Capitulo 13⚔

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Narrador.

Los doce miraban la puerta de la casa frente a ellos. Habían llegado a Alemania a la ciudad de Hamburgo y todo era normal, bueno lo que para ellos es normal sería no estar muertos en estos momentos. Carol camina hacia la puerta y la abre, todo era moderno y estaba más que perfecto, Ariana había hecho un buen trabajo consiguiendo esa casa. La casa no estaba en el centro de la ciudad, estaba bastante alejada para mantenerse a salvo por el momento.

Se acomodaron en las habitaciones, algunos en las camas y otros en sacos para dormir. Se habían duchado y su cuerpo estaba muy cansado, le pedía a gritos dormir aunque sea tres horas.

—Haremos guardia, estamos desprotegidos en cualquier parte y necesitamos estar alertas —avisa Carol — Serán guardias de a dos, los primeros son Alina y Conor, luego Lidya y Valentín.

—¡¿Que?! No me jodas Carol, con el no — se queja Lidya — mira su cara, a simple vista se nota lo insoportable que es.

—Pues tu no eres ningún angelito que digamos — Valentin se cruza de brazos.

—No sean niñitos y dejen las quejas — los reprende Carol — luego haremos guardia yo y Simón. Hagan guardia todo el tiempo que puedan, pero no se abusen, necesitan descansar todos.

—¿Soy la única que tiene hambre? No he comido nada en todo el día y soy pésima cocinando —dice Gisel —¿alguien sabe cocinar?

—No quiero presumir pero soy un increíble cocinero, el mejor para ser preciso — sonríe Tyler con superioridad.

—¿Y así dices que no quieres presumir? — masculla Paula — mejor ve a la cocina y haz algo rico.

Tyler hace un saludo militar y camina hacia la cocina como un niño pequeño que acaban de regalarle una bolsa de chocolates.

Los demás quedaron en silencio, y lo único que se escuchaba era a Alina que comía sus patatas y provocaba ruido al masticar.

Se miraron entre sí, todos internamente sabían que eran un equipo y que estaban en peligro, pero las chicas no sabían nada de ellos que fuera parte de su historia de vida y los chicos tampoco de ellas. Pues ellas pensaban que eran simples criminales y ellos pensaban que eran simples espías.

—Esto es incómodo — musita Simón mirando el techo — lo único que hablamos es sobre misiones.

—¿De que quieres hablar? —cuestiona Erika que estaba de igual manera, incómoda y aburrida.

—Eh — el rubio se reincorpora — ¿cómo se volvieron espías?

Las chicas se miraron entre sí, nos les molestaba el hecho de contarles cómo se volvieron espías o a la edad en que empezaron. Les molestaba el hecho de solo haber vivido en esa base y que la gente piense que no han tenido una vida normal, pues de cierta forma era así.

—Niñez complicada — responde Gisel.

—Tenía entendido que las espías de esa base, ingresaban a los 16 años — habla Valentín confundió.

—Así es, nosotras fuimos un caso aparte. Las seis ingresamos cuando éramos unas niñas — explica Erika — todas ingresamos cuando teníamos cuatro o cinco años, pero en distintos tiempos.

—Wow apenas eran unas niñas — murmura Conor — ¿Desde esa edad son espías?

—Desde esa edad nos entrenaron para ser las mejores espías del mundo — aclara Carol — a los doce años ya sabíamos cinco idiomas y estábamos estudiando cosas avanzadas. Además de prácticas con cualquier tipo de arma o cuchillas.

sɴᴀᴋᴇs [ᴢᴏᴅɪᴀᴄᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora