Nuestra historia real [Cinco y tu] ✔︎

S e i s

CORREGIDO

N A R R A  K L A U S

Estuvimos toda la tarde riendo y jugando, aprovechando el hecho de que era sábado y no teníamos entrenamiento, hasta que por accidente le pegamos a la ventana de Cinco, salió y mientras nos regañaba comenzó a pegarnos con un periódico.

Al final ambos nos fuimos a nuestras habitaciones, hasta la comida donde padre nos analizaba a un más de lo normal, tratando de leer nuestras mentes, y cuando se me cayó un fideo papa parecía sacar rayos lacers de sus ojos, fue aterrador, bueno, más de lo normal.

Finalmente al terminar nos dejaron ir, sin pensarlo salí corriendo a abrazar a ______.

—Tu ausencia de sintió como años! —exclamó limpiando una lágrima de mi ojo, ella me mira irónica— Entonces... que vamos a hacer?

—Yo ire a dormir y tú, no lose —responde alzando los hombros.

—Que cruel ______! Yo que tenía planes contigo.

—Son las siete ya casi se oscurece tengo que ir a terminar unas cosas, además a donde iriramos? —pregunta cruzándose de brazos.

—Es enserio? Nosotros peleamos contra criminales, ¿que nos puede pasar?, ademas no es la primera vez que salgo.

—Bien, voy a mi cuarto, en diez nos vemos en mi ventana —dice comenzando a caminar hacia su habitación, asiento y corro a mi habitación.

Necesito cambiarme de ropa. Busco entre todo lo que está amontonado en el closet, cada cierto tiempo salgo por provisiones y hoy es el día.

Y que mejor que llevar a mi querida hermana, que nunca sale de este manicomio.

Me siento junto a la ventana mientras miro el sol caer, las hojas moviéndose al ritmo de la brisa, el atardecer esta vez es de colores naranjas, tomó el calendario y escribo en el.

"Crepúsculo vespertino."

Me dejó caer sobre las almohadas y miró el reloj impaciente, en verano, el sol suele caer a las siete, siete y media, y como siempre estoy en mi habitación a esa hora, comencé a escribir el tipo de atardecer que daba.

N A R R A  ________.

Después de ir con papá en un intento fallido de buenas noches subo las escaleras, y miró al piso mientras subo, notando que los zapatos de la academia se ven particularmente pequeños en mi, choco contra alguien haciéndome levantar la mirada, Vanya.

—Lo siento, estas bien? —preguntó mientras la ayudo a ponerse de pie, cayó de trasero.

—Perdón fue mi culpa, estaba distraída —contesta ella mirando al piso.

—No, fue mi culpa —digo con una sonrisa— sabes ahora que lo pienso a pasado tiempo desde que hablamos, tenemos que hacer algo.

—Papá no nos dejara —contesta ella en voz baja.

—Tan mal me conoces? yo nunca hago lo que el viejo quiere.

—Número Ocho! —escuchó la gruesa voz de Reginald, quien hace una hora decidí no le dire más "Papá." —Sabe que es rigurosamente ilícito el hablar con Numero siete —con un movimiento de cabeza hace que Vanya se vaya, le dedico una sonrisa de boca cerrada y vuelvo mi atención a Reginald— Numero Ocho. Se puede saber que hizo el dia de hoy?