Capítulo XII: Tomar la ofensiva

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Habló por primera vez con Kenia poco tiempo después de haber cortado todo el contacto con sus amigas.

Las dos habían estado en el taller de dibujo todo el semestre, pero la chica de ojos verdes evitaba a toda costa interactuar con ella, se limitaba a verla con desdén de vez en cuando, hasta que una tarde las dos se quedaron atrapadas en la marquesina del edificio esperando a que pasara la lluvia para poder irse a casa.

— Hoy no te está esperando tu amiga influencer...

Comentó sarcásticamente, al notar que en los últimos días había dejado de volver a casa con Lía.

— Será porque no tengo ninguna.

La miró levantando una ceja y entrecerrando los ojos, pero no dijo nada más y siguieron esperando en silencio.

Sin embargo, en la siguiente clase se dio cuenta de que la hostilidad que le había mostrado hasta el momento se debía a su relación con Lía y desapareció tan pronto como le dejó entrever que ya no estaban en buenos términos.

De hecho, fue increíblemente dulce después de eso, lo cual tuvo una gran influencia en ella, que se sentía frágil y desolada después de haber perdido a sus amistades más cercanas. Pasaron varios meses antes de que le permitiera verla perder la cabeza por alguna tontería, se sorprendió mucho en ese entonces, luego sus exabruptos se volvieron frecuentes y simplemente asumió que era parte de su personalidad, algo difícil de tolerar a veces, pero nadie es perfecto ¿Verdad? Y más valía una amiga que se enojaba por nimiedades que una te traiciona, ¿O no?

No estaba segura aún de que fuera ella, pero tantas cosas habían empezado a tener sentido desde que recordó que recordó que había puesto en su coche una canción que no parecía concordar en nada con su refinado gusto musical y preguntó si se vería bien con el cabello teñido de castaño rojizo después de haberla cantado de principio a fin que no podía creer que no hubiera sospechado de ella antes.

Probablemente la hubiera despistado el hecho de que aunque siempre hizo evidente su desprecio por Lía no era capaz de pensar en un motivo por el que quisiera hacerle pasar un mal rato a ella, pero ahora le parecía sospechoso que aseguraba no seguir a su amiga en ninguna red social, y no lo hacía con su cuenta real al menos, pero varías veces había mencionado lo que publicaba para burlarse de ella y de sus seguidores, además las acusaciones de Jolene en el video de la canción se parecían bastante a las que ella había hecho cuando discutieron en el salón de estudios sociales, entre otros detalles que había pasado por alto pero ahora le parecían obvios.

Si realmente se trataba de Kenia, entonces eran buenas y malas noticias al mismo tiempo: Por un lado, podría descartar a sus personas más allegadas y por otro, sus habilidades para escoger amigas apestaban y sobre todo estaba lidiando con alguien con quién no podría jugar como creía haberlo estado haciendo con Santiago, tendría que tener cuidado con ella.

Tenía que empezar a atar cabos sueltos para confirmar o descartar sus sospechas y sería buena idea hablar con Santiago para aclarar de una buena vez cómo fue que Lía pudo enviarle mensajes con un celular que ya había perdido, pero no se decidía a hacerlo.

El problema era que no tenía manera de aparecer después de todo lo que había hecho últimamente y lo que había pasado en la fiesta y simplemente decir "¿Me permites tu celular un segundo?" o "Me gustaría verificar tu versión" así que francamente preferiría posponer esa conversación tanto como fuera posible.

Había otra forma de poner a prueba sus sospechas, pero para ser honestos le daba algo de miedo ponerlo en práctica, porque implicaba tomar la ofensiva y si realmente se trataba de Kenia las cosas podían voltearse en su contra de muchas maneras.

La tercer mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora