Capítulo 15⚔

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LIDYA.

Ayer las chicas y yo hablamos con mi madre, queríamos informarle que estábamos bien y en que lugar nos encontrábamos, pero parece que todo está siendo un descontrol para ella.

Nos contó que alguien quiso matarla. Ella había llegado acasa y alguien la esperaba adentro, la atacó a puños y mi madre se defendió. El atacante salió por la ventana cuando vio que la puerta se abría, mi madre intento ir detrás pero no podía, estaba realmente adolorida. Resulta que el que abrió la puerta fue Robert, quien también tuvo una visita y fue atacado.

El rey de la mafia nos quiere muertas a nosotras y ahora descubrió que tenemos familia. Es un bastardo.

— Si sigues caminando de lado a lado vas a gastar el piso — exagera Alina con una sonrisa. —¿estas nerviosa?

— Estoy alterada, quiero matar al rey de la mafia con mis propias manos, desfigurar su cara a golpes y ......

— Ey tranquila tigresa — sonríe Paula y se acerca — Tu madre vendrá alguno de estos días y podrás saber con detalles lo que ocurrió.

—Lo se — suspiro cansada — si no llegaba Robert en ese momento, no se que habría pasado.

—Cosas que no son buenas pensar — Carol se sienta en la cama — debemos descansar, mañana saldremos.

—¿A dónde?

— Tyler descubrió a alguien muy interesante. Resulta que tenemos a la mujer que entrena a las guardias de mafiosos — sonríe victoriosa — estuvimos investigando cada uno por su lado y al unir información sacamos su identidad.

—¿Y quien es?— cuestiona Gisel — tenía entendido que esas guardias eran entrenadas en Tokio.

— Ella es Mila klein y si, las guardias son entrenadas ahí. Pero esta mujer es muy conocida entre los mafiosos y los millonarios, es por eso que la invitan a cada fiesta que hacen — sonríe — resulta que es el conpromiso de un millonario muy conocido acá en Hamburgo y ella estará presente.

— Genial, adoro las misiones en las bodas — sonríe Paula —  ¿Tienes un plan?

—Algunas ideas tengo, pero mañana lo hablaremos bien. Hay que madrugar, así que vayan a sus habitaciones y déjenme dormir — ordena y se envuelve en la cobija.

Las demás salimos y nos dirigimos a las habitaciones. La mía es compartida con Gisel. Los chicos duermen en la sala en los sacos para dormir, nos dejaron las camas y fue un buena gesto de su parte.

— ¿Notaron que ayer se incomodaron todos cuando pregunté sobre el hijo de Armando?— indaga Paula mientras caminamos por el pasillo — no creo estar tan loca.

—Si lo noté — concuerda Erika — Carol también actuó raro y no me sorprende que algo nos oculte.

— Sabes que cuando nos oculta algo lo hace por una razón — dictamino y ella asiente.

— Lo se y la entiendo, pero soy una persona que le gusta que le digan las cosas y vayan de frente. Amo que Carol se preocupe y nos proteja, pero tenemos derecho de saber — se cruza de brazos.

—Cuando llegue el momento nos dirá, ahora vamos a dormir, mañana se madruga —  digo y ellas asienten.

Ingreso a la habitación seguida de Gisel. Quiero tirarme a la cama y dormir las veinticuatro horas del día. Miro a la castaña que se esta colocando el pijama, sus cicatrizantes en la espalda son las más notables y grandes, tiene algunas otras pequeñas pero esas resaltan más que todas; son cuatro grandes y las demás más pequeñas. Alina tiene unas parecida pero un poco más pequeñas, ella tiene tres y también son grandes. Ambas son las que más cicatrices tienen, siempre se han ensuciado las manos más que nosotras. Me estremezco al recordar el motivo de esas cicatrices.

sɴᴀᴋᴇs [ᴢᴏᴅɪᴀᴄᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora