Capítulo X: Intromisión

9 3 0
                                    


Al parecer posponer su alarma más de una vez resultó una mala idea, su mañana fue un completo caos por tener que salir corriendo y llegó tarde a su primera clase.

El profesor no la dejó entrar, así que decidió ir por un café y luego sentarse a terminar un dibujo que había dejado inconcluso para dedicarse a la canción, pero no encontró su cuaderno de bocetos.

Seguro había olvidado volverlo a meter en su mochila cuando la vació para buscar sus audífonos y no la vio en la mañana por las prisas.

Tomó una de sus libretas de la escuela, lamentando no poder usar su cuaderno favorito, que dejaba en casa para evitar otro momento incómodo por la curiosidad de Kenia, y empezó a garabatear distraídamente, hasta que terminó la primera hora y Dana pudo reunirse con ella.

— ¡Mira! ¿Ya viste cuantas reproducciones tiene el video?

Le dijo, aplaudiendo de gusto.

— ¡Mierda!

Exclamó sorprendida al tomarlo para ver.

Habían acumulado más o menos 50 mil reproducciones en unas horas. Estaba muy lejos de ser un record o algo por el estilo y seguramente la fama de Lía había tenido algo que ver, pero aun así estaba gratamente sorprendida. La noticia acababa de hacerle el día.

— ¡Tengo que contarle a Axl!

Dijo mientras recuperaba su celular para escribirle un mensaje de texto. No sabía que esos dos habían intercambiado números.

Sus amigas se dedicaron a compartir la canción a lo largo del día, incluso se le ocurrió poner el link en una respuesta al infame hilo en Twitter, y para el fin de semana habían logrado más de 150 mil vistas, superando por mucho sus expectativas.

Dana propuso que merecían ir a un bufet de pizza para celebrar el fin de semana y los otros dos estuvieron de acuerdo.

Corina no recordaba cuándo había sido la última vez que se la había pasado tan bien.

Estuvo a punto de escupir el refresco de la risa más de una vez mientras escuchaba a Dana contarles anécdotas sobre una maestra de canto muy excéntrica que había tenido y a la que le salía muy bien imitar.

Nada podía arruinar una tarde así, con tus amigos y toda la pizza que pudieras comer ¿Verdad?

Excepto tal vez que a tu ex novio se le ocurra aparecer en el mismo local con la chica a la que "quiso mucho alguna vez, pero ya había superado y solo eran amigos".

Dejó de reír súbitamente y sintió como incluso los músculos de su cara se quedaban tensos.

La expresión de Kuno también se obscureció al verla y por un momento creyó que decidiría ir a comer a otro lugar, pero simplemente apartó la mirada para volver a concentrarse en acompañante y caminaron hacia su mesa, que, por supuesto, estaba justo frente a la suya.

Ni siquiera eso le importó.

Su buen humor y su apetito habían desaparecido definitivamente, pero él estaba comiendo y charlando plácidamente con su chica a pesar de que ella estaba sentada frente a él.

Sabía que era una estupidez disgustarse por algo así, probablemente ella debería ser capaz de reaccionar igual y continuar como si nada, como si su presencia no le importara en lo absoluto, pero no podía.

Ya tenía un rato que la había dejado, pero aún no era capaz de soportar que le restregara su indiferencia en la cara.

—Eh...vuelvo en un minuto.

La tercer mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora