N u e v e

272 34 4
                                    

CORREGIDO

N A R R A _______

Reginald se pone de pie y nos arrastra a hacer lo que menos quería. Nos presentaría a sus socios. A decir verdad todos se ven iguales, altos, con barrigas de embarazo, relojes caros y rostros que dicen "tu no eres nada". Solo hay una persona que, al igual que nosotros, usa máscara pero de cara completa. Es de color blanca y tiene dos agujeros que aparentan ojos y una sonrisa negra. Tiene puesto un traje negro y un reloj que revisa constantemente. Me agrada su pinta.

Como casi costumbre estoy al lado de Cinco. Mi compañero original, Ben fue arrastrado por Klaus y Diego a las mesas de comida, según dijeron «Tomando provisiones». Luther y Allison están a un lado de papá prestando suma atención a lo que hablan, sin embargo es obvio que no están entendiendo.

Nosotros saludamos casualmente a quienes se nos acercan. Mientras miró con gracia a Allison darle un codazo a Luther por algo, una mujer de porte alto y elegante se acerca a Reginald, junto a ella hay una niña, se ve a penas unos años menor que nosotros, cabello rojizo rizado, ojos verdes como perlas y tez blanca. Muy blanca. ¿Hace cuanto no toma el sol?

Reginald asiente con la cabeza a algo que la mujer dice y nos señala con la cabeza. Cinco y yo nos tensamos al tiempo. La mujer se acerca a nosotros, tiene un aura peculiar. Observó el vestido de la niña, es rosado bordado en los orificios y tiene un gran y llamativo diamante justo en el centro.

Sino fuera una heroica se lo arrancaría. Se vería mejor en mi.

La mujer se para frente a nosotros y estira la mano hacia nosotros.

—¿Son Cinco y Ocho? —pregunta, lentamente asiento con la cabeza.

—Y usted es...? —pregunta Cinco.

La mujer está a punto de contestar cuando la niña se para frente a ella empujándola, no dice nada.

—Bonnie Genovese —contesta la menor—. Pero puedes llamarme Bonnie.

Me tapo la boca aguantando la risa. El apellido me recuerda a algo. Creo que era un postre... Genovisa? Geno. Ah, si, ¡genovesa! De los mejores postres que e probado. Nos lo compró un día Reginald, no recuerdo porque pero estaba exquisito. Debería volver a comerlo.

La niña mira con una sonrisa emocionada a Cinco, que me aprieta el brazo, hago una mueca de dolor.

—Te admiró desde hace muchos años y me gustaría hablar contigo —la miró con el entrecejo fruncido cuando se acerca a Cinco y lo toma de la mena.

¿Y esta perra que?

—Espérate —ordena Cinco—. ¿Y ella? —cuestiona señalándome.

La pelirroja me mira de cabeza a pies de manera despectiva. Aprieto los dientes, tranquila ______.

—No me agrada. En las misiones siempre es la extra y su poder no es ventajoso. —dice mirándolo de nuevo.

«Por lo menos tengo un poder» Pienso.

—No soy su fan. Es muy extra y básica. Además no va con la academia, no es igual de bonita que... — la cortó porque se está metiendo con algo que no le importa y que no dejare que se meta.

Nuestra historia real [Cinco y tu] ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora