Capitulo VI: ¿Acaso no ves que estoy cayendo lentamente?

1.4K 137 6
                                    

Me desperté cansada y ansiosa a la vez, una extraña combinación de sentimientos me hacían sentir diferente: vulnerable y segura, es difícil de explicar. Había mil preguntas en mi cabeza y ninguna respuesta, mi estómago estaba hecho un nudo. Comenzaba a tener el horrible presentimiento de que quizás Asa solo quería jugar conmigo, que todo era una ilusión. Porque si después de todo, el sentía lo mismo por mí, ¿por qué habría terminado la relación con Payton tan tarde?, ¿Por qué no lo hizo antes? Aleje esos pensamientos de mi cabeza.
Desayune con mamá para el atardecer tome una ducha, arregle mi cabello, por primera vez en mucho tiempo me maquille un poco. Lo cual era raro, porque por primera vez en mucho tiempo realmente quería impresionar a alguien.

Me puse el vestido que mama compro y me mire al espejo....No era yo. Quiero decir, una nueva yo estaba ahí, una radiante chica con los ojos llenos de ilusiones y un hermoso vestido.
Me encontré a Carter camino al set. Él se veía realmente elegante.
─Por dios, Liz, te llevaría con gusto a cenar si no fuera por...
─ ¿Por qué?- dije sonrojada.
─Si no fuera por mi madre, ella tendría que acompañarnos.- Sonrió, y obviamente no era la oración que tenía pensada.
─Vamos, quiero que un chico lindo como tu entre conmigo al set.- le dije jugando.
─Claro, Liz.- Carter rió.
Entramos juntos y por alguna extraña razón, no pude controlarme y mi mirada comenzó a buscar a Asa por todo el salón, aunque mientras yo estaba muy ocupada con eso, todas las miradas ya estaban sobre Carter y yo.

─ ¿Por qué nos miran?- dije nerviosa.
─Te miran a ti, yo no soy el que romperá corazones esta noche.- me guiño un ojo y se fue tras una chica que paso frente a nosotros.
Me quede paralizada unos segundos. Esto era incomodo, no sabía cómo reaccionar. De repente Nancy llego a mi rescate y me tomo de la muñeca y me llevo a una de las mesas en donde estaban todos los extras y algunos dobles que se habían hecho nuestros amigos a lo largo del rodaje. Conversamos un poco, nos despedimos, y Asa no aparecía. En otra mesa cercana vi a Jacqueline, su madre, y me saludo desde lejos. Estaba con Loxie y Morgan, los hermanos de Asa, pero él no estaba con ellos. El director hizo un brindis, y todos aplaudieron por el excelente trabajo realizado los últimos meses.
Estuve bailando un poco en grupo con Nancy y otros chicos. De repente, Nancy me dijo al odio:
─Él no te podía quitar los ojos de encima.

Sonreí y le pregunte en donde estaba el susodicho. Ella simplemente respondió «─Viene hacia nosotros» Mi estómago se hizo un nudo en ese momento, ni siquiera voltee la mirada hacia atrás, y Nancy se fue a bailar con otros chicos. Fue entonces cuando escuche su voz detrás de mí.
─Liz.- dijo en un tono que no había escuchado antes. Era un tono dulce y nervioso que era encantador.
─Hola.- me di la vuelta y me di cuenta de lo guapo que se veía en traje de gala.
Un silencio incomodo se suscitó. La música comenzó a sonar.

Y fue entonces cuando con una pícara sonrisa en el rostro dijo:
─Señorita Meraz, ¿me permite esta pieza?
Tome su mano, nuestros cuerpos se acercaron lo suficiente como para poder percibir el olor de su loción. Puse mi cabeza en su hombro, y honestamente, sentía que estaba flotando.
En un momento, nuestros rostros se encontraron, y fue entonces cuando lo vi, su mirada, la manera que tenia de mirarme, y entonces todo tuvo sentido.
Continuamos bailando, parecía que nadie estaba alrededor de nosotros, solo su mirada fija en la mía. Esa mirada azul con la que había estado fantaseando los últimos meses, esa mirada llena de destino. La música termino. El me tomo de la mano y me llevo hacia afuera, cerca de donde estaban los remolques y podríamos estar solos.
Cuando salimos de ahí, pude ver la manera en la que Jacqueline y mi madre se miraron. Ahora era incomodo, lo sabían.Nos detuvimos cerca de donde estaba una enorme ventana de utilería. Nadie decía una palabra. Hasta que apoye mis manos sobre el barandal falso, y él puso la suya a lado de la mia, en lo que pareció un intento abortado de tomar mi mano.
─Sabes, te ves muy linda, me gusta como luces. Quiero decir, no es que antes no me gustara como lucias, me ha gustado siempre, bueno.....yo, en realidad....- estaba nervioso.
Me sonroje y puse mi mano sobre su mejilla.
─Lo entiendo.
Ambos reímos.
Al momento de poner mi mano sobre su mejilla, el me acerco suavemente hacia el tomándome por la cintura, pronto parecía que pasaría lo que estaba pensando. ¿Iba a besarme? Creo que no sería muy pronto, ya que los dos sabíamos lo que sucedía entre nosotros. Pero solo nos miramos fijamente por otro momento.
─Sabes, yo....he estado intentando pensar en una manera correcta de decirte...

─ ¿En serio? Yo también he pensado en algunas cosas...- ¡Pero qué estúpida! Debía dejarlo hablar, ¿Por qué lo interrumpí?
Volvimos a reír. Un pequeño silencio de nuevo.
─Terminé con Payton.
─Que pena.- dije.
─No realmente. Sabes, creo que he encontrado algo mejor. Ella es un tanto complicada, sin embargo, lo nuestro ya había terminado hace meses. Realmente solo seguíamos juntos por costumbre supongo. Esperaba que dijeras algo.
─ ¿Qué puedo decir?
Entonces supongo que él se dio cuenta que las palabras sobraban. Y tomo mi rostro entre sus manos, me miró fijamente un segundo, y acto seguido presiono sus labios contra los míos. El contacto de sus labios era eléctrico, como si ya supieras que se siente, pero es algo magnifico descubrirlo de nuevo.
─Demonios, Liz, ¿qué tengo que hacer para que lo notes? No tenía palabras, estaba completamente sorprendida de lo que estaba ocurriendo. El continuó.

«No necesito a Payton, no necesito nada cuando estoy contigo. Me sentía culpable de estar sintiendo esto al principio, pero me di cuenta que no podía controlarlo. Y sé que tu sientes lo mismo.- yo seguía sin decir palabra alguna con mis brazos alrededor de su cuello.- ¿No te das cuenta, estoy cayendo lentamente?
¿Qué podría decir ante esto? Tome su rostro entre mis manos y lo besé. El me abrazo por la cintura.
─Tengo que dejarte ir ahora.- susurre a su oído.
Me marché, no podía seguir con eso. Era hermoso, pero era una tortura al fin y al cabo. Era una despedida, yo volvería a California y él se quedaría en Londres.

Todo se quedaría atascado en el recuerdo de esta noche.

Falling SlowlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora