Desconocidos [✔]

Capítulo 2

Hablar con Matt en los pasillos de la escuela me hace acordar a esa típica escena de la porrista y el mariscal de campo coqueteando en medio de los corredores, pero no era así. Simplemente es él capitán del equipo de fútbol y su novio. Matthew es un chico tan hermoso, tan bueno, es como una luz, es imposible olvidarme del momento en cuando me pidió que fuera su novio. Fue antes de anotar el "penal" ganador en uno de los partidos más importantes, antes de hacerlo hablo por un megáfono y dijo "Si ganamos, confieso mi amor a la persona que me gusta y si no ganamos, lo haré igual". Sonreí al recordar eso y el momento que vino después de eso, el acercándose a mi, hecho claramente un asco, todo sudado y sucio pero con la mejor intención que puede tener alguien y yo lo miraba sonriendo y felicitándolo por haber ganado, él simplemente se acercó y me besó, me quedé en shock y obviamente no rechacé ese beso y lo seguí, en frente de toda la escuela. Me moría de vergüenza pero fue algo tan hermoso y cliché.

Estaba tan perdido pensando en eso que Matt llama mi atención.

—Tierra llamando a Nico...— decía mientras pasaba una mano por mi cara, yo solo reí y quité su mano.

—Lo siento, estaba pensando en cuando me besaste por primera vez— sonreí al decir eso.

—¿Quieres que lo haga otra vez?— su voz sonó pícara y yo solo me limité a asentir y juntar nuestros labios, podríamos seguir si no nos hubiese interrumpido el profesor de Artes, aclarando su garganta y dejando en claro que a la escuela no se viene a "hacer novios sino a estudiar". Matt y yo reímos y nos fuimos cada uno a nuestras respectivas clases.

Por suerte tenía otra vez matemática y  recordé qué el pelinegro había "aceptado" ser mi compañero, sonreí y entré al salón. Aún no había llegado así que simplemente tomé asiento en el lugar que me había sentado junto a él la otra vez. Pasaron unos minutos y Elliot llego, solo se limitó a mirarme y sentarse junto a mi.

—Espero no arrepentirme de esto— suspiró.

—Vas a ver que no— dije sonriendo—. Además, soy muy bueno en matemática, soy el compañero perfecto.

—Mm, ¿cómo te puede gustar esta materia de mierda?— arqueo una ceja y reí.

—Es que es muy divertida, me encanta resolver problemas— él solo sonrió.

—Ya tengo un apodo para ti— se llevo una mano a su barbilla e hizo como si pensará—, Nancy Drew masculino— al escuchar eso entrecerré mis ojos tratando de recordar quien era Nancy Drew y en unos segundos lo recordé era esa chica que resuelve misterios bueno, algo parecido a los problemas, sonreí ante eso.

—¡Es verdad!— reí por lo bajo.

La profesora de matemáticas dio algunos problemas para que pudiéramos resolver, miraba de reojo a Elliot y tenía ceño fruncido, era obvio que no entendía nada.

—Tienes que multiplicar ese conjunto de números y luego sumar todo...— susurré, a lo que él me miro e hizo lo que yo ordené, dándole el resultado correcto.

—Gracias, Drew— dijo esbozando una sonrisa y se dedicó a hacer los demás ejercicios. Yo solo me limitaba a resolver y sonreír.

Finalizo la clase y ambos salimos juntos rumbo hacía los casilleros, tanto él como yo, mirábamos la estructura del instituto, ya lo conocíamos como la palma de nuestra mano, pero aún así, era muy hermoso como para dejar de mirarlo.

—¿Te gustaría acompañarme al centro comercial después de la escuela?— pregunté amablemente.

—Dime, ¿tengo cara, de que me guste ir a los centros comerciales?— preguntó seriamente y haciendo lo que hace siempre, arqueando una ceja.