Desconocidos [✔]

Capítulo 12

Eran las 7:00 am y yo me encontraba preparando todo para el viaje. Estaba muy emocionado realmente, tenía muchas energías para la hora que era. Guardé algo de dinero que tenía ahorrado y algunas otras cosas en mí mochila que podrían servir. Me puse un atuendo cómodo y lindo para la ocasión. Para finalizar me terminé abrigando con la chaqueta que me prestó Elliot.

A las 8:30 era el horario donde saldría el tren de la estación. Me sobraba algo de tiempo así que me dispuse a desayunar algo tranquilo y prepararme para soportar el frío que va a hacer allí fuera. Para colmo, los pronósticos decían que iba a hacer mucho frío y había una pequeña posibilidad de que caiga nieve, eso sería muy hermoso.

Terminé mí desayuno y lavé rápidamente lo que usé. Mamá se encontraba levantada y se había ofrecido a llevarme a la estación.

—Mira, no voy a entrometerme en lo que haces, pero quisiera conocer a éste chico... ¿Como era su nombre?— dijo pensativa.

—Elliot, y no tienes de que preocuparte, si quieres puedo decirle algún día que venga, es muy buen amigo, lo quiero mucho a decir verdad— sonreí y lo que decía era cierto, quería mucho a Elliot, se había ganado mí corazón en poco tiempo, es alguien a quien vale la pena llamar amigo.

—Está bien, confío en ti— mamá besó mi frente y se fue a cambiar para poder llevarme a la estación en la cual debería estar en aproximadamente treinta minutos.

Luego de unos minutos bajó y subimos al auto para dirigirnos al punto de encuentro. El día estaba algo nublado pero decían que podría salir el sol a eso del mediodía, creo.
Miraba por la ventana como los árboles se movían a causa del viento. Si no muero de hipotermia en esté viaje, me consideraría una persona inmortal.

Llegamos a la estación y saludé a mamá, la cuál, seguía insistiendo en que le llamé cualquier cosa y que le mande fotos, típico de cualquier madre, pero era algo que no cambiaría por nada. Bajé del auto y entré en la vacía estación, no había mucha gente al parecer y el tren llegaría en unos diez minutos. Elliot aún no llegaba y por un solo momento temí en que no vendría a tiempo pero el odia ser impuntual. Me senté en un pequeño banco y senté mí mochila sobre mis piernas abrazando la misma. Cabe aclarar que llevaba un gorro y guantes, amaba el invierno.

Al cabo de unos pocos minutos escucho una voz familiar llamándome a la distancia. Era la voz de Katie.

—¡Nico!— ella venía corriendo hacía mí y yo abrí mis brazos para recibirla con un fuerte abrazo.

—¿Vienes tú también?— pregunté—. ya te extrañaba chiquita.

—No soy ninguna chiquita— se cruzó de brazos haciéndose la enfadada—. Pero yo también te extrañé— me miró divertida y volvió a abrazarme. A pesar de haberla visto una sola vez y hablar poco, se había convertido en una niña muy especial para mí, Katie es la hermana menor que jamás tuve.

Detrás de ella se encontraba Elliot quien venía abrigado hasta la cabeza y a paso lento.

—Buenos días— saludó.

—¡Es la primera vez que me saludas!— sonreí—. Buenos días también para ti.

—No empieces a molestar tan temprano, Drew— se sentó a mí lado.

—No lo trates así— Katie atacó e hizo una postura como si tratara de cubrirme.

—Tú eres la hermana que sí me quiere— dije y Katie sonrió.

—Eso es obvio— dijo la pequeña.

—No piensen ponerse en contra mío— Elliot dijo burlón y soltó una risa.