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El día prometía ser muy animoso, la mañana se sentía demasiado fresca. Todo marchaba en aparente calma en las puertas de Konoha, donde como era habitual Kotetsu e Izumo montaban guardia. Realmente este no era el trabajo más intrépido de la aldea, pero, era muchísimo mejor que ayudar a Tsunade-sama, a acomodar la enorme pila de documentos en la bodega de la Torre Hokage.
—Vaya, vaya, mira quienes han vuelto de la selección de los exámenes chunin —alardeó Hagane, cuando tuvo frente a sí a los dos shinobis.
—¿Cómo estuvo todo Kakashi? He escuchado de los comerciantes y viajeros, que Kirigakure, se ha convertido en un hermoso destino turístico, ¿es cierto? —cuestionó Kamizuki.
—No creas todo lo que escuches, en realidad fue un fastidio ir y venir, se encuentra muy lejos —bufo Shikamaru, restándole importancia.
Posiblemente, la actitud del pelinegro se debía a que en esta ocasión la Mizukage, peticiono que la selección de los aspirantes en su última etapa, fuera en su aldea. Después del periodo de gobierno de Yagura Karatachi, Mei, realmente se estaba esforzando mucho por limpiar la imagen de su pueblo para con las demás naciones. Su nueva política, era convertir a Kirigakure, en un destino turístico que aprovechará al máximo su esplendor, compartiendo todas sus riquezas con el mundo.
Ante esto, el joven Nara, estuvo realmente inquieto, porque debido al cambio tan radical de planes, no tuvo la oportunidad de presentar sus respetos en el examen frente a cierta princesa rubia de Sunagakure.
Pero, aquello, era algo que Shikamaru, nunca se atrevería a decir en voz alta.
—¿Y tú Kakashi?, ¿encontraste algo interesante? —pregunto Kotetsu recargándose sobre el mostrador.
—A decir verdad, si —respondió—. Pero, es un secreto.
—No esperaba menos de ti, sin embargo, tengo que decir que hoy no son los primeros en arribar a la aldea, después de un largo viaje —Hagane hizo una mueca—. Tu viejo estudiante, trajo consigo a alguien muy interesante.
El albino, no pudo evitar realizar un gesto de sorpresa, ¿Naruto trajo a alguien? Si sus cálculos no le fallaban, hacía unos días el rubio habló de reunirse con Sasuke y...
—¿É-él está de vuelta? —Hatake, golpeó el mostrador, haciendo que todos los presentes se desconcertarán.
—Si, no tiene más de media hora que llegó, estaba tan emocionado, qué pasó anunciando que moría porque Sakura y tú... —el albino, no permitió que Kotetsu culminará la narración de los hechos, cuando los dos shinobis quedaron expectantes al deslumbrar como el albino, desaparecía.
—Últimamente todos actúan tan extraño, empezando por Anko, quien anunció que su nueva vocación es ser sensei en la academia, ¿puedes imaginarte a esa fierecilla frente a un montón de niños? —río Izumo.
