Capítulo 8⚔

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Carol.

Observaba a través de la pantalla como las personas iban llegando a la mansión. La fiesta se realizaba en el jardín y estaba todo muy bien organizado. Tyler estaba a mi lado ayudando con la vigilancia y con los comunicadores que tenemos para poder hablar con los demás.

La verdad jamás trabaje con nadie, pero Tyler es muy bueno y nos combinamos perfectamente en este ámbito.

—Estoy en posición — comunica Lucas.

—Entendido, no pierdas de vista a Christian — ordena Tyler y me mira — así que este es tu trabajo.

—Si, es demasiado importante como puedes ver — el sonríe — ¿cómo sabes tanto sobre tecnología?

—Cuando era un adolescente de catorce años entre a un curso de computación, me llamo tanto la atención que me involucre mucho con este espacio — señala las computadoras — era como un pequeño nerd. Inicie la universidad y quise ser técnico en computación, pero alguien me dijo que aspirará a algo más grande y entonces decidí ser parte del FBI, entre pero al poco tiempo renuncié.

Abro mis ojos con sorpresa.

—¿Eras el hackeatodo? — el frunce su ceño con confusión — hace dos años se hablaba de un súper hacker que ingresó al FBI, decían que era un genio y lo apodaron como hackeatodo. Pero supe que a los dos meses de ingresar el renunció.

—Ehh si era yo — aparta su mirada y se aclara la garganta — continuemos con la misión.

—Si, luego hablan de sus anécdotas de hackers — dice Erika — Simón y yo estamos en posición.

—También estamos en posición —comunica Lidya — aunque no entiendo por que me pusieron de compañero a esta momia muda.

La risa de Alina y Gisel se hacen presente a través del auricular. Tyler también se ríe a mi lado.

—Ya es tarde para cambiar lora australiana — dice Valentín, con un tono irritado.

No detengo mi risa y comienzo a reír. También podía escuchar como los demás reían, mientras Lidya discutía con Valentín.

— Christian esta bajando las escaleras — anuncia Alina — tan guapo y es un maldito hijo de puta.

Observo la pantalla y efectivamente Christian bajaba por las escaleras con cuatro guardias a su lado. Axel era uno de sus guardias, lo habíamos hecho ingresar como uno de ellos. Tenía el traje de los guardias y un antifaz negro que le cubría la mayor parte de su cara.

Salieron al jardín, la música se apagó y todos lo recibieron con un gran aplauso y silbidos. Todo como si fuera un rey, pero de eso no tiene ni las uñas.

—Muchas gracias por asistir a esta fiesta, hoy cumplo un año más de vida y estoy agradecido con todo — sonríe y levanta una copa — un brindis, por nosotros y nuestro futuro.

Todos elevaron sus copas y sonrieron. La música volvió a escucharse y la gente se acercaba a Christian para desearle feliz cumpleaños.

—Me dan ganas de pegarle un tiro en la frente — confiesa Lucas — ¿es necesario que lo capturemos vivo?

—Por muy obvias razones, es necesario que este vivo — dice Paula— claro está, que no se puede interrogar a un muerto.

—Entiendo — dice el castaño — bien, ¿cuando se supone que iniciaremos con el plan?

Miro mi reloj en la muñeca.

—En dos horas — respondo — Conor y Alina estén atentos a la señal de Simón.

sɴᴀᴋᴇs [ᴢᴏᴅɪᴀᴄᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora