Matt me despertó besándome el cuello, sonreí y acaricié su cabello entrelazando mis dedos con sus pequeños rulos, sin dudas era muy hermoso.
—Buenos días— dijo entre besos.
—Buenos días Matt— sonreí—. Esta es una linda forma de despertarme...
—Me gustaría que fuese así todos los días—beso mi cuello y luego mis labios.
—Algún día lo será— decir eso hizo que él rubio me mirase a los ojos, fue una mirada tan profunda que decía muchas cosas, me encantaba esa mirada.
Se encontraba sobre mi y yo me limitaba a acariciar sus brazos y seguido su cuello, acercándome y dándole un corto beso en los labios.
—Preparé el desayuno, quería traerlo acá pero era mucho, ya sabes que soy muy torpe— él rió y nos levantamos, recordé lo que dijo ayer, le gustaba verme con su ropa, así que tome su camisa negra y me la puse, acto que hizo que el ojiverde se mordiera un labio.
—Para, para o serás tú mi desayuno— dijo advirtiendome.
—Tal vez quiero ser tu desayuno...— dije guiñando un ojo.
Él sonrío y se acercó a mí, nos dimos otro beso y decidimos bajar a desayunar, a decir verdad, moría de hambre y me dolía un poco la cabeza, aunque no era tanto.
—¿Como hiciste para levantarte después de lo borracho que estabas?— pregunté.
—Bueno, me tomé un licuado que hacía mi primo para estos días, luego te voy a pasar la receta— ambos reímos y nos sentamos en la sala.
Miré lo que había preparado, sobre la mesa se encontraban distintas cosas, entre ellas, tostadas, croissants, parfait, huevos, tocino, café y jugo de naranja.
—Wow, Matt, muchas gracias— dije mirando todo lo que había.
—No es nada, te mereces mucho más— beso mi cuello y me entrego una rosa—. ¿Una flor para otra flor?— ambos comenzamos a reír y luego de calmarnos decidimos desayunar.
Claramente no quedó nada, nos comimos casi todo, teníamos el estómago vacío. A todo esto, mientras jugaba con los cubiertos de la mesa, mis ojos se abrieron como platos al recordar que no había avisado a mis padres que iba a dormir con Matt, por lo tanto, me iban a matar.
Tomé mi celular rápidamente y llamé a mamá, por suerte estaba calmada, le dije que lo había olvidado y dijo que cuando llegara ibamos a hablar seriamente, me iban a castigar, de eso estaba muy seguro, suspiré, bueno pero al menos ya fui a la fiesta, pensé y sonreí. Matt estaba a mi lado escuchando todo.
—No creo que te castiguen, estabas conmigo, ya sabes que ellos me aman— sonrío victorioso—.
—Si, te aman, pero conmigo están furiosos seguramente— llevé las manos a mí cabeza—. Agh maldición, ahora solo será ir al instituto y volver a casa sin nada más.
—Tranquilo, no sabes de cuánto será el castigo ni siquiera sabes si te van a castigar— dijo con una voz tranquila.
—¿Por qué siempre estás tan tranquilo? me encanta eso de ti— agregué y él se sonrojo.
—No lo sé, me sale ser así— ambos reímos y volvimos a besarnos.
Luego de un rato nos vestimos y Matt insistió en llevarme a casa, acepté y fuimos en su auto hasta mí casa. Los domingos no eran mi día favorito, bueno, si hacía cosas con mis amigos y la pasaba bien, pero jamás me gustó, simplemente odio los domingos y más si me la paso encerrado en casa.
Matt subió el volumen de la música y yo miré sonriendo, había puesto su canción favorita "Sweet child o' mine" la cuál nos hizo cantar a todo pulmón, causando muchas risas entre nosotros.
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Desconocidos [✔]
RomanceNicholas Datchs es uno de los chicos populares de la escuela gracias a su novio, el mejor jugador de fútbol de la escuela. Tiene una vida medianamente perfecta, buen novio, familia "unida", los mejores amigos del mundo y las mejores notas. Pero tien...