Verano III

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Estábamos a exactamente un mes del final de las vacaciones, en un mes se terminará el descanso y toca empezar algo desconocido y emocionante para muchos.

Estoy feliz por haber pasado esté verano junto a Elliot, desde nuestro viaje a la playa simplemente pasamos los días juntos, aunque no todos, los dos tenemos otros amigos y claramente deseamos verlos, pero las noches son el punto de encuentro, donde vamos a mí casa o a la suya para dormir juntos o simplemente nos quedamos hasta tarde en la montaña.

Nuestras conversaciones siempre son de cosas muy raras, opinamos de temas o simplemente nos quedamos en silencio, eso pasa bastante seguido y ese muy pero muy cómodo silencio que tenemos es lo que más me gusta, simplemente estar recostado en su hombro y verlo fumar son de las cosas que me gustan.

Hoy nos quedaríamos a dormir en mí casa, primero saldremos a cenar por el centro y como es costumbre, iremos a la montaña.

Eran las seis de la tarde y el sol comenzaba a ocultarse lentamente, el atardecer es lo mejor que hay, es muy hermoso ver el cielo naranja y tan brillante, donde hay un equilibrio entre el calor y el frío del viento, es perfecto.

Me asomé por la ventana para para respirar profundamente y admirar dicha puesta de sol.

Saqué de mí clóset un short negro y una camisa hawaiana blanca con flores negras de manga corta, esa camisa la había regalado Matt por mí cumpleaños él año pasado, cuando éramos amigos.

Sin pensarlo quise recoger mí cabello para atarlo pero recordé que me lo había cortado

—Que idiota...— reí ante mí acto.

Tomé mí mochila y bajé a la cocina aún riendo y con una sonrisa en mí cara, afortunadamente no había nadie, papá y mamá salieron así que estaba solo porqué Ethan hizo otro viaje a la playa pero con su novia, le tengo envidia, en este momentos los dos están solos sin nadie que les moleste.

Salí de casa y cerré la puerta con llave, me quedé frente a la calle esperando por Elliot, quien ahora debía estar en camino.

En unos pocos minutos pude divisar una motocicleta acercándose a donde estaba yo, supe que era él cuando lo vi usar su típica vestimenta, llevaba una camisa roja de manga corta y un pantalón negro largo.

Entrecerre mis ojos cuando vi algo raro sobre su brazo descubierto, era negro.

—¿Que tienes ahí?— inquirí.

—Oh mierda— se miró y sonrió—. Hoy me hice un tatuaje.

Se bajó de la moto y me tomó de la cintura para darme un largo beso el cuál yo correspondí, como siempre.

—Es muy lindo...— aprecié la manga que se había hecho por todo el brazo, era una serpiente.

—Me gustó ni bien lo vi y quise hacerlo...— levantó el brazo y ambos miramos embobados.

—¡Me encanta! Ahora sí eres un novio cliché como en mis libros— sonreí.

—¿Novio qué?— arqueo una ceja.

—Novio cliché, ya sabes, él típico malo que se viste de negro, odia a todo el mundo, se enamora del protagonista que ese sería yo y está lleno se tatuajes— sonreí y Elliot solo se dedica a mirarme con los ojos abiertos como platos—. Oh y también fuma, eres él indicado.

—No me puede estar pasando esto...— negó con la cabeza y se subió a la moto—. Debí haber pensado mejor esto de ser tu novio— mencionó burlón y con una sonrisa.

—¡Cierra él pico!— me subí detrás de él y reí.

Me aferre a su cintura y encendió el motor para arrancar y dar comienzo a nuestro corto viaje hasta el centro de la ciudad, hoy es sábado así que probablemente esté demasiado lleno.

Desconocidos [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora