Lidya.
El día había empezado, mejor dicho ya estaba terminando. Mientras Gisel iba en su moto a toda velocidad yo la seguía en un auto que robe pero lo voy a devolver, eso creo. Las demás venían en el Jeep de Alina, las perdí de vista en cuanto el maldito narcotraficante salió en una camioneta con varios guardias protegiendo su trasero.
—¿Gisel? —pregunto por el micrófono de mi oreja —¿alguna?
—Te escucho, la señal es débil — avisa Carol —el rastreador de Gisel esta a dos cuadras de donde estas tu, conduce y luego dobla a la derecha, es un callejón y ella está ahí.
Sin más acelere y busque a esa maldita impulsiva. La misión estaba excelente, pero cuando escapó Gisel fue la que agarró su moto y lo siguió. Está con una herida de bala y Erika también, pero esta siendo atendida por Paula mientras van en el Jeep.
Llegue al callejón y vi su moto. Baje del auto saque mi arma y camine sigilosa mirando atentamente a todas partes.
—Dime que tienes una venda — la voz de Gisel me hacen girar y la veo tirada en el suelo — perdí mucha sangre.
—Eres una idiota — le pasó un pedazo de tela de mi camiseta — la encontré — avisó a las demás.
— El está pasando el callejón, en una casa blanca con una cerca negra y un cartel que dice "ORTIZ" — les avisa Gisel por el micrófono y se pone de pie —¿tienes algo para el dolor?
—Morfina — le inyecto la jeringa en su brazo y ella se sube en su moto — no mueras hoy, mi madre me va a matar.
Ella sonríe y asiente.
Las demás avisaron que están frente a la casa y que hay seguridad afuera. No es algo complicado de hacer, mientras Erika y Alina matan a los guardias, Carol hackeara la seguridad de la casa y las rejas se abrirán, las demás entraremos.
—Erika y Alina están en lo suyo —avisa Paula — no entiendo como puede luchar con una herida de bala.
—Estoy muy drogada y algo ebria — responde Erika — está hecho, Carol cuando quieras abre las rejas.
En un minuto la reja se abre y Paula, Gisel y yo bajamos de nuestros vehículos y caminamos hacia la reja. Erika y Alina ingresan con nosotras, nos separamos por todo el terreno y caminamos con cautela.
Hay guardias y el maldito narcotraficante está bien seguro en su cama, pero eso cambiará cuando cortemos su garganta. Este hombre es un narcotraficante de drogas y de órganos, además de violar a chicas que después las vende. Es una real basura y debe dejar de existir.
—Coloca el silenciador — ordena Alina, que es la que está a mi lado — veo a guardias adentro de la casa.
—Entramos — avisa Erika, la cual está con Gisel.
—¿Paula dejaste que fueran las heridas y drogadas juntas? — Cuestiona Carol, a través del micrófono.
—No me di cuanta, las dos están iguales y salieron corriendo.
Y si, las dos están igual de drogadas. Son las cuatro de la madrugada y Gisel junto a Erika habían estado en una fiesta desde las doce hasta las dos de la madrugada y bueno, hicieron todo lo que hace alguien en una fiesta. Yo suelo ir con ellas, pero esta vez me negué, sabía que tendría una misión esta noche pero a ellas parecía no importarles.
Alina me guía hacia una ventana e ingresamos. Nos ocultamos entre los muebles y la oscuridad de la casa, veo sombras y supongo que son los guardias.
—Tu a la derecha — le ordeno a la rubia a mi lado.
En unos segundo ya tengo a un guardia sobre mis manos y le rompo el cuello, Alina hace lo mismo.
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sɴᴀᴋᴇs [ᴢᴏᴅɪᴀᴄᴏ]
AcciónSeis chicas criadas en una base de espías, una base dónde solo habitan mujeres criadas para matar y realizar misiones peligrosas. La vida las llevará a conocer a seis chicos criminales, unos chicos que viven de estafas y carreras ilegales. Seis chi...