V e i n t e

168 30 2
                                    

CORREGIDO

N A R R A ______.


¿Cinco se me acababa de declarar? A pesar de estar atontada puedo decir claramente que sí, que al final, todo lo que según yo —porque por supuesto tenía que auto sabotearme— había sucedido solo en mi ilusa mente, era mutuo, había sido real.

Se siente irreal.

Lo miro entrecerrando los ojos y él sonríe de manera dulce.

—¿Quién es este y que le han hecho a mi Cinco? —le pregunto imitando una pistola con mis dedos. El rueda los ojos y yo me rio—. Mira, Cinco, si dijiste e hiciste eso, por simple lastima te mato.

—Déjame recordarte que no soy exactamente conocido por mostrar lastima o empatía.

—Oh, si había olvidado que eres Cinco, Don inhumano —suspiro dejándome caer hacia atrás de manera dramática sus brazos me sostienen evitando que caiga, lo que agradezco.

—Oh cállate —pide cerrando los ojos y subiendo los brazos para rodearme en un abrazo.

Y.... realmente no tengo palabras. Después de haber luchado tanto tiempo con mis emociones, con mi imaginación y con mis deseos, por fin puedo ver y abrazar a Cinco de la manera en la que quiero sin pensar en, ¿y si lo incomodo? ¿Y si no me ve de la misma forma? Porque ya nada de eso importaba, porque ya sabía que no era así.

Nos alejamos después de unos segundos y le paso la mano por la mejilla antes de alejarme para volver a mi cama, el me siguió y ambos nos sentamos recostando la espalda en la pared.

El silencio es cómodo, relajante, pero a la vez se siente como si ambos quisiéramos decir algo, pero no siendo capaces de encontrar las palabras.

—Entonces... —comienzo yo a la vez que él dice:

—Que...?

Intercambiamos miradas, más el estruendoso sonido de la puerta siendo abierta de par en par nos hizo saltar como gatos mojados por agua. Por la puerta, como si de un santo se tratara entro Klaus, una sombrilla en mano y un pequeño frasco en la otra, ¿lo sorprendente? Debajo del frasco tiene libros, libros, ya estoy comenzando a asustarme, ¿cuántas cosas más fuera de lo normal sucederán hoy?

—Estas bien? —pregunto, pero el me ignora tirándose encima mío en un abrazo, que confusa, le devuelvo.

—Pero aquí están mis hermanos favoritos —Cinco y yo intercambiamos miradas, a lo que Klaus se tapa la boca con ambas manos—. ¡Ya hasta están conectados! Que lindos.

—¿Qué pasa, Klaus? —pregunta Cinco parándose de la cama, Klaus rápidamente toma su puesto.

—Necesito de vuestra ayuda —contesto en un acento español fingido, sonrió sin mostrar los dientes.

—En qué? —cuestiono recostando la cabeza en su hombro.

— Bueno, como recordaran mí no muy querido padre decidió que esta semana vamos a tener que hablar con el sobre lo que vimos esta semana y pues, ¿cómo les explico? Ah, sí, yo no me acuerdo de nada —hace una mueca y luego hace como si se muriera.

—Que te hace pensar que te ayudaremos? —pregunta Cinco levantando una ceja, frunzo las cejas.

—Pues, yo pensaba ayudarle.

—Cinco, ponte en mis zapatos, tu, como siempre, ayudaste a mi querida ________ a entender todo —dice Klaus—, gracias a ti y a su increíble inteligencia entiende casi a la perfección lo que aprendemos. Yo no tengo ningún tipo de ayudas extras, ni una increíble inteligencia, ¿pero sabes lo que si tengo? Dos hermosos hermanos, que me pueden ayudar —termina mirándonos a mí y a Cinco.

Nuestra historia real [Cinco y tu] ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora