XI

114 8 1
                                    

CAPÍTULO 11.

UN MILAGRO DESEADO.

Vania, Hunter y Megan aún se encuentran en la sala de espera, Cynthia sigue con un poco de lágrimas, se acerca a ellos: - ¿Han visto a Tony? – pregunta, ninguno de ellos lo ha visto, Megan siente una corazonada y les deja a todos; va corriendo a los ascensores hasta llegar al balcón del último piso ahí se encuentra él sentado en el borde, mirando al cielo, ella lentamente se acerca a él luego se sienta a su lado, sin mediar palabra lo abraza, es lo único que desea hacer y pide con todas sus fuerzas que el tiempo se detenga en ese momento; que él logre olvidar todo al menos en ese instante, lastimosamente las cosas nunca son como uno quiere.
- Esta vida es tan injusta, no se cansa de arrebatar todo lo que amas, cada vez quiere más y más. – el tono de su voz está llena de odio y cansancio. - llegas a pensar que la solución a tanto dolor es acabar con tu vida dándole el gusto de la victoria a los tormentos que no dejan calmar a tu alma; dejando que salga victorioso ante la situación debido a que hayas sido débil y te quieres dejar vencer no pudiendo aguantar un poco más. – no aparta la vista del cielo, toda esta carga que lleva sobre sus hombros es demasiado, una herida tras otra, un círculo de nunca acabar. – Y después de tanto reflexionar te das cuenta que realmente no eres débil, pero tampoco eres de piedra y cada jodida cosa que ocurre te hiere, abre una herida que se vuelve imposible de sanar. – ella lo escucha detenidamente, entiende su rabia, entiende todo lo que siente.
- No sé lo que estabas atravesando aquel momento que intentaste acabar con tu vida, pero desde ahí he vivido contigo en carne propia tu sufrimiento y quiero que sepas que no estás solo, mientras me tengas a mí, a Vania, a Hunter y a tu hermana seguiremos reuniendo fuerzas para seguir esta batalla, y al final sabremos que todas las lágrimas han valido la pena. – trata de ser el sostén que él necesita en estos momentos, ella desea apartar todo sentimiento de culpa de su mente, pero es difícil que lo consiga.
- Solo soy un cobarde, tuviste razón aquel día. – admite que va perdiendo toda fuerza o esperanza, se está quedando en la cuerda floja, desea entregarse por completo al final, su final.
- Por ningún motivo lo eres, solo eres una persona que lleva una carga muy pesada y que ha podido sostenerse solo, eres una persona admirable Tony, estuve equivocada en ese momento, pero agradezco por cruzarme en tu camino, agradezco de tener este momento. Veo en ti lo que realmente eres.
- Desde que perdí a mi madre me he sentido tan vacío, desde aquel día fui tan débil,  aunque no demasiado porque a pesar de todo sigo aquí, hace menos de dos meses mi padre falleció y el día del velorio supe que tenía una media hermana, un sobrino y una sobrina encantadora, con la venida de ellos pensé que podría superar todo y aprender a vivir con ello, pero ahora al saber que mi sobrina puede no pasar esta noche me deja sin ganas para nada, sin valor, sin voluntad, me siento más vacío que de lo normal, tengo ganas de llorar y gritar, pero mis lágrimas se han secado y mi voz se va apagando, no podré soportar la perdida de mi pequeña, si ella me deja ya nada tendrá sentido. – trata de buscar un motivo, un sentido a su dolor, pero no hay esperanza alguna de que su alma encuentre la paz que necesita, su tan maltratado corazón parece no tener una salida.
Megan al saber un poco más acerca de él, lo abraza con todo el cariño y la sinceridad del mundo, él se deja llevar por el momento, ambos quedan cara a cara, mirándose fijamente, lentamente sus labios se acercan hasta darse un beso, un beso tan profundo que llega a desnudarles el alma, después vuelven a mirarse y ella deja escapar una leve sonrisa: – Los milagros existen Tony, no pierdas las esperanzas. - él solo hace una mueca y queda en silencio, quizás justo aquí, en ese preciso momento él ha encontrado una razón y un motivo, por más que está cerrado a esa posibilidad, sin saber delante de él puede estar un nuevo motor que lo puede impulsar a continuar para delante.
Hunter decide acompañar a Vania hasta su casa. Ambos van caminando a paso lento, el hospital no queda muy lejos de la casa de ella. Después de caminar unas cuadras él toma la decisión de hablar con ella, no quiere darse por vencido con respecto a sus sentimientos.
- Vania. - la agarra del brazo deteniendo su andar. - tienes que darte la oportunidad a ti misma de ser feliz con alguien más. – la mira fijamente, sus ojos cristalinos a puntos de llorar, ella lo pone en una situación tan melancólica, aunque la verdad es la situación en sí la que lo deja de esa manera.
- En verdad lo sé, cuando decida estoy segura que quiero ser feliz contigo. – sus palabras son tan sinceras, sabe que él sería la mejor opción para ser feliz, pero en el fondo hablar de opciones no le parece lo más justo.
- Me da gusto saber, te prometo que nunca voy a fallarte, que siempre estaré aquí para ti, todos los días lucharé incansablemente hasta ganarme tu amor. – definitivamente él ha demostrado ser una persona que va siempre de frente y hace todo lo posible para conseguir lo que desea, pero lo hace de la manera más honesta.
Ella solo se limita a sonreír aun con los ojos cristalizados.

Acompáñame a ser Feliz. (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora