Capítulo 6 - Fuego

151 81 43
                                    

No me era nada fácil intentar explicarle a Sam el contexto de la situación, mucho menos sin entrar en cada detalle que París me había confiado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No me era nada fácil intentar explicarle a Sam el contexto de la situación, mucho menos sin entrar en cada detalle que París me había confiado. Las intenciones de aquel joven idealista eran las de llegar al fondo de la cuestión, pero por mi forma de hablar acerca de ella y algunos marcados gestos, pudo darse cuenta de que aquella mujer en realidad me importaba. Era utópico pensar que ella podría desvincularse de la situación en la que se encontraba y salir totalmente airosa al mismo tiempo, pero dejarla librada a su propia suerte no era una opción que por mi parte contemplaba, yo estaba dispuesto a hacer todo lo posible para ayudarla.

— Para serte sincero confío en tu inteligencia, y no creo que llegues a pensar que ella es totalmente inocente en toda esta historia —dijo con extrema franqueza Sam.

— No quiero convencerte de que ella es inocente de nada, pero créeme desde que la conozco. He analizado cada gesto, cada acción y tengo la certeza de que no es mala persona, no intento justificarla, pero de alguna manera la voy a ayudar.

— Muchas personas ocultan su verdadera esencia, y más allá de que yo pueda darle un voto de confianza, ella te está involucrando en algo realmente complicado.

— Lo sé, claro que lo sé. Pero dime la verdad, ¿qué harías en mi lugar?

— Para ser honesto, no quiero ni pensar que haría en tu lugar.

— ¿Entonces estás de mi lado al menos?

— Voy a continuar con la investigación, quizás también sea una forma de encontrarle una salida a todo esto, mientras más información podamos manejar del entorno de Cortés, podremos pensar en más opciones para que puedas ayudarla, ¿no crees?

— Eres un genio Sam, de verdad que lo eres —le dije mientras lo abrazaba con fuerza.

— Que quede claro que esto lo hago sólo por ti.

— Gracias mi querido amigo, sólo necesito una cosa más. Por favor, esto debe quedar entre nosotros.

— No te preocupes, seré muy discreto, confía en mí.

El apoyo de Sam me daba un poco de esperanza, en ese momento no sabía de cuánto tiempo disponíamos antes de que la situación de Cortés salga a la luz, si es que había alguien en algún lugar con el coraje suficiente, como para hacerle frente a una persona que tenía el poder necesario para comprar la impunidad.

Mi vida no había sido una aventura más allá de los idas y vueltas de mis amores, incluso profundizando aún más, en los últimos años todo se había vuelto muy rutinario con el trabajo, es así como quizás la vida de a poco nos va apagando a todos si dejamos de lado los sueños. Los días fueron pasando sin darme cuenta de que el tiempo se escurría entre mis dedos, sin poner pausa, sin que las oportunidades se quedaran a esperarme, sin que las sensaciones puedan disfrutarse, porque quizás cuando quise sonreír, ya todo era un recuerdo.

Mi vida no había sido una aventura, pero ahora que una persona llegaba para despertar mis empolvadas emociones, me encontraba en una situación difícil de abordar, tal vez era el comienzo de un dramático capítulo con desenlace feliz o quizás el final de un amor que no estaba destinado a ser.

La Pasión de RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora