Negras: reina x g7

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No era una pelea, era más bien la liberación de todas las tensiones, de todas las frustraciones, de toda la impotencia. Jungkook ya no hablaba, tenía miedo de que a Taehyung le diera un ataque de histeria imparable. Hoseok era el que intentaba calmarlo, sin mucho éxito.

—¡Por favor, Taehyung, vas a hacer que todos los vecinos se enteren!

—¡Yo no quiero que se pase el resto de la vida así, en una cama! ¡No lo resistiré!

—¡Tae!

—¡Hoy teníamos que ir a ver una película! ¡Y está allí! ¡Y a lo peor ya se ha muerto! ¡Y yo no quiero que se muera! ¡No quiero!

—Dale algo, Hoseok— pidió Jungkook.

—¡Sí, hombre!— protestó Hoseok. —¿Qué te crees, que yo vivo aquí y sé dónde está todo?

—¡Si me tocan, grito!— anunció Taehyung.

Jungkook se apartó aún más.

—Si lo sé no vengo— rezongó.

—¡Cobarde!— le insultó Taehyung. —¿Vas a pasarte el resto de la vida ignorando esto, fingiendo que no ha pasado nada? ¡Pues ha pasado!

—¡Yo no digo que no haya pasado, sólo digo que así no resolvemos nada!

—¡Cállate!— ordenó él.

—Deberíamos llamar al hospital— propuso Hoseok, asustado por el estado de su novio. —Seguro que ya está bien y nosotros aquí...

—¡Mierda!— llegó al límite Taehyung. —¿Por qué lo hicimos? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué...?

Iba a volver a llorar, dejándose arrastrar por los nervios, abandonándose por completo, y en ese momento sonó el teléfono fijo.

El zumbido los alarmó a los tres.

Les paralizó el corazón, y la mente.

Se miraron entre sí, asustados, y tras la primera señal, llegó la segunda, y la tercera.

—Serán tus padres...— el primero en hablar fue Hoseok, indicando así que no podía atenderlo él.

—Déjalo— dijo Jungkook. —Como si no hubiera nadie. Tal vez sea un vecino, como ha dicho antes Hoseok.

—Es del hospital— balbuceó Taehyung.

Sus palabras los afligieron aún más.

El timbre sonó por cuarta vez.

Y por quinta.

Taehyung se movió hacia el aparato. Vaciló durante el sexto zumbido.

—No— susurró Jungkook.

—Son tus padres, seguro— insistió Hoseok.

Taehyung atrapó el auricular con la séptima señal.

—¿Sí?— musitó débilmente.

—¿Tae? ¡Maldita sea, creí que no estabas!

—¿Yoongi?

Los otros se le acercaron.

—Oye, ¿están contigo Hoseok y Jungkook?

—Sí.

—¡Bien!— los tres le oyeron gritar por el pequeño auricular telefónico. —Escucha, los necesito y rápido. ¡Sé dónde encontrar al tipo que les vendió anoche las pastillas! ¡Necesitamos una!, ¿ok? Hay que intentarlo, por Jimin. Por pequeña que sea la esperanza de que eso lo pueda ayudar... Pero yo no puedo ir solo, tenemos que ir todos.

Taehyung miró a los otros dos. La histeria desaparecía. Ahora todos tenían algo que hacer.

Por fin.

—¿Dónde estás?— quiso saber.

Campos de fresas [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora