𝙓𝙑𝙄

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🌸

"Quiero languidecer, quiero soñar más".

Awake, Jin.

No sabía en qué momento había empezado a correr hacia la puerta de la cocina, pero cuando por fin se había dado cuenta ya estaba a nada más que unos pasos

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No sabía en qué momento había empezado a correr hacia la puerta de la cocina, pero cuando por fin se había dado cuenta ya estaba a nada más que unos pasos. Podía querer mucho al revoltoso noble pero eso sin lugar a dudas no implicaba que tomara cada uno de sus pedidos como orden, jamás. Aún así, aquella sentencia no resultaba tan estricta como sonaba dentro de su mente si resaltaba que el deseo de no fallarle y llegar demasiado tarde a su encuentro, había sido motivo suficiente para llegar agitado al punto y fruncir el ceño con fastidio al no ver a Seokjin allí, como este había prometido. 

Hizo el ademán de cruzar sus brazos mientras se apoyaba de espaldas contra la puerta de madera, pero se detuvo al último segundo, ¿cuán desesperado estaba Yoongi para molestarse por eso? Igual seguro al menor se le había olvidado o había tenido algo más importante que hacer incluso si le había citado por su cuenta. Además, se verían para el desayuno, acababa de decidir que iría él mismo a servir todo. 

O ese había sido su plan hacía un par de segundos, antes de ver pasar a Seokjin corriendo a unos veinte metros de él, cruzando el centro del patio a toda prisa, sin importarle su vestimenta que, a pesar de no ser tan observador con esas cosas, era la más hermosa que Yoongi le había visto hasta el momento. Un hanbok rosa pálido con bordados plateados y colores brillantes en una gama fría que contrastaba perfectamente con el color principal, realmente se veía como un príncipe o algo parecido, Min realmente nunca había visto uno pero no dudaba que Kim les venciera en apariencia y porte sin quiera intentarlo. 

Claro, siempre y cuando le viniera en gana no revolcarse en heno y tierra como si le pagaran por hacerlo, tirarse en el suelo de la cocina para jugar y conversar con los sirvientes como si se tratara del más fino salón para tomar el té con miembros de la realeza, y en general ser tan descuidado consigo mismo como solo lo sería un niño pequeño sin consciencia alguna todavía. 

No pudo evitar sonreír por cada imagen que había llegado a su mente, ¿había ser más adorablemente problemático e interesante en el mundo? Sobre todo eso de ser adorable, por supuesto. No era un infante, pero tenía la dulzura y ternura de uno, también lo quejumbroso y exigente, pero no era como si tales características aplacaran siquiera un poco todo el cariño que le tenía. 

Además, a veces podía verse contagiado de su semblante juguetón, acompañarle en sus demasiado cortas aventuras antes de que llegara un guardia o sirviente enviado de su padre para regañarle y llevarle de regreso a la mansión, pero valía la pena cada segundo que obtenía con la sonrisa de Seokjin. 

Claro que, si podía evitar que le regañaran, priorizaba hacerlo en lugar de dejar que se metiera en problemas, cuando era evidente que la paciencia del amo Kim había empezado a agotarse tras dos años de intentos fallidos en entregarlo a un noble que tuviera algo que ofrecer a cambio en su favor. 

𝘼𝙕𝘼𝙇𝙀𝘼 ;  𝘠𝘰𝘰𝘯𝘫𝘪𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora