La hija de Cassandra

Capítulo 3: Coronación.

Las personas iban y venían, arreglando hasta el último detalle en el gran salón, quedaba menos de un día para la coronación de Rapunzel y Eugene; y todo debía ser no menos que perfecto.

Cassandra estaba en su nueva oficina dándole las últimas instrucciones a su gente antes de gran día. Gracias al carisma de Eugene había más guardias que cuando su padre era capitán, pero algunos decidieron dejar el uniforme al saber que ella sería su nueva líder, no sabía hasta qué punto era porque era por su pasado como villana o simplemente porque era mujer. Pero evito que eso le molestará.

Se dejó caer en su asiento cuando el último de sus hombres salió por la puerta, de verdad estaba exhausta había tanto que hacer y coordinar que parecía imposible tener todo listo mañana, sin embargo, lo estaría. No decepcionaría, ni a su mejor amiga, ni a su padre. Mucho menos quedar en ridículo frente a su propia hija, ella debía ser un modelo fuerte para la pequeña.

- ¡Mamá! – Grito su hija entrando a la habitación para segundos después abrazarla. – Hoy ayude al señor Alquimia a revisar la presión de las calderas y me dio esto. – Dijo feliz mostrando un par de googles sobre su cabeza, eran iguales a los que usaba Varian cuando lo conoció, no pudo evitar sentir un vuelco en el estómago ante eso, pero lo disimulo lo mejor posible. – Además hice el Flynnolyum completamente sola, el solo me leía las instrucciones. ¡Oh! y le di una galleta a Ruddiger, está muy gordo, apenas lo puedo levantar, pero me gusta ¿Puedo tener un mapache?

- Tendrás uno cuando a Fidella le crezcan alas. – Dijo ante la petición de la niña. Todos los meses quería un animal diferente. - Veo que te divertiste mucho con Varian. – Cambio de tema antes de que la niña siguiera insistiendo. - ¿Y que hay con Flynn?

- Es un pesado, no acepto que le ganara en damas. – Respondió la niña un poco molesta. – Luego competimos con el yoyo y me gano según él, pero no contaba porque su mamá le enseño muchos trucos y para mí era la segunda vez que lo usaba.

- Veo que ambas tuvieron un día ocupado. – Dijo el ex capitán mientras entraba.

- ¡Abuelo! – Opal corrió al encuentro con el hombre mientras estiraba los brazos, le encantaba que la pusiera sobre su cabeza.

- Ni te lo imaginas. – Respondió Cassandra con una sonrisa. Su padre había aceptado no hacer preguntas sobre el origen de la niña, solo amara por lo que es: su nieta. Lo cual le sacaba un gran peso de encima. – No puedo creer que hicieras estas cosas cada vez que había un baile y celebración. Y vaya que Corona tiene muchas festividades.

- Con el tiempo se hace más fácil, hija. Además, una fiesta es mucho menor que una coronación con todos los reinos invitados. – Respondió el hombre con una sonrisa gentil. – Déjame decirte que has hecho un gran trabajo para llevar menos de un mes aquí. Todos están impresionados por tu desempeño.

- Tengo cierta practica gracias a ti y mis viajes. Por cierto ¿Qué te parece la distribución en el ala oeste? – Preguntó señalando el mapa.

- Perfecta. – Dijo con una sonrisa. – Estoy muy orgullosa de la mujer que eres, Cassandra. Y de la madre que eres.

- Además mamá se ve muy linda con ese uniforme. – Opino Opal desde los hombros de su abuelo.

Ambos se rieron.

- Sera mejor que nos vayamos a dormir, mañana será un día pesado. – Dijo Cassandra mientras tomaba a su hija.

- Pero aun no estoy cansada. – Remilgo Opal mientras intentaba ahogar un bostezo.

- Pero yo si lo estoy. – Contesto la mujer mientras la acomodaba en sus brazos.

- Descansa hija. Mañana lo harás excelente.