Capítulo 12 - Nervios

40 7 8
                                    

La charla iba avanzando y de a poco todo el lugar pasó a ser solo parte del decorado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La charla iba avanzando y de a poco todo el lugar pasó a ser solo parte del decorado. Julie era una mujer bastante astuta e inteligente. A ciencia cierta denotaba una madurez que le ponían unos años más que Mel, pero en mi afán de caballero, no quise indagar sobre esa cuestión en particular. Estoy de acuerdo que es un pensamiento bastante anticuado, pero ¿qué más puedo decir? Soy un hombre fiel a su estilo.

Mientras la noche seguía adelante, de a poco los lugares fueron quedando libres, permaneciendo de esa manera menos personas en la celebración. Pero ello no hacía mella en mí, ya que estaba más que cómodo junto a la hermosa rubia que tenía cautiva mi atención.

—Me es difícil creer que tengas esa veta romántica al escribir —rio Juliette—. Te juro que si me decías que eras escritor, hubiese pensado en drama como primera opción.

—¿Me veo tan enrevesado como para que pienses eso? —pregunté con una sonrisa, mientras bebía de mi copa.

—No, cariño. Te ves encantador, pero no se precisa cruzar muchas palabras como para saber que no eres alguien convencional. Pero igual, no tomes lo de drama como una connotación mala. Sino estaría insultando a uno de mis actores dramáticos predilectos, Viggo Mortensen —contestó mientras acomodaba su cabello detrás de su oreja.

—"Cuando hagas el amor con una mujer escúchala, cuídala y respétala. Aunque no la ames" —le dije mientras posaba mis ojos en los suyos esbozando una sonrisa.

—Estás citándolo en su papel de Ben Cash —repuso sorprendida.

—Captain Fantastic fue una gran película. Creo Viggo debería haber sido galardonado ese año.

—Es cierto, aunque no fue nada injusto que Casey Affleck se haya llevado los flashes del reconocimiento. Aun así, veo que tienes buen gusto —indicó con una sonrisa enmarcada por un delineador labial que resaltaba el rouge de sus labios.

—¿Ya ves? —dije mientras giraba la cabeza, como quitándole importancia a la pregunta.

—¿Qué cosa?

—No soy tan solo una cara bonita. Ese es el origen del buen concepto de Mel. —Ambos echamos a reír, para cuando la hermosa cumpleañera nos interrumpió abrazándonos por la espalda.

—¡Qué alegría me da que por fin se hayan conocido! —expuso la hermana de Claude, evidenciando en su aliento la cantidad de alcohol ingerido— ¿Verdad que nuestro amigo es todo un galán, Julie?

—Galán y cinéfilo al parecer ja, ja —soltó la rubia, buscando la complicidad en la risa de su joven amiga.

—¿Te encuentras bien? —le pregunté a Mel, notando que le costaba un poco mantener el equilibrio.

—Estoy feliz, ¿eso cuenta? —respondió lanzando otra carcajada.

—Gran parte de los invitados ya se retiraron. Si quieres te llevo a casa —le pregunté mientras que con un gesto buscaba que Juliette apoyara mi idea.

La Pasión de RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora