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"Estoy respirando, pero parece que mi corazón está roto".
—28, Agust D ft. NiiHWA.
No debería estar en aquel lugar, ese pensamiento estaba presente, latente dentro de su cabeza, molesto e irritante. Yoongi sabía que no estaba razonando mucho, tal vez en realidad nada, pero tampoco le importaba lo suficiente como para darse el trabajo de volver sobre sus pasos, mucho menos a través de la sombría noche fuera de las paredes de la mansión, siendo que no llevaba consigo una lámpara, ni una antorcha.
Eventualmente, tendría que regresar a la vieja choza de la servidumbre, quizá incluso más pronto de lo que esperaba, pero Min pensaría en ese puente cuando tuviese que cruzarlo, no antes. Ese había sido su modo de vida desde siempre, no había lugar para preocuparse por un futuro que desde un comienzo, en su caso, ya era incierto de por sí.
Ahí estaba una de las razones por las que se estaba arriesgando tanto, acatando una orden implícita que, lo más probable, ni siquiera había sido en serio. Pero sus motivos iban más allá de cumplir con su trabajo como jefe de las cocinas, que dentro de sus funciones ni hacer esas visitas nocturnas estaba, no.
Lo más seguro era que más adelante, recordar lo que había sentido tras caer en cuenta a medias de la realidad en la que estaba el hijo del amo, y sentir tanta lástima como para tener un gesto complaciente por primera vez en su no tan larga vida, le daría vergüenza.
Pero no podía dejar pasar por alto que aquello había ocurrido. En serio le había medio dolido un poco el pecho mientras hacía sus especulaciones al respecto, y allí iba otra de sus primeras veces, porque Yoongi nunca se interesaba en asuntos que no fueran suyos o no tuvieran directamente repercusión en su vida. Y este problema, definitivamente no lo tenía.
No se culpaba, probablemente incluso después de cumplir con sus intenciones, permanecería dándose explicaciones y repasando una y otra vez desde la raíz todas y cada una de las causas.
Qué le hizo dirigirse a la cocina una vez el banquete llegó a su fin, preparar menjunjes dulces, los cuales no podían estar dentro de los platillos que consideraba su especialidad, pero que de todas formas fueron fruto de su mejor esfuerzo, para colocarlos en una bandeja con cuidado.
Y encontrarse ahora, frente a la puerta del hijo del amo, esperando sin parpadear a que se abriera delante de sus ojos.
No le sorprendió para nada ver a la muchacha encargada del cuidado de Kim, de pie observándole como si su presencia allí fuera lo último para esperar. Bien, tampoco podría culparla, de hecho él mismo se vería raro de solo pensar en que estaba deambulando por la mansión a estas horas.
—Min Yoongi-si, ¿qué haces aquí?
Y así como ella no se molestó en saludar antes, el joven tampoco lo hizo para contestarle con palabras. Además, de alguna forma tenía cierto recelo con dejar salir su voz, no estaba acostumbrado a hablar por la noche y mucho menos en un lugar que no fuera su deplorable dormitorio de la choza.
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𝘼𝙕𝘼𝙇𝙀𝘼 ; 𝘠𝘰𝘰𝘯𝘫𝘪𝘯
FanfictionLa única vida que conocía Min Yoongi consistía en ser sirviente en la cocina de la mansión del noble Kim, o eso hasta que parte de ella se volvió también el hijo menor de este, Kim Seokjin, educado para convertirse en un buen candidato para consorte...