Capítulo 6: Celos.

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Strom al siguiente día ya descansado se paseaba por todo el castillo buscando a Opal o a Cassandra, en cambio se encontró con el ingeniero real.

- Hola Ingeniero Varian, ¿Sabes de casualidad dónde está Opal? – Pregunto poniéndose enfrente del alquimista para que no pudiera ignorarlo.

- ¿Para qué quieres saber eso? – Pregunto molesto Varian.

- Es que quiero jugar un poco con ella, siempre lo hacía cuando era un bebe. – Aquello crispo a Varian, odiaba el pensar que ese hombre había estado en el lugar que el debió ocupar.

- Ya no es un bebe, es una niña y ahora está jugando con Flynn. Y después ira a mi laboratorio a ayudarme. – Intento que no se notara el desprecio en su voz.

- Oh, pensaba en llevarlos a ambos a un paseo por el bosque como el anterior salió mal.

- Dudo que Cassandra te deje salir con Opal después de lo de ayer. – Le intento cortar las alas.

- De hecho, ella ya me dio permiso. – Mintió solo por el placer de ver como se le deformaba la cara al alquimista por un segundo. – Pero tal vez tengas razón y sea peligroso llevarla allí. Creo que será mejor un pequeño paseo por esta bella ciudad.

Antes de que Varian pudiera contestar algo le dio una pequeña sonrisa y siguió su camino por los pasillos.

- ¿Quién se cree ese? – Mascullo molesto el alquimista.

Llego a su laboratorio y se puso a trabajar ansioso de que llegara la niña una vez más, sin embargo, el tiempo pasaba y Opal no cruzaba su puerta. Un poco preocupado salió a buscarla, primero en el cuarto de Flynn, pero ni rastro de ambos, la busco por los jardines, los establos y nada, así que no tuvo más opción que ir a preguntarle a Cassandra.

- Hola Cassandra. – La saludo al encontrarla en uno de los pasillos - ¿Sabes dónde está Opal? No ha llegado a mi laboratorio aún y me preocupa.

- Strom me pidió llevarla a ella y a Flynn por un paseo por la ciudad, ella ha estado solo en el castillo desde que llegamos y Flynn estaba ansioso de ser el guía mientras eso le diera pastelillos de Atila en el proceso. – Contesto con simpleza.

- ¿Que? Pero si este era mi tiempo con ella, quedamos en eso.

- Varian la has tenido por casi un mes todos los días para ti, no veo el problema de que este un día con Strom. Confió en él y sé que los cuidara bien.

- ¿Cómo estas tan segura? – Pregunto molesto.

- Porque lo conozco muy bien, porque él estuvo conmigo en los momentos difíciles de mi embarazo y fue quien me ayudo a cuidarla en sus primeros meses de vida... – Comenzó muy molesta por la insistencia del hombre, pero cuando vio su cara bajo el tono de voz hasta quedar en silencio. – Confió en él, Varian. Strom le tiene mucha estima a Opal, le dolió mucho cuando nos fuimos. Solo será por unos días mientras este aquí. ¿Está bien?

- Está bien. – Mascullo Varian un tanto deprimido mientras se daba media vuelta y se iba. Pensó en volver a su laboratorio, pero se sentido muy solo sin su hija así que decidió ir a hablar con Eugene. Al menos eso si lo distraería.

- Varian, amigo ¿qué te trae por aquí? – pregunto el castaño al verlo entrar. – Por cierto, ¿sabes algo sobre porcentajes de impuestos?

- Déjame ver eso. – Pidió extendiendo la mano. – Vine solo porque quiero hablar con alguien. Un adulto, tu sabes conversaciones de 2 hombres adultos, sin nada de niños, ni preguntas tontas y difíciles que disfrute responder.

- No me digas que estas celoso de que ese tal Strom te robara a Opal. – Dijo risueño. Había notado el apego de Varian por la pequeña, sabía que su amigo se sentía muy solo desde que su padre había vuelto a Viejo Corona con sus amadas calabazas. – Bueno, al menos no se me imagina nada más adulto que hablar sobre impuestos.

La hija de CassandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora