su primo.

Solo irían adolescentes aquella fiesta, los padres decidieron hacer otra aparte con la familia. Dejaron a los pequeños a cargo de todo mientras ellos se irían a la casa de la abuela. No quedaba muy cerca que digamos, así que estarían tres días en lo de la anciana. De igual manera, confiaban plenamente en su hijo ya que no era alguien desorganizado, o eso creían. Los adolescentes habían comprado botellas de alcohol, usaron al australiano mayor para comprar esas bebidas. Ya eran mayores de edad, estaban en su último año y querían vivir al máximo.

— Chan, no creo que esto sea buena idea.— Le comentó el chico de pecas a su novio.

— Lixie, yo los cuidaré. Prometo no tomar nada y mantener ésta casa en orden.— Dijo dándole una sonrisa tranquila, de esas que a su amado le encantaban. Le dio un pequeño beso el la frente y siguieron organizando la casa.

Por otro lado estaban tres chicos buscando algún regalo para Kim. Ya habían pasado por tres locales y nada les convencía, nada era del estilo del chico. Changbin había dicho que seguro nadie le llevaría algo, pero los otros dos hicieron caso omiso.

Entraron a un pequeño bazar, al principio no había nada interesante pero Han vio algo que le prendió el foco. Era una pequeña taza de perro, un igual a la que tenía de pequeño, esa que se rompió en un juego. La tomó al instante, por suerte estaba a un buen precio.

— ¿Por qué le compraste una taza?— Preguntó el bajito intrigado.

— Cuándo éramos niños tenía una igual, pero se la rompí sin querer. Luego él también rompió la mía, eran nuestras tazas favoritas.— Contesto nostálgico. — La mía era con una ardilla, una lástima que no esté ahí.

— Ya verás que la encontraremos, pero ahora necesitamos buscar que ponernos.— Dijo Hyunjin apurado, sus amigos lo miraron extrañados. — Lo siento, no me gusta ir a las fiestas en ropa normal.

— Es un simple cumpleaños, no una Fashion Week.— Bromeó Changbin. — Ponte una camisa y pantalones ajustados, eso siempre funciona.

Tomaron un taxi para ir a la casa de Jisung. El rubio tenía en su mochila el regalo y la ropa que usaría para el cumpleaños, y Changbin le pediría alguna camisa a su amigo.

Luego de llegar y pagarle al taxista, entraron a la casa para cambiarse y envolver los regalos. El bajito buscaba una camisa que ponerse en el armario del castaño, encontró una negra que se veía nueva, eso le resultó raro. Hace mucho Jisung no compraba ese tipo de prendas.

— Oye, Ji.— Llamó a gritos Seo. — ¿Me prestas ésta camisa?

— Esa la voy a usar yo, me la regaló Jinnie. — Changbin lo miró con una ceja alzada y una sonrisa de lado. — ¿Qué?

— Nada, veo que por tu cara le tienes demasiado aprecio.— Dijo para después tomar otra camisa. — Supongo que con esta no hay problema.— Antes de salir al baño a cambiarse, Jisung lo detuvo.

— Changbin ¿Tu crees que si nos besamos me voy a sentir como me siento con él?— Esa pregunta dejó al bajo en shock.

— No creo que eso suceda Jisu-

Antes de que terminara la frase, el de mejillas abultadas le robó un pequeño beso en los labios a su amigo. Tenía dudas sobre lo que estaba haciendo, no se sintió igual, no sintió ese calor, definitivamente lo que sentía por el rubio era más que amistad.

Por suerte estaba la puerta cerrada y Hyunjin estaba abajo preparando la envoltura del regalo. Seo lo separó abruptamente, y empezó a regañar al castaño por lo que había hecho. Decidieron no hablar del tema y hacer como si nada pasaba. Changbin no quería que Hwang se enterara de lo sucedido y lo asesine.

Luego de cambiarse y arreglar el tema, los dos chicos bajaron sin apuro. Hyunjin ya estaba vestido, por suerte no era algo muy excéntrico. Su corazón palpitó desenfrenado al ver a Han vestido de forma distinta. Tenía pantalones ajustados y aquella camisa que le había regalado, era todo un deleite a los ojos del rubio. Changbin tosió para sacarlo de su trance.

— Creo que debemos irnos, nos están esperando.

Por suerte, la casa de Kim no quedaba muy lejos. Tranquilamente podían ir caminando y llegar a la hora.

Tomaron las cosas que llevarían junto con el regalo. Salieron procurando dejar todo cerrado y ordenado. Caminaban tranquilos, aún quedaba tiempo. Varias miradas caían sobre el castaño, la mayoría eran chicas, eso hizo que Hyunjin tomara la mano del menor.

Al llegar, Minho los recibió y los guío directamente al patio trasero. Habían algunas mesas con muchas bebidas desconocidas para Han, y algunos refrigerios. Notó que había globos de los colores favoritos de él y su primo, empezó a sospechar.

— Sunggie.— Gritó su primo con alegría acercándose a él y sus amigos. — Feliz cumpleaños atrasado.— Lo abrazó con fuerza, estaba emocionado.

— Feliz cumpleaños, Minnie.— Se separó un poco y le tendió una bolsa.— Es para ti. — Kim con emoción empezó a desenvolver el regalo. — Sé que no es mucho pero-

— ¡Mi taza de perrito! Eres el mejor primo del mundo. — Saltó con alegría y lo volvió abrazar. — Yo también tengo un regalo para ti, te lo daré después.

Habían pasado varios minutos de la fiesta

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Habían pasado varios minutos de la fiesta. Ya estaban todos los invitados bebiendo, algunos ya ebrios, Minho era uno de ellos. Lee estaba hablando con Jisung, actuaba medio extraño debido al efecto del alcohol, estaba demasiado cariñoso. El rubio lo notaba desde la lejanía, estaba realmente molesto.

— Oye, Ji.— Dijo entre risas. — Tu antes me gustabas, pero solo un poquito~

El castaño al escuchar eso se sintió raro ¿No se suponía que tendría que alegrarse? No, él ya no gustaba de Minho, y realmente nunca le gustó.

— O-oh ¿De verdad? — Preguntó con incomodidad, miraba a su primo en busca de ayuda.

— Si, pero luego llegó Minnie y cambiaron las cosas. Hyunjin estaba celoso de que sintiéramos lo mismo. — Apoyó su cabeza en su mano.

— ¿Por qué estaría celoso?— Esa pregunta le resultó demasiada gracia al mayor, tanta que empezó a reír a carcajadas.

— ¿Todavía no lo sabes?— Observó como el rubio se acercaba. Cuando estuvo lo suficientemente cerca lo soltó. — Él gusta de ti, desde hace mucho. — Dijo apuntándolo.

El miedo se apoderó de Hwang.

DISTRACTION || HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora