S i e t e

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CORREGIDO

N A R R A  _______

Mis pulmones se llenan de aire fresco a penas salgo de ese lugar. La noche es fresca y el aire solo se encarga de relajarme. En silencio los tres comenzamos a caminar de vuelta a la academia. Estoy, bueno es seguro que estamos rendidos.

Juro que es la ultima vez que acompaño a Klaus a algo. No vuelvo a meterme en problemas: fuera de la academia. Miró mis manos y una horrible sensación pasa por todo mi cuerpo.

Cuando llegamos digo les deseo buena noche y me voy a mi habitación, al baño de esta. Me quito el uniforme quedando en ropa interior y en la tina comienzo a quitar la sangre pegada en esta. Mierda. Me quedo por lo menos un cuarto de hora quitando la sangre del uniforme. Mientras mi mente trabajaba para volver a revivir cada momento. Odio con todo mi ser este momento. En el que tengo que deshacerme de todo.

¿Había hecho lo correcto? Tengo evidencia contra el hombre, mucha. Pero solo le quite la vida. Lo que me mata la cabeza fue el ver su mano. Estaba casado. Siento el como por mi mejilla baja algo húmedo. Pero no me molestó en quitarlo.

Soy culpable. Le quite la vida a alguien. No me preocupa que en algún momento las autoridades me encuentren, eso es lo de menos, con el dinero de Reginald nadie puede meterse con nosotros.

No se que paso por mi mente en el momento en que comencé a golpearlo, o en el que comencé a golpear a todos allí. No se por que lo hice. Antes de ir mi humor estaba de maravilla.

—Maldición —susurró encogiendo mis piernas para abrazarlas.

Me quedo un rato en la ducha. Con algunos productos del baño logré quitar todas las manchas al uniforme y me fui a dormir. Por lo menos lo intento. En realidad solo miró al techo.

Por que la pregunta ronda mi mente; ¿Quien eres tú para quitarle la vida a alguien? Simplemente una chica casi normal, si Reginald no me hubiese adoptado puede que yo estuviese robando para sobrevivir, no todos tenemos las mismas oportunidades en la vida.

***

Cuatro días. Casi una semana y mi humor no ha mejorado mucho que digamos. Lo que pasa dentro de la academia tampoco ayuda mucho, pero podría ser peor, ¿no? Me siento en el piso y recuesto mi cabeza en la pared mirando al techo.

—¿Todo bien? —pregunta Diego. Lo miró y con una sonrisa de boca cerrada asiento.

—Por supuesto.

—Entonces que haces tirada ahí?

Miró mi lugar y me acomodo en el piso. El me mira como un bicho raro. Aunque no estamos muy lejos de ser unos.

—El piso es cómodo. Deberías acompañarme —sigo con mi pose más relajada.

—Bien, _______ se que no nos llevamos muy bien... pero se que algo anda mal.

—Cabeza dura —le llamo haciéndolo gruñir—. Estoy bien, solo no dormí por que me quede organizando el desastre de mi habitación —explicó. El aliviado, asiente y se va.

Suspiro y tomó toda mi fuerza de voluntad para ponerme de pie y ir a mi habitación. Por lo menos allí puedo poner música.

N A R R A C I N C O

Nuestra historia real [Cinco y tu] ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora