Miró su celular con cara de estúpida dos segundos. El cansancio por insomnio crónico seguro no le ayudaba a procesar lo que estaba pasando a la velocidad con la que le gustaría.
Seguía ocupada intentando encontrarle sentido cuando recibió una llamada de una de sus amigas.
— Eh, hola, seré breve, ¿De casualidad algún maldito enfermo está usando la cuenta de Lía para invitarte a jugar "Tres mentiras"?
Dijo Irina tan pronto como tomó la llamada.
— OK, ¿Hola? Sí recibí la invitación, pero no sé si realmente haya un enfermo tan desesperado por conseguir con quién jugar, seguro el juego envió la notificación por error.
— Tal vez, pero ahora yo también creo que es mucha coincidencia que el viernes pasado alguien haya mentido diciendo que era ella y ahora nos llegue una invitación de un usuario que está muerto.
Debía admitir que su argumento tenía algo de sentido, pero aun así, le seguía pareciendo mucho más razonable, aunque menos dramático, que hubiera alguna falla en el juego.
— OK, supongamos que alguien más se está haciendo pasar por ella ¿Para qué demonios hackear una cuenta de "Tres mentiras"? Si querían información comprometedora hubieran revisado sus conversaciones o su correo y si querían fastidiarla hubieran publicado algo en alguna de sus redes sociales ¿Por qué tomarse la molestia con un juego?
—Tal vez no hizo falta, perdió su celular en una borrachera el miércoles, creíamos que lo había recuperado pero tal vez no, tal vez alguien más lo encontró.
—OK, ¿Y cómo supo ese alguien misterioso que el teléfono era de ella? Dijo "Soy Lía" ¿Recuerdas?
— Tenía su maldito teléfono, su nombre debía estar en alguna parte.
— OK, ok, pero eso no explica su interés por ponerse a jugar con nosotras.
— No lo sé, ¿De acuerdo? No sé quién lo hizo, cómo o por qué, pero si hay un imbécil hurgando en las cosas de mi amiga que ni siquiera está aquí para defenderse...
Le respondió, con un volumen que casi podría considerarse un grito. La imagino apretando cualquier cosa que tuviera en las manos o clavándose las uñas en el antebrazo.
Corina se quedó en silencio por unos segundos.
Irina no era una persona precisamente afectiva, pero siempre reaccionaba violentamente cuando sentía que debía proteger a sus amigas y seguramente si las cosas con Lía hubieran acabado de otra manera ella también estaría más que lista para defender su memoria con uñas, dientes y lo que hiciera falta.
— Tienes razón. Agrega a Dana y Clau a la llamada, si realmente alguien está metiendo sus narices en los asuntos de Lía vamos a tener que entrar a la partida para averiguar qué quiere.
Lo primero que descubrieron fue que no había sido una notificación falsa del juego, había alguien conectado con el usuario de Lía.
— Pero qué maldito...
Exclamó Irina indignada cuando la app indicó que el usurpador estaba escribiendo sus cuatro frases.
Nadie se atrevió a hablar mientras terminaba de escribir, de hecho sospechaba que sus amigas contuvieron el aliento durante esos eternos segundos, igual que ella.
"1.- Lía y Corina se conocieron desde preescolar."
"2.- Lía tenía dos gatos."
"3.- Lía era vegana."
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La tercer mentira
Teen FictionCorina creía ser la mejor en el juego de ingenio "Tres mentiras", hasta que una partida dio un giro macabro, obligándola a enfrentar su pasado y el miedo a ser traicionada nuevamente por las personas que más ama.