Capítulo 2: El niño que lo perdió todo

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"..."

"..."

Él miró al niño, sus ojos poco a poco se abrían mientras la realidad se apoderaba de su mente.

Kishibe se preguntó si este niño sabía lo que en realidad significaba la muerte, tenía 7 años, podía verlo, pero a una edad tan joven un niño debería estar jugando pelota con otros niños de su edad, no deberían tener en cuenta aún lo que significaba morir.

Porque decirles que morir significaba que ya no volverías a despertar y que nacerías en un reino donde alabarías a una deidad todopoderosa que tantas personas afirman que existe, no era un pensamiento que un niño de su edad debería saber aún, no es que necesariamente creyera en eso pero sabía a ciencia cierta que desde temprana edad se les debe educar de la mejor forma a los jóvenes, y eso implica enseñarles a creer en una religión que ellos seguirán hasta el día que mueran, en esos casos, muchos niños nacen con miedo porque ellos no quieren morir, quieren quedarse en este mundo con su familia y amigos.

Este niño...debería tener aun a sus padres.

Lamentablemente eso ya no es posible, y por desgracia este niño que tenía en frente, este niño que poco a poco dejaba soltar lágrimas y sus ojos se ponían rojos, sabía lo que significaba morir.

Sabía que sus padres estaban muertos, sabía que ya no estarían con él nunca más.

Sabía que ahora estaba solo.

"¿Q-que?" pregunta y las lagrimas calientes bajan por su mejilla mientras intenta desesperadamente limpiarlas con sus pequeñas manos.

Kishibe solo se quedó viéndolo de forma neutral, sin hacer algún movimiento para consolarlo, no necesitaba hacerlo, y no es como si fuera bueno haciéndolo de todos modos.

El niño apuntó su dedo acusatoriamente a Kishibe "¡U-usted está mintiendo!" aún cuando su grito denotaba furia, seguía llorando sin poder creer lo que este hombre le estaba diciendo, ¿Quién era él para decir que sus papás estaban muertos? No podía creerle a este extraño, mamá siempre le decía que no le creyera a los extraños que abundaban en las calles, y ahora estaba este hombre diciéndole tonterías que solo lo ponían furioso.

Él se despertó en el auto y luego Kishibe lo sentó en la cajuela del auto para contarle lo de sus padres, escuchar que sus padres estaban muertos no es algo que le desearía a nadie.

Kishibe solo lo miró un poco más y negó tristemente con la cabeza.

"Esa es la verdad niño, tus padres están muertos" normalmente los cazadores de demonios dejan los lugares donde trabajaron para que los equipos de emergencia se encarguen, no había necesidad de quedarse a hablar con los civiles.

Pero ahora Kishibe había hecho una excepción con este niño, se sintió muy mal por dejar al niño solo por mucho tiempo hasta que los paramédicos lo encontraran. Simplemente se sentía mal por dejar a este niño solo.

El rostro del niño se arrugó al oír esas palabras pero lentamente bajó su dedo que apuntaba a Kishibe.

El niño empezó a llorar desconsoladamente, lo que le dijo ese hombre dolía mucho, sus padres murieron, de verdad estaban muertos. Ellos ya no estarían con ellos, mamá ya no estaría para contarle cuentos en la noche y papá ya no estaría para jugar a las escondidas con él.

Era mucho para pensar.

"¡Quiero a mis papás!" Pegó un grito desgarrador.

Kishibe hizo una mueca por lo que estaba presenciando ahora, no sabía que hacer, si trataba de darle un abrazo probablemente solo lo pondría a llorar más por ser abrazo por un extraño.

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