Capítulo 9 - Planificación

93 57 39
                                    

En mi mente tenía un millón de cosas aquella mañana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En mi mente tenía un millón de cosas aquella mañana. Mientras París dormía plácidamente sobre mi pecho, la idea de un escape perfecto me daba vueltas, hasta quizás era una utopía, la situación ameritaba no dejar ningún cabo suelto que pudiera significar una línea directa hacia el nuevo destino, debía tomar recaudos con todo y todos; aunque quisiera hacerlo no había lugar para las despedidas, ni nada que llegase a generar preguntas, así que debía pensar bien cada paso que iba a dar. Además, el tiempo significaba algo muy valioso, ya que no estaba tan seguro de cuanto les iba a tomar a la organización de Fernandes llegar hasta mí, la policía no me significaba ninguna garantía, ya que más allá de poder confiar en Kyle, seguramente el bloque policial tendría infiltrados en distintos niveles, así que el plan no debía salir de entre París y yo. Contaba con unos ahorros en efectivo que me ayudaría con el viaje y un par de meses de estadía en Marsella, seguramente podría encontrar un alquiler accesible a través de Claude, uno de los amigos que hice allí en aquellas vacaciones. El trabajo sería cuestión de tiempo, así que no era algo que me preocupaba; el viaje sería de casi 700 km de un punto al otro, para ser exactos la distancia específica es de 694,3 km, lo que significaría unas 7 horas de viaje por carretera en bus, la cual era la opción más conveniente, teniendo en cuenta que los registros eran menores en ese medio y que en la frontera con Francia sólo iba a ser necesario presentar el documento de identidad si un oficial lo requería.

Habían pasado unos largos minutos cuando París despertó.

— Hola amor —me dijo con su hermosa sonrisa.

— Buenos días pequeña.

— ¿Qué haces despierto?, es temprano aún —repuso con voz suave mientras estiraba sus brazos hasta rodearlos en mi cuello.

— No he podido dormir bien, estoy pensando en el viaje, intentando organizar todo en mi cabeza para que salga todo perfecto.

— No debes preocuparte tanto, todo estará bien.

— Me preocupo por ambos. Sé que no es nada fácil, tampoco es una decisión a la ligera, simplemente es lo correcto.

— ¿Tienes alguna duda?

— Para nada amor, sólo quiero que todo salga bien, debe ser lo más pronto posible.

— Lo sé, pero quédate tranquilo, todo estará bien, ¿Cuándo deseas partir?

— En un par de días, el viernes quizás. Hay más movimiento en los viajes, y eso nos podría jugar a favor.

— Estoy de acuerdo, ¿qué necesitas que haga yo?

— Por lo pronto necesito que sigamos la rutina para que nadie sospeche de nada, con respecto al viaje vamos a llevar lo estrictamente necesario, si es posible que quepa en una maleta, para que todo sea más ágil; una vez establecidos allá todo será más sencillo.

— ¿Qué harás con tu trabajo? ¿con el taller?

— Voy a encargarme de escribir un correo electrónico a las personas correspondientes explicando algún fantasioso motivo, no quiero involucrar a nadie más en esto.

La Pasión de RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora