Negras: reina f6

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Yoongi se sintió cansado y abatido, en primer lugar por las pocas e incómodas horas que había logrado dormir durante la noche, y en segundo lugar por el fracaso de sus investigaciones.

Taekwang podía estar en cualquier parte.

En una fiesta privada, o bailando en un galpón recién estrenado o en cualquiera de los muchos after hours ilegales que proliferaban para los que querían bailar setenta y dos horas seguidas. Era como buscar una aguja en un pajar.

Entró en una cafetería. Necesitaba un café para no desfallecer, víctima de los nervios o del cansancio, aunque sabía que si se detenía un segundo, y pensaba en Jimin, sería peor.

Bastante duro era llevar esa imagen en su mente. Pero más duro sería llevarla durante el resto de su vida. La imagen de la persona que más quería en estado de coma, convertido en un muerto viviente. Precisamente él, que quería ser médico. Qué extraña paradoja del destino.

—Un café, por favor.

—¡Marchando!

El camarero empezó a manipular la cafetera. Un cliente, a su lado, en la barra, le dirigió una mirada ocasional. Se sentía muy raro. Tenía percepciones y nociones de la realidad muy distintas, nuevas. Le costaba creer que el mundo siguiera como si nada. Podía entender que Seokjin, por ejemplo, estuviese enfermo. Pero lo de Jimin no.

Eso no.

La confusión y el aturdimiento se acentuaron.

Hasta que el café aterrizó delante de sus manos.

Sin embargo, no fue por él. La reacción se la produjo el cliente de la barra, cuando de pronto levantó la voz y llamó la atención del camarero diciendo:

—Seung, ponme otra.

Yoongi tuvo un flash. Hana y Seung. Ellos también estaban allí. Verdaderamente, no eran más que dos locos que ya lo habían probado todo en la vida, pese a su corta edad, yendo siempre a contracorriente. Pero lo importante es que sabía dónde vivían, y eran amigos de Taekwang.

Eran su última oportunidad.

Campos de fresas [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora