Al tercer día, Impa no volvió, y Lea se sentía más sola y más débil que nunca: ¡tres días sin comer y tratar de reunir toda su fuerza para seguir sosteniendo el terrible peso de la cascada! Sentía que desfallecía. El sueño, el cansancio y el debilitamiento era otro peso que debía soportar…además hace ya muchas horas que sus hombros comenzaban a dolor como nunca habían dolido en su vida. Definitivamente ésta había sido la prueba más dura que le habían impuesto. Y lo ma´s extraño es que su mente no se había aclarado en lo más absoluto. Desde que había llegado no había notado nigún cambio en su pensamiento, tan sólo sentía que su cuerpo protestaba a gritos el mal trato que le estaba dando con esa agua fría pero nada más.
Fue entonces cuando la falta de comida la lanzó como una domadora sobre la piedra plana otra vez. Ya no podía seguir soportando más el peso de la piedra y se encaramó en ella otra vez. Fallaba de nuevo, pro no tenía ya las fuerzas para continuar, ya nisiqueira intentó moverse de la roca al lago, simplemente su cuerpo ya no le respondía. Comenzó a llorar y a sollozar, y unas lágrimas cálidas eran la única agua tibia que podía sentir en la cara, todo lo demás era un santuArio cruel y odioso, extraño para ella. Sentía que casi se ahogaba con el peso y el agua arriba de su cuerpo y cerró los ojos, y fue entonces cuando comenzó a tener recuerdos, extraños recuerdos de un pasado que quizá nunca pasó, y de un viaje que realizó hacía ya algunos días qu quizá nunca debió de haber sucedido.
Recordó aquel edicidio enorme y alto en el que ella se encontraba persiguiendo a aquel estúpido niño que le había quitado su dinero: el dinero de los refrescos que su madre le había encargado. Comenzó a recordar el sol en el poniente y como la terraza se levantaba delante de ella, ahí se encontraban viejos boilers, cisternas y otros depósitos citadinos de agua…¡agua! Y uno de ellos se encontraba algo despintado…hizo aún más memoria y vio en él dos ojos reflejados con miedo, ¡el ladrón! El ladron se encontraba detrás de la cisterna y se le había adelantado. Un detalle que no vió conscientemente en ese momento, y fue entonces cuando se dispuso a llegar hasta ahí caminando por el borde del complejo. Ella recordaba que el aire la había empujado, pero en ese momento recordó otras cosas. No fue el aire solamente quien la había empujado para que resbalara, había sido casi una mano la que la había movido, una mano por la espalda. Su pie se movió y ella gritó desesperadamente hasta que…justo antes d ellegar al suelo, no cayó al suelo, sino que calló en agua. Fría y terrible como la de ahora que la ahogaba y apresaba sus pulmones como dos garras por la falta de oxígeno…entonces, lo último que vió fue unas criaturas extrañas, azules con ojos del mismo color que la rodeaban y la veía con cUriosidad. Algunos eran alargados como peces y otros parecían pequeños, parecían niños peces y vi+o que juntos danzaban sin ahogarse a su alrededor hasta que algunos de ellos se le acercaron y comenzaron a subrirla con un material suave, oscuro, y elástico…como una planta o algo así, hasta que hicieron un huevo rodénadola y ella ya no podía ver nada…el oxígeno se cortó al instante y ella perdió el conocimiento. Fue así como ella había llegado a esas tierras.
Alguien, de alguna forma la había transportado a algún mar y ella había llegado a las playas de esa tierra. Ahora estaba comenzando a recordarlo todo…
Lea abrió lentamente los ojos. Era noche y a pesar de que se encontraba echada sobre la fría piedra podía ver las estrellas reflejadas en el lago: eran hermosas, eran como las del cielo en sus sueños, como las que había soñado alguna vez y había soñado con verlas, y ahroa que las tenía cerca no podía disfrutar de ellas y sentirse felíz, pero por alguna razón le dieron impulso para incorporarse, aunque lenta y dificultosamente, una vez más. Por primera vez, en los tres días que llevaba pudo concentrarse lo suficiente para quedarse dormida sentada, incluso con la cascada en sus espaldas. Quizá su cuerpo ya no podía más, pero su espíritu quería seguir intentándolo.
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La Leyenda de Lea I: El Espíritu del Coraje
FanficEstefanía es una chica desordenada de penas 17 años...no sabe que en sus manos está el futuro de Hyrule. *Esta es la historia de la que partí para escribir "La Leyenda de Lea: El Renacimiento" la cual es la continuación de esta historia. Originalmen...