Al volver a casa encontró la respuesta por la que se decidieron Dana y Axl. Le hubiera encantado ver un hilo exhibiendo a Kenia por todo lo que hizo, arrobándola de ser posible, pero de cierta forma lo que hicieron fue aún mejor.
Ni siquiera respondieron en Twitter, Dana se limitó a cambiar su foto de perfil en todas sus redes sociales por una en la que aparecía sosteniendo la bandera de orgullo bisexual con una mano y la mano de su novio con la otra. Nunca creyó que un post pudiera hacer aparecer una sonrisa así en su cara.
Fue tan contundente la respuesta que ni siquiera necesitaron indicar a quien iba dirigida para que el mensaje quedara claro.
Eso le dio la resolución que le faltaba para llevar a cabo lo que había medio improvisado mientras hablaba con Kuno, iba a tener que negociar con Kenia y confiar en que quedara tan convencida de que había ganado que finalmente la dejara en paz.
Era un final bastante menos satisfactorio de lo que había imaginado, en parte quería verla sufrir y arrepentirse por haberse metido con ella y las personas que quería, pero Axl tenía razón, no valía la pena pasar su último semestre de bachillerato en una guerra que no iba a terminar nunca y sólo iba a terminar desgastándola.
"Te dije muy claro que eran intocables. Si tus tonterías les hubieran hecho algún daño ya estarías descalificada del maldito concurso y toda la escuela sabría lo que hiciste."
Le escribió tras enviarle una captura de pantalla de la fotografía.
"Debí haber sabido que no es tan fácil romper una relación cuando al chico de hecho le importa un carajo su novia."
Rodó los ojos pero decidió no caer en su provocación.
"Esto fue demasiado lejos y ya estoy harta de tus tonterías, vamos a terminar con esto de una maldita vez: El boceto por el celular de Lía, mi silencio a cambio de que te ocupes de tus asuntos y nos dejes en paz."
"Creí que las cosas se iban a poner más interesantes cuando al fin te dieras cuenta de quién era, pero creo que al final esto es lo mejor que puedes hacer."
"Vete a la mierda, voy a hablar con los organizadores del concurso."
"De acuerdo, puedo darte el celular de tu amiga, pero tengo una condición."
Estaba a punto de responderle que no estaba en posición de poner condiciones, pero ese no la ayudaría nada en lograr el objetivo de terminar con eso de una buena vez, al menos podía escucharla.
"Quiero verte en la exposición el día de la premiación, vamos a hacer el intercambio en cuanto termine."
Esa no era una condición realmente difícil de cumplir, lo cual de inmediato le hizo sospechar que había gato encerrado, ¿Pero cuál era?
¿Quería ganar tiempo para asegurarse de que no abriera la boca antes de la exposición? Bueno, así no sería descalificada, pero eso no le impedía hacer escandaló y delatarla si descubría le había jugado chueco, incluso si ya tenía el premio en las manos, tal vez el chisme sería mucho más interesante si realmente ganaba con un dibujo que no era suyo.
Quizá sólo era por la teatralidad, seguramente desde su perspectiva obligarla a ver como recibía un premio que debió haber sido suyo sin poder decir nada sería una especie de victoria, un premio de consolación para su ego que tenía que sufrir el hecho de que no pudo arruinar la felicidad de su ex con alguien más y que una chica que ni siquiera estaba compitiendo con ella le había ganado.
Le jodía más allá de lo que se podía expresar con palabras dejarla creer que se había salido con la suya, pero ya había decidido que su paz y la de sus amigos valían más que volver a enfrascarse en una competencia infantil por ver quien reía al último.
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La tercer mentira
Teen FictionCorina creía ser la mejor en el juego de ingenio "Tres mentiras", hasta que una partida dio un giro macabro, obligándola a enfrentar su pasado y el miedo a ser traicionada nuevamente por las personas que más ama.