(Esta parte se sitúa años antes)
La gente del castillo no podía estar más ansiosa, después de 4 años Cassandra iba a volver a Corona. Rapunzel había leído todas las cartas que había recibido de la mujer y la última anunciaba que estaría cerca de Corona y que tenía planeado pasar un par de semanas allá, y que coincidencia que esos días coincidieran justo para el primer cumpleaños de Flynn de su pequeño hijo.
Cuando la mujer curso las puertas del castillo fue recibida por todos: su padre, Rapunzel, Eugene, Lance, Keira, Catalina y Varian.
Fueron directo al comedor mientras la recién llegada contaba de sus aventuras, había pasado un tiempo en Neserdnia, Galcrest y como no Ingvarr. El joven alquimista no le quitaba la vista de encima, se veía tan feliz, tan llena de vida, tan hermosa. Aquellos ojos verdes oliva irradiaban una luz que pensó perdida cuando ella sucumbió a la tentación de la piedra luna. Sin embargo, había cierta sensación en su pecho conocida, pero sobre todo alarmante que no podía aplacar.
Cuando le presentaron al pequeño Flynn Cassandra con un poco de recelo lo tomo entre sus manos, no era muy buena con los bebes. Él pequeño abrió sus grandes ojos verdes y ella no pudo evitar enternecerse, eran los mismo de su amiga, pero de un segundo a otro el pequeño comenzó a llorar desconsoladamente. Así que se lo devolvió a su madre, humillada.
- Ese es mi hijo. – Lo felicito Eugene divertido.
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- Dime Varian, ¿Cómo van tus inventos? ¿Has explotado algo últimamente? – Pregunto Cassandra divertida en el umbral de la puerta de su laboratorio.
- Van excelentes, no hay nada como tener presupuesto real y acceso a los caballos. – Respondió el chico con una sonrisa calmada, aunque verla hacia que su corazón saltara de su pecho. – Y sobre las explosiones... Están al mínimo, ya no hago terremotos, no te preocupes.
- Me alegro, porque ya no estoy aquí para salvarte. – Dijo mientras caminaba hacia el alquimista. – Vaya, sí que has crecido.
Ya frente a frente ambos notaron que Varian era casi una cabeza más alto que Cassandra. Su figura seguía siendo delgada, pero su espalda se había enanchado lo suficiente para darle una figura de triángulo invertido bastante masculina.
- Pubertad. – Respondió nervioso, le gustaba sentirse más alto que ella, más hombre. Aunque fuera una tontería, seguía siendo 8 años menor que ella. – Ya tengo 18 años después de todo.
- Aunque sigues siendo delgado como un palo de escoba y te has dejado crecer un poco el cabello. – Dijo señalando la pequeña cola de caballo que tenía, para después darle un puñetazo juguetón en el brazo, que lo hizo retroceder un paso. Cassandra seguía siendo muy fuerte. – Supongo que nos veremos mañana en la fiesta de cumpleaños de Flynn ¿No?
- Aun no lo sé, estoy trabajando en pesticida para los campos de cultivo de Viejo Corona. – Contesto señalando los planos sobre su mesa de trabajo.
- Necesitas un poco de descanso, yo también necesitaba un lugar estable donde dormir un par de semanas sin abrazar mi espada a cada momento – Opino muy seria. – Además siento no haber estado en tu cumpleaños 18, te debo al menos beber juntos para celebrarlo tu paso a la vida adulta.
- No es necesario, me llego tu carta hace unos meses con aquellas piedras de Neserdnia que brillan al amanecer, son geniales. Un gran regalo. Aún estoy estudiando sus propiedades físicas.
- Pero eso fue meses antes de tu cumpleaños. Además, nos debemos una plática como ex –Villanos, debo agradecerte por todo lo que hiciste por mí. Yo jamás te ayude en tu época más oscura y tú lo hiciste en la mía. – La mirada de Cassandra se volvió triste.
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La hija de Cassandra
FanfictionCassandra vuelve a Corona después de años y para la sorpresa de todos no vuelve sola, sino con una pequeña de 4 años de padre desconocido. Varian no sabe como sentirse ante aquello, Cassandra le mintió después de romperle el corazón, sin embargo, si...